Si hace justo una semana todo eran problemas, ahora el camino del acuerdo sobre el Cupo entre las Administraciones central y vasca, exigencia previa del PNV para apoyar los Presupuestos Generales del Estado (PGE), aparece totalmente despejado.  El mismo portavoz del Gobierno, Josu Erkoreka, que el martes pasado transmitía la idea de bloqueo  ha señalado este martes que “el acuerdo está muy avanzado”  y ha ponderado las excelencias del mismo.

¿Qué ha ocurrido en ese intervalo de tiempo? El PNV ha intensificado su presión en el último tramo de la negociación  y el Gobierno de Mariano Rajoy, consciente de que se le agotaban los plazos ante el inminente debate presupuestario,  ha acabado por ceder hasta conseguir colmar las exigencias de los nacionalistas  vascos.

Para que ello fuera posible ha sido precisa la intervención política al más alto nivel que reclamaba el PNV, lograda a través de la implicación del propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy y su interlocución con el máximo dirigente del EBB, Andoni Ortuzar. Dos llamadas  telefónicas  a Sabin Etxea desde Moncloa consiguieron reconducir las conversaciones y aportar las garantías  que reclamaba el PNV para no enmendar a la totalidad los PGE.  La consecución de un acuerdo sobre el Cupo era  una condición esencial, aunque estas negociaciones se llevan a cabo en una mesa paralela a la presupuestaria.

El pacto entre ambos Gobiernos no está cerrado del todo pero ya nadie duda de su consecución. Hasta el punto de que Erkoreka ha asegurado que “podríamos estar a las puertas de una gran noticia económica” para Euskadi  porque “supone paz fiscal para 15 años”.

Se refiere a que el acuerdo resolverá diez años de litigio por las discrepancias  habidas en el cálculo del Cupo – el dinero que el País Vasco paga al Estado por las competencias no transferidas-  y establecerá además la metodología a aplicar para su cuantificación durante el próximo quinquenio.  Aunque para los nacionalistas la cuestión económica no es únicamente lo importante, las diferencias  sobre el Cupo entre las dos Administraciones en los Presupuestos de 2017 se elevan a 352 millones de euros y  están en juego otros 1.560 millones por las liquidaciones giradas durante la última década. Erkoreka no ha querido concretar las cifras del acuerdo con el argumento de que aún no está concluido.

El Cupo se establece a través de una Ley Quinquenal. La última fue aprobada en 2007 y permanece prorrogada desde su vencimiento en 2012 ante la falta de entendimiento para su renovación entre los  distintos Gobiernos central y vasco. Ni siquiera con los socialistas en Ajuria Enea y Zapatero en La Moncloa se consiguió poner fin al litigio.

“NO ES UN LOGRO CUALQUIERA”

Erkoreka se ha referido a estos antecedentes para valorar la importancia que el pacto tendrá en las finanzas públicas vascas, “pasadas y futuras”, una repercusión que ha hecho extensible a la situación económica en general, aludiendo “al empleo, la estabilidad y las inversiones”. “No es un logro cualquier”, ha afirmado.

Según el portavoz del Ejecutivo vasco el Gobierno de España  ha “cambiado la actitud” que mantenía durante la pasada legislatura, en la que contaba con mayoría absoluta,  y en los últimos días “ha flexibilizado” sus posiciones por lo que se han superado los escollos que impedían el acuerdo.

Cuando el pacto se cierre su contenido será trasladado a la Comisión mixta del Concierto Económico, órgano bilateral donde se ratificará. La previsión del Gobierno vasco es que podría reunirse este mismo mes de mayo.

Por otro lado, PNV y PP intensifican sus negociaciones en las horas previas al debate presupuestario de este miércoles,  sin que ninguno de los dos partidos haya anunciado  aún la fumata blanca que permitirá a Rajoy salvar los PGE de 2017.  En la mesa entre los dos partidos se debate aún sobre  transferencias pendientes y  la retirada del recurso judicial contra la ley de víctimas de abusos policiales, después de haber abordado con éxito  el trazado  ferroviario de alta velocidad y la factura energética de las empresas vascas, entre otros temas. Fuentes del PNV señalan que aún persisten “diferencias” que impiden a estas horas dar por cerrado el acuerdo.