Zaragoza

“Nunca pensé que sería tanto lo sufrido, pero lo volvería a hacer. Había que limpiar La Muela del lodazal de mierda en el que estaba”. Así se expresa Marisol Aured, la persona que denunció la operación Molinos, el mayor caso de corrupción urbanística de Aragón.

La Muela, un pequeño pueblo de 2.000 habitantes situado a 20 kilómetros de Zaragoza, se convirtió en el paradigma de la corrupción en plena época del boom inmobiliario. Cinco años después de sentar en el banquillo a los urdidores de toda una trama de pelotazos, mordidas y recalificaciones, Marisol Aured está imputada por prevaricación y malversación de caudales públicos por su época de alcaldesa. La Fiscalía pide para ella cuatro años de prisión.

Aured, hoy concejal, dice ser víctima de “una cacería política” como venganza por su lucha contra la corrupción. Después de su denuncia, en 2008, se completó un sumario judicial de 80.000 folios, superior al de la operación Malaya, que descubrió una compleja trama en un pueblo de menos de 2.000 habitantes. Y hubo una condena ejemplar. La exalcaldesa y cabecilla de esa trama, María Victoria Pinilla (PAR), fue condenada a 17 años de prisión por cohecho, blanqueo de capitales, tráfico de influencias, malversación, dos delitos contra la Hacienda Pública y fraude de subvenciones. Junto a ella, fueron condenadas otras 28 personas que suman en total 100 años de prisión y multas por una valor de 44 millones de euros.

Suspendida de militancia en el PP

Ahora, aquella heroína denunciante que fue aupada a la alcaldía ha dado paso a la imputada defenestrada, suspendida de militancia por su propio partido, el PP, que reniega de ella. Marisol Aured recibe a EL ESPAÑOL en su humilde despacho municipal en La Muela. Explica la situación y se muestra tranquila. Cree que será declarada inocente.

Está imputada por prevaricación administrativa y malversación de caudales públicos como consecuencia de la modificación de un contrato de basuras cuando era alcaldesa. Ella insiste en que no hubo tal modificación sino “una aclaración de términos” de ese contrato. Sin embargo, su partido la ha suspendido de militancia, y el Ayuntamiento le pide que deje el acta de concejal por “ejemplaridad”.

“Son matemáticas. Un auditor externo revisó todos los números del dichoso contrato de basuras y le salen los mismos números que hicimos en el Ayuntamiento”, se defiende Aured, que apunta al actual alcalde de La Muela, Adrián Tello, de Chunta Aragonesista, como “promotor de la denuncia”. “Todo está mediatizado para acabar con mi prestigio como política; tienen demasiado interés en que yo me vaya del Ayuntamiento”, asegura.

El calvario de una testigo protegida

Según el auto judicial, al que ha tenido acceso este diario, el acuerdo de modificación del contrato de recogida de residuos urbanos “debía haberse suscrito por el pleno de la corporación municipal”. De la misma manera, remarca que durante la vigencia de ese contrato se han satisfecho a la empresa concesionaria “cantidades superiores a las convenidas”.

Adrián Tello, alcalde de La Muela. Álvaro Sierra

El alcalde de La Muela, Adrián Tello, atiende a EL ESPAÑOL en el despacho de alcaldía para explicar su postura: “Sin que nadie lo pidiese, el PP suspendió a Marisol tras la apertura de juicio oral sobre el caso de las basuras”. Y se pregunta: “¿Puede representar o no puede representar Marisol al PP en La Muela estando suspendida de militancia?”. Tello, junto a la mayoría del pleno municipal, pide la dimisión de Marisol Aured. Se muestra crítico con la gestión en su época de alcaldesa al entender que fue “nefasta” y “no se dejó aconsejar por los técnicos municipales”.

Después de dejar de ser testigo protegida y conocerse su nombre como denunciante de la operación Molinos, Aured cuenta que le interpusieron hasta ocho querellas por su actuación como alcaldesa. “Aquellos que me denunciaron son todos amigos o pertenecen al entorno de Mariví Pinilla. Ha sido una represalia”, señala. Como consecuencia de las ocho querellas todavía tiene que encarar dos procesos judiciales. El resto han sido sobreseídas.

Un pueblo cómplice

Aured relata que cientos de vecinos la martirizaron durante meses por haber denunciado un caso de corrupción que acabaría centrando los ojos de medio país. “Además de las querellas he sufrido daños patrimoniales a mi familia, los coches los tenemos que tener siempre bien guardaditos porque las ruedas ya van varias veces que las rajan o taladran, 500 almendros nos los fastidiaron [su familia se dedica a la agricultura], se me ha perseguido por el monte, casi me atropella un familiar de Mariví Pinilla y hasta un tiro me han pegado con una carabina”.

-¿Un tiro?

-Esto no lo había dicho nunca. Ni siquiera lo denuncié. Fue en la calle. Estaba con una amiga y escuché cómo el proyectil chocó contra el muro que estaba a mi lado. De milagro no me alcanzó en la cara.

La exalcaldesa continúa su relato sobre su andadura como testigo protegido detallando lo que se vivía en el pueblo durante los meses de la investigación. “Cuando ocurre algo así, un escándalo como este, el pueblo es cómplice. Hubo mucho silencio. Y había gente que me increpaba, me insultaba y me reprochaba el daño que había hecho al pueblo por denunciar”.

"Lo volvería a hacer"

Pero también hubo momentos de agradecimiento en medio del foco mediático, policial y judicial. “Desde luego que había mucha gente que me felicitó, incluso algún imputado me dijo que menos mal que había saltado todo porque se había creado un círculo vicioso en el que no podían parar”.

Cuando denunció, su familia estuvo con ella. “Nunca pensé que sería tanto todo lo sufrido, pero lo volvería hacer. Creo que la sociedad hay que limpiarla”, cuenta Aured. Aún así, le frustra la lentitud de la Justicia y aparecer como una corrupta ante la opinión pública, en su partido político e incluso en su pueblo.

Tras conocerse la apertura de juicio oral y que la Fiscalía le pide cuatro años de cárcel su partido decidió suspenderla de militancia. Marisol Aured considera que el trato del PP ha sido desigual y que a veces ha faltado más cercanía. “Ha habido una diferencia en el trato entre el PP de Zaragoza y el regional”. Considera que el partido, a nivel provincial, ha tenido un lado “más humano”, y destaca el “cariño” de Luis María Beamonte, expresidente del PP-Zaragoza y nombrado hace pocos días presidente regional.

Una compañera de Aured, la concejal del PP Marta Martínez, también critica la posición del PP aragonés:  “A mí me parece injusto, parece que mi partido no se hubiera alegrado de que Marisol levantara toda la basura que había”.

La vida de los denunciantes

La operación Molinos destapó una trama de pelotazos urbanísticos, mordidas, recalificaciones y tejemanejes administrativos perpetrados en los pasillos del Ayuntamiento de La Muela. Y María Victoria Pinilla, la entonces alcaldesa, era la protagonista. Se la definió durante años como la "reina del viento", por los más de 500 molinos que bañan el municipio zaragozano.

Maria Victoria Pinilla, exalcaldesa de La Muela, a su salida de la Audiencia de Zaragoza. EFE

La exalcaldesa pasó de ser dueña de una granja de conejos a poseer numerosas cuentas bancarias y propiedades en la República Dominicana o en la exclusiva urbanización Sotogrande, en Cádiz. La Muela se convirtió en el municipio de España con mayor densidad de corruptos: un imputado por cada 50 habitantes.

Y ahí entró en escena Marisol Aured, por aquel entonces concejal del PP en el municipio. Presentó la primera denuncia a la Policía en 2008. Había reunido la documentación necesaria para que la unidad de blanqueo de la Jefatura Superior de Zaragoza hiciera un trabajo pormenorizado. Se ordenaron escuchas telefónicas y la instrucción duró casi cinco años. Marisol pasó a ser una heroína y llegó a convertirse en alcaldesa del municipio entre 2011 y 2015.

Pero los vientos han cambiado. Ella asegura estar tranquila y dice que se entretiene tratando de  conocer la vida de otros denunciantes de casos de corrupción. “Si te lees lo que han vivido te das cuenta de que están arruinados, que no les ha salido a cuenta y durante años están manchados por denuncias o querellas”.