La plana mayor del PP, con Mariano Rajoy a la cabeza, se ha desplazado este fin de semana a Sevilla con ocasión del Congreso Nacional de Nuevas Generaciones. La elección de la sede no es casual: Andalucía es un territorio que se resiste a los populares. Sin embargo, su victoria en la región en las últimas elecciones generales y el posible salto de Susana Díaz a Madrid llevan al PP andaluz a acariciar la idea de poder gobernar.
“Os pido unidad y os la pido bajo el liderazgo de Juanma Moreno, es la primera condición para ganar en Andalucía, ganar y después gobernar”. Así se pronunciaba Rajoy el pasado marzo en el congreso regional del PP andaluz en el que se cerró filas en torno a Moreno como presidente del partido con un respaldo del 95%. Sin embargo, un mes después de aquello, el partido está abierto en canal en al menos cuatro provincias andaluzas: Córdoba, Granada, Jaén y Sevilla.
Aunque la intención de la dirección del PP de Andalucía es desactivar las batallas internas de cara a los congresos provinciales que se celebrarán entre el 19 de mayo y el 3 de junio y, en la medida de lo posible, lograr listas únicas con candidatos afines, lo cierto es que esta posibilidad se da por perdida en esas cuatro provincias donde al menos dos candidaturas competirán por la presidencia.
Incompatibilidades mal digeridas
Pero, ¿cuándo comenzó a arder el partido? Juanma Moreno llegó a la presidencia del PP-A en febrero de 2014 por gracia del dedazo de Rajoy y, hasta el pasado mes de marzo no consolidó su liderazgo. Moreno ha intentado durante tres años -unas veces con más éxito que otras- configurar su propio equipo y ahora, ya legitimado, pretende culminar la renovación.
Su primer paso, aplicar la incompatibilidad entre cargos del Gobierno y presidentes provinciales, ya ha abierto una brecha. José Antonio Nieto y José Enrique Fernández de Moya, secretarios de Estado y presidentes de Córdoba y Jaén, respectivamente, dejaron su cargo orgánico. En cambio la norma no afectó al delegado del Gobierno y presidente en Cádiz, Antonio Sanz.
La decisión se interpretó como un golpe de mando de Moreno al no ser Nieto y Fernández de Moya personas de su confianza. Aunque fue la dirección nacional la que dictaminó este tipo de incompatibilidades, lo cierto es que se hizo púbica sólo dos semanas después de que el presidente del PP andaluz fuera reelegido como tal. Nieto y Fernández de Moya son afines a la secretaria general del PP y ministra de Defensa María Dolores de Cospedal, mientras que Moreno está en el bando de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría.
Ambos secretarios de Estado criticaron la resolución que los aparta de la primera línea del PP en Andalucía, ya que habían anunciado su intención de presentarse a la reelección. Esto, además, ha provocado en sus respectivas provincias, Córdoba y Jaén, una lucha por el control del partido con la presentación de al menos dos candidaturas.
Cospedal contra Arenas
Así, en Córdoba los aspirantes son el secretario general del partido y parlamentario Adolfo Molina, hombre de confianza de Nieto, y la apuesta de Moreno: Rosario Alarcón, portavoz adjunta en el Parlamento y número uno en las elecciones regionales de marzo de 2015. En el caso de Jaén, los candidatos son dos alcaldes: Juan Diego Requena (Santisteban del Puerto), que cuenta con el respaldo de Fernández de Moya, y Miguel Moreno (Porcuna).
La provincia de Sevilla también se encuentra en plena batalla interna. Se disputan la presidencia su actual responsable, Juan Bueno, y la que fue su secretaria general hasta el año pasado, Virginia Pérez. Esta misma semana ha tenido lugar el primer pulso entre candidatos con la presentación de avales: el ganador ha sido Bueno con 2.492 firmas de apoyo, mientras que la corriente alternativa aportó 1.809, aunque avisan de que los inscritos que van a presentar a la votación de compromisarios “serán muchos más”.
En el fondo de este conflicto subyace la histórica disputa entre María Dolores de Cospedal (apoyada por el sevillano Juan Ignacio Zoido, ministro de Interior, exalcalde de Sevilla y expresidente del PP-A) –que respalda a Juan Bueno- y el vicesecretario nacional del PP, Javier Arenas -con Virginia Pérez-.
El liderazgo de Moreno, en juego
Existe una tercera vía “de consenso”: José Luis Sanz, senador, alcalde de Tomares y hombre de la máxima confianza de Zoido, al que ya intentaron promocionar a la presidencia del PP andaluz sin éxito y que, según fuentes populares, para Arenas podría ser una alternativa “viable”. De momento, Sanz respalda a Juan Bueno como demuestra una imagen publicada en su perfil de Twitter en la que aparece junto al candidato, Cospedal, Zoido y otros militantes.
La cuarta provincia con el partido dividido es Granada. La crisis estalló con la imputación del anterior alcalde, José Torres Hurtado, por una presunta trama urbanística. Aquí están los afines al exregidor, como es el caso del concejal Juan García Montero, que ha presentado su candidatura a la presidencia del PP granadino, y el actual jefe del partido, Sebastián Pérez, que pretende ser reelegido. A ambos se suma una tercera candidata auspiciada por la plataforma denominada La fuerza de las bases: se trata de la presidenta del PP de Peligros, Mamen Castillo, que apuesta por “la regeneración” del partido.
En estos congresos no sólo se determinará a los responsables del partido en cada una de las provincias, sino que Juanma Moreno se juega afianzar su liderazgo en cada rincón de la comunidad y silenciar los tambores de guerra. Donde no habrá más de un candidato será en la otra mitad de Andalucía: Elías Bendodo, en Málaga; Antonio Sanz, en Cádiz; Gabriel Amat, en Almería; y Manuel Andrés González, en Huelva.