España y Marruecos viven desde hace tres meses un conflicto soterrado con consecuencias imprevisibles. El pasado 21 de diciembre, la Corte de Justicia europea dictaminó en una sentencia que el Sáhara Occidental no pertenecía a Marruecos. Y desató con ello la caja de los truenos. Desde entonces, las autoridades españolas han detectado un incremento en la salida de pateras desde las costas marroquíes, saltos masivos en las fronteras de Ceuta y Melilla y mayores problemas burocráticos a la hora de exportar productos al país vecino. La preocupación en los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado residen en que esa confrontación se traslade también a la lucha contra el terrorismo yihadista.
Marruecos es una pieza clave para el control de atentados en España. Si los radicales adiestrados por el Estado Islámico toman la ruta norte e intentan entrar en España desde Turquía, deben pasar varias fronteras dentro de la UE controladas por servicios de inteligencia con tradición en la lucha contra el terrorismo como los franceses. Sin embargo, si el yihadismo toma la ruta sur, Marruecos se convierte en la última puerta de entrada para acceder a Europa.
Además y según fuentes de la lucha antiterrorista, la inteligencia marroquí es la mejor posicionada para controlar los campamentos controlados por Al Qaeda en el Sahel, los más cercanos a territorio español y los que más preocupan a los especialistas en inteligencia contra el terrorismo más allá de la lucha que el Estado Islámico mantiene en su autoproclamado califato. La infiltración y control de estos territorios del norte de África está tradicionalmente en manos de los servicios marroquíes y franceses, que son quienes comparten los datos al resto de cuerpos policiales integrados dentro de la UE.
En suma, recae también sobre Marruecos el control de las mezquitas más radicales ubicadas en su territorio, que han servido en varias ocasiones de formación para radicales detenidos después en suelo español. Desde hace tiempo es el propio Gobierno quien regula los mensajes que se transmiten en los templos.
Una sentencia polémica
El conflicto arrancó el pasado 21 de diciembre, cuando la Corte de Justicia de la Unión Europea explicó en una de sus sentencias que el Sáhara Occidental no era territorio de Marruecos. La decisión se centraba en una cuestión económica, ya que cerraba la puerta a que los productos exportados desde la zona se beneficiaran de los acuerdos que Marruecos tiene firmados con la UE. Pero tiene implicaciones geopolíticas, tras la pelea que el reino alaui y el Frente Polisario mantienen desde hace decenios por el control de la zona.
Desde la decisión judicial, el Gobierno español ha intentado mantenerse en la indefinición, evitando pronunciarse de forma oficial. Hasta que tras una pregunta parlamentaria realizada por Podemos, el Ejecutivo tuvo que reconocer públicamente que asumía como propia la decisión de la Corte de Luxemburgo.
Francia ya sufrió entre los años 2014 y 2015 el castigo de Marruecos después de que la Justicia gala intentase detener en territorio francés al jefe de la Policía antiterrorista marroquí, Abdelatif Hamouchi, por un presunto caso de torturas. Aquel incidente cortó las relaciones entre ambas naciones, circunstancia de la que se vio beneficiada España, que condecoró en abril de 2015 al mando policial marroquí y a dos colaboradores suyos con la Cruz honorífica al Mérito Policial.
Reacción en Marruecos
Los medios de comunicación marroquíes piden a España que se posicione tras la respuesta parlamentaria del Ejecutivo del 14 de marzo que dice que "el Sáhara no pertenece a Marruecos", en la que se hacía alusión a la sentencia del tribunal europeo. La resolución dictamina que los acuerdos agrícolas entre Marruecos y la UE no son aplicables al Sáhara Occidental, ya que la expresión “territorio del Reino de Marruecos” que aparece en el texto del acuerdo no incluye al Sáhara Occidental.
Titulares como "¿Madrid juega un doble juego?" se pueden leer esta semana en el periódico electrónico cercano al poder L360.ma, donde el partido nacionalista Istiqlal, solicita al Ejecutivo español que "aclare de manera "cerrada y oficial" su posición "ambigua" en cuando al Acuerdo Agrícola que une a Marruecos y Europa. La misma cuestión plantean desde la Comisión Europea en Rabat. "Estamos aquí para garantizar un Estado de derecho", recuerda a España un representante de este organismo en declaraciones a este periódico.
Otros medios de comunicación comparan la postura de España con la de Francia a quien el diario digital Le Desk considera un "amigo más devoto" que España. Según pudo conocer EL ESPAÑOL, el Ministerio de Exteriores francés envió a los diputados galos del Parlamento Europeo unas directrices para que defiendan la necesidad de los acuerdos con Marruecos y se sigan aplicando en su "integridad", "como viene ocurriendo desde siempre". Incluye también la necesidad de preservar los derechos de las empresas en el Sáhara Occidental. En el mismo documento se insinúa que no es competencia de Europa "inmiscuirse en el conflicto" que tiene que tratar la Organización de Naciones Unidas.
"España no ha cambiado"
Fuentes diplomáticas en Rabat explican que la "postura de España no ha cambiado" y estudian como "aplicar lo dictado por Europa sin que tenga consecuencias para Marruecos". Se refieren a la visita a Rabat del ministro de Exteriores, Alfonso Dastis, el 13 de febrero, en pleno conflicto entre Marruecos con la UE después de las declaraciones de Arias Cañete, que reconoció el Sáhara Occidental y de un comunicado del ministerio de Agricultura y Pesca marroquí que amenazó con abrir las fronteras a la migración si Europa no cumplía el acuerdo comercial agrícola.
Sin embargo, Dastis junto a su homólogo marroquí, Sahaleddine Mezouar, determinaron "buscar una solución técnica" para poner en marcha el Acuerdo sin perjudicar a Marruecos. Precisamente, a este pacto hizo mención Abderrahmane El Yazidi, secretario general del sindicato nacional de pesca (SNOMPH, en sus siglas en francés) en Radio Atlántico, y aseguró que ahora "los marroquíes no deben tener pánico a la respuesta del ministro" del 14 de marzo.
El consejero de Interior de la Embajada de España en Marruecos, Manuel Rodríguez, asegura a EL ESPAÑOL que la cooperación en temas de terrorismo "sigue con los acuerdos de control en las fronteras y de intercambio de información". Por su parte, el embajador de España en Marruecos, Ricardo Díez-Hochleitner, envió a la agencia de prensa oficial Maghreb Arabe Press la declaración de Ana María Rodríguez, portavoz del Ministerio de Exteriores, que manifestó que "el Gobierno sigue apostando por una solución “política justa, duradera y mutuamente aceptable” en el marco de las resoluciones adoptadas por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
De parte del Gobierno marroquí, el recién nombrado jefe de Gobierno por Mohamed VI, Saad Eddine El Othmani, destaca que las relaciones hispano-marroquíes son "estratégicas" y están "consolidadas". Y recuerda que Marruecos está tendiendo un "puente entre Europa y África".