Hace cuatro años que murió un Grande de España. Con mayúscula y negritas, porque Manolo Escobar representó todo lo que era este país en la segunda mitad del siglo XX: soñador, trabajador y sencillo. Hoy, Escobar, el del carro, se ha convertido en canción protesta con su Y viva España.
El procés ha conseguido que "entre flores, fandanguillos y alegrías / nació mi España, la tierra del amor" se haya convertido en un proclama política. Qué distinto de los versos de L'estaca, Libertad sin ira o Al alba que triunfaron en la Transición. Todo cabe en la canción protesta. La explicación: Escobar, un charnego nacido en Almería y criado en Barcelona, ha pasado a representar la unidad de España frente al pulso separatista.
Manolo, que comenzó cantando con sus hermanos y se acabó haciendo de oro ejerciendo de galán ibérico -incluso se casó con una alemana, Anita Marx, el culmen del sueño español-, encarnó el anhelo de que "nada se le resiste al talento de alguien humilde y con principios", como escribió David Trueba a la muerte del cantante.
Manolo Escobar, símbolo constitucional
La canción que ahora suena y resuena como símbolo de la españolidad es en realidad un pasodoble compuesto por dos belgas, Leo Caerts y Leo Rozenstraten, en 1972. Eviva España, el título original, se escribió en flamenco, pero en el verano de 1973 la versión de Escobar sonaba en todos los pueblos de España -aunque Eva María de Fórmula V ocupaba el número uno en los ránkings-. El tema se ha cantado en decenas de idiomas, desde el neerlandés al sueco, y se han vendido más de 40 millones de copias.
Desde la victoria de la Selección Española de fútbol en el Mundial de 2010, no se había escuchado tanto. En los últimos meses se han multiplicado sus reproducciones: el 1-O el estadio del Bernabéu cantó al unísono el estribillo -Que viva España. La gente canta con ardor: que viva España. La vida tiene otro sabor-. Un vecino barcelonés, Jaume Vives, se convirtió en un símbolo de la resistencia contra el independentismo al poner la canción a todo volumen en su barrio mientras sonaban las caceroladas nacionalistas. Ha sonado en las diferentes manifestaciones a favor de la unidad de España de las últimas semanas. E incluso se convirtió en protagonista del escrache a la política valenciana, Mónica Oltra, por parte del grupo ultraderechista España 2000.
44 años después de que lo petase en las verbenas, ¿por qué Y viva España se ha convertido en el himno contra el independentismo? Los sociólogos son contundentes: el himno nacional no tiene letra y sin letra no hay emoción. ¿Se imaginan en la manifestación del 8 de octubre en Barcelona a medio millón de personas silbando el himno?
La música, catalizador patriótico
Hildegart González, profesora de Comunicación en la Universidad de Navarra, explica a EL ESPAÑOL que la eclosión de la canción responde a su mensaje claro: "Cuando quieres transmitir una idea muy clara, cuanto más letra haya mejor; en este caso la letra es directa porque sólo tiene un mensaje: que España perviva". "Mientras el himno nacional no le gusta a casi nadie porque no nos representa, la canción de Y viva España engancha muy bien con la gente y es fácil de cantar. Además, Manolo Escobar ha sido para muchas generaciones como Justin Bieber ahora, era un símbolo", narra González.
El sociólogo Alejandro Navas analiza la "gran capacidad de integración de la música a lo largo de la historia. Para Navas es fundamental recordar cómo "todos los movimientos sociales han usado la música como elemento de unión e identidad. Cualquier grupo que quiera movilizar a la masa y la opinión pública necesita un eslogan y una canción".
"El movimiento independentista sabe muy bien cómo movilizar todos los resortes de la opinión pública, los ciudadanos, hasta el foro político y los medios. Saben cómo pulsar la tecla de lo lúdico, de lo popular, lo dominan y conocen y aprovechan su eficacia movilizadora", analiza el sociólogo. A raíz de los últimos acontecimientos, desarrolla Navas, "el frente no nacionalista que había en Cataluña que estaba marginado y silenciado, se despierta -impulsados por el mensaje del Rey y la fuga de empresas- y tiene que armarse. Usan la bandera como símbolo, pero necesitan el equivalente a un himno, el himno nacional no tiene letra y es demasiado solemne, por eso necesitan una canción pegadiza y que represente las esencias patrias".
Para Navas la elección de Y viva España responde a esa necesidad, pero también a que es una "canción conocida no solo aquí, sino en Europa y en todo el mundo. Además, él es una figura muy apreciada en Cataluña" y que, por lo tanto, moviliza a sectores muy amplios. "Hemos visto cómo se ha roto la espiral del silencio de los no independentistas en Cataluña, ha sido un movimiento de la base que ha demostrado cómo se puede demostrar el coraje cívico sin ser agresivo".
"La sardana y el fandango me emocionan"
El doctor en Filosofía, Alejandro N. García, analiza el auge de la canción como una respuesta al camino democrático de los últimos 40 años: "El proyecto de España se consolidó como algo nuevo que intentaba abarcar todo lo que estaba silenciado. El Estado de las Autonomías se concibió como un caparazón donde nos unimos todos aunque éramos distintos". Sin embargo, explica García, ahora "hemos comprendido que ese caparazón bajo el que están todas las identidades patrióticas es, además, un proyecto colectivo que merece la pena por sí mismo y del que nos podemos sentir orgullosos. Hemos pasado de ser un país marginado a ganar mundiales de fútbol y a tener españoles por el mundo que ganan torneos de tenis, de motociclismo e incluso a tener un peso importante en Europa y en la geopolítica mundial".
Ese "orgullo" es para Navas la explicación a por qué ahora se usan símbolos como la bandera o el single de Escobar: "El sentimiento patriótico español, que antes se asociaba al franquismo, ante el embate catalanista ha resurgido como símbolo de unión, como algo que genera adhesión y del que merece la pena formar parte". Para el profesor la crisis catalana ha servido como "catalizador del sentimiento patriótico. Hace una década si cantabas Y viva España eras un facha, poco a poco ha habido una transformación y cada vez más gente se pregunta: '¿por qué no tengo razones para estar orgulloso de mi país?'".
Manolo Escobar cantaba "qué bonito es el Mar Mediterráneo, su Costa Brava y su Costa del Sol. La sardana y el fandango me emocionan, porque en sus notas hay vida y hay calor", sobre una España indivisible, de flamencas, toros y sol.