En Cataluña hay "prejuicios" contra Susana Díaz porque es una mujer y porque es andaluza. José Luis Rodríguez Zapatero aterrizó en Barcelona prometiendo "debates intensos sobre contenidos", pero con unas polémicas declaraciones dejó espantados a los dirigentes del PSC, indignó a los partidarios de Pedro Sánchez y a los independentistas catalanes.
"Aquí, en Cataluña, hay voces -no me refiero al PSC- que han puesto encima de la mesa prejuicios sobre el proyecto político de Susana Díaz", dijo minutos antes de reunirse con el líder de los socialistas catalanes, Miquel Iceta, en la sede del partido. El expresidente del Gobierno, uno de los pilares de la campaña de Díaz, estaba en Barcelona para un acto de campaña junto a otro puntal de la candidata, el diputado Eduardo Madina.
"Cuando hay una candidata, se tiene en cuenta el origen. Ya pasó con Carme Chacón, que era catalana y era un problema. Ahora pasa con Susana Díaz, que es andaluza y es un problema. ¡Qué casualidad!", exclamó.
El PSC, incrédulo; los sanchistas, irritados
Los líderes del PSC no daban crédito, máxime cuando una parte importante de los militantes y el electorado es andaluz o tiene orígenes en el sur de España. En una rueda de prensa, el secretario de Organización del PSC, Salvador Illa, se vio obligado a aclarar que su partido "no tiene prejuicios sobre ningún" aspirante. "Todos son magníficos precandidatos y personas con una trayectoria política muy relevante", dijo.
Los partidarios de Sánchez pusieron el grito en el cielo. "En Catalunya estamos orgullosos de haber tenido dos presidentes socialistas, uno de ellos de origen andaluz", dijo Carles Ruiz, alcalde de Viladecans (Barcelona), en referencia a José Montilla, president de la Generalitat, y Felipe González, del Gobierno.
"Le ha faltado llamar machistas y xenófobos a los catalanes", dijo en Twitter la diputada Zaida Cantera, que habla habitualmente en numerosos mítines en apoyo a Sánchez. "Si Susana produce rechazo no es por ser mujer y andaluza", explicaban fuentes cercanas al exlíder, que se encontraba precisamente en un mitin en Andalucía.
"Hay que tener poca vergüenza"
"Hay que tener muy poca vergüenza para decir esto en un país con un expresidente cordobés y una jefa de la oposición jerezana", decía por su parte Gabriel Rufián, diputado de ERC, en referencia a Montilla e Inés Arrimadas, portavoz de Ciudadanos en el Parlament.
Los prejuicios antiandaluces o anticatalanes han sido blandidos en momentos de tensión política. El equipo de Díaz recuerda polémicas sobre el acento de la candidata o dudas sobre su capacidad para ganar unas elecciones fuera de Andalucía, apelando a un supuesto voto clientelar o incluso a una capacidad intelectual y democrática mermada de los ciudadanos de la comunidad.
Pero las declaraciones de Zapatero no parecen ayudarle a ganar la confianza de un electorado, el de los socialistas catalanes, que asistió con disgusto a la abstención del PSOE ante Mariano Rajoy y el castigo a los siete diputados del PSC en el Congreso, que mantuvieron su "no" y rompieron la disciplina de voto. Tras ese conflicto, PSOE y PSC reformularon la relación entre ambos partidos, jurídicamente independientes. Durante un tiempo, los negociadores no descartaron que el PSC se quedara sin votar en las primarias por el liderazgo del PSOE.
El equipo de Díaz reconoce que perderá en Cataluña
Cataluña es la única de las grandes comunidades autónomas en la que el equipo de Susana Díaz da por hecho que perderá en las primarias del PSOE que enfrentan a la presidenta de Andalucía a Pedro Sánchez y Patxi López. "Lo tenemos muy difícil", confiesan en privado cercanos a Díaz.
En Cataluña están llamados a votar alrededor de 14.000 militantes de los 187.000 y la presidenta de la Junta aspira a tener un resultado digno, confiada en que la diferencia en otras comunidades, especialmente en Andalucía, la catapultará al timón del PSOE en Ferraz. "Pedro ganará en Cataluña, pero no le dará para compensar ni siquiera a la provincia de Sevilla", explican. Allí votan alrededor de 10.000 afiliados, menos de un cuarto del total de militantes andaluces.
"Lo hace mejor ella que quienes la apoyan", explica un alto cargo socialista. Hasta ahora, Díaz ha tenido que hacer frente a algunos excesos verbales a pesar de repetir en todos los mítines que no hay socialistas buenos y malos. El episodio más destacado fue el de Miguel Ángel Heredia, secretario general del grupo parlamentario socialista y diputado por Málaga, que llamó "hijaputa" a una compañera, Margarita Robles, y describió una conversación con el secretario general de CCOO que se descubrió que nunca había tenido lugar.