No los citó explícitamente, pero el mensaje iba dirigido claramente para ellos. Felipe González, Alfonso Guerra y José Luis Rodríguez Zapatero arroparon a Susana Díaz el día que la presidenta andaluza presentó su candidatura a las primarias. Un apoyo que, según el exsecretario general del PSOE, hoy debería ser para él porque "defendemos lo mismo que ellos defendían hace 30 años".
En un Pabellón Carrus de Elche abarrotado -calculan entre 1.500 y 2.000 asistentes- Pedro Sánchez sacó pecho. Sus más de 53.000 avales válidos volvieron a abrir la pelea, esa que algunos daban por solventada y asumían que la "guerra de avales" demostraría. Sin embargo, "hace dos días alguno y alguna vio que había partido, que no estaba la cosa ganada". "59.000 contra 53.000. 59 contra 53. Eso son dos triples que vamos a meter al principio del segundo tiempo", afirmó entre aplausos para recuperar su idea de que diferentes miembros del PSOE querían ganar antes de que votasen los militantes.
"Cuando está candidatura habla del PSOE de la militancia quiere conseguir un partido donde los militantes de base se sientan tan importantes como los dirigentes. Estamos ante un nuevo PSOE y hay algunos que no lo entienden. Porque estamos dejando atrás el PSOE de cuatro o cinco por el PSOE de la militancia", prosiguió. "Y aquellos ilustres militantes, compañeros que fueron muchas cosas muy importantes, de las cuales nos sentimos orgullosos y corresponsables en los aciertos y en los errores, y que apoyan otras candidaturas, les decimos que estamos defendiendo lo que ellos defendieron 30 años antes, que con 35 años menos ellos estarían con nosotros defendiendo un PSOE de izquierda creíble, coherente, como nosotros estamos defendiendo hoy en la España de 2017".
Sánchez también aprovechó para negar su intención de echar al PSOE en manos de Podemos -"Queremos un PSOE de izquierda. No queremos girar el partido hacia ningún sitio, sólo queremos que el PSOE vuelva a ser el partido de la izquierda de este país, aunque habrá que preguntarse qué significa ser de izquierdas en la España de 2017"- y cargó contra Pablo Iglesias: "Siempre he pensado que Iglesias no sigue lo que dicen los votantes de Podemos porque vive mejor con Rajoy que con un presidente del PSOE".
El exsecretario general también se refirió a la moción de censura que Podemos piensa presentar: "A aquellos que ahora exigen mociones de censura les pregunto si la corrupción es ahora mayor que hace un año, porque hace un año la moción no hubiera sido necesaria. Y también le decimos a Iglesias que para ganar mociones antes hay que negociar y dialogar con los potenciales aliados. No se puede anunciar en ruedas de prensa y metiendo el dedo en el ojo a tus potenciales aliados".
La última referencia al líder del Podemos fue en referencia a la segunda vuelta de las elecciones francesas entre Emmanuel Macron y Marine Le Pen. "Pedimos el voto para Macron y le decimos a Iglesias que hable con Melenchon para que también pida el voto para Macron y que apoye la única opción proeuropea".
La corrupción fue el otro gran eje de su discurso, en el que pidió a Mariano Rajoy convertirse en el Richard Nixon de la política española -"que dimita y asuma sus responsabilidades"- porque, según él, "hay que regenerar la vida política de este país y eso sólo será posible cuando el Partido Popular deje de gobernar".
"Díaz quería ganar antes de tiempo y va a ser que no"
Estas líneas argumentales fueron las mismas que, ya por la noche, defendió durante su intervención en La Sexta Noche. Sánchez, eso sí, mostró su cara más crítica hacia su gran rival en el proceso de primarias, Susana Díaz, a quien censuró que "su principal problema es que quería ganar antes de que fuéramos a las primarias y va a ser que no".
Además, le afeó a Díaz el que la presidenta de la Junta enarbole su triunfo en Andalucía como un éxito personal y no del partido: "Hay que hablar en primera persona del plural porque no sólo las ha ganado ella". Además, Sánchez dispara y afirma que, siguiendo ese argumento individualista de su rival le "lleva a pensar que Griñán o Chaves son mejores que ella porque cosecharon mejores resultados".
En una jornada en la que ha querido mostrar su cara más amable tras el buen resultado de los avales, otro momento de cierta tensión ocurrió cuando le preguntaron por la posibilidad de que, en caso de perder, si forzaría una escisión del partido: "Es curioso", dijo, "que eso no se le pregunte al resto de candidatos, sólo a mí".
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