12 horas ingiriendo prensa catalana subvencionada: "España no es una democracia"
Ningún medio catalán puede permitirse financieramente el 155 y la forma de asegurarse su supervivencia es evitando la intervención de la Generalidad.
25 octubre, 2017 02:19Noticias relacionadas
“A pesar del alarmismo de los diarios, el turismo crece, el paro no ha subido y la versión catalana del conflicto no había tenido nunca una resonancia internacional tan grande”. Esto escribía el martes, impermeable a la realidad y rozando el género de la fantasía épica, el periodista Enric Vila en ElNacional.cat. Un diario digital que con apenas año y medio de vida ya ha superado a los antiguos líderes del sector Ara.cat y NacioDigital.cat. Algo habrá tenido que ver en ello su excelente diseño, a años luz del de sus competidores regionales.
ElNacional.cat se define como “catalán, de vocación europea y global”. Pero aunque entre sus textos de opinión suelen colarse algunas opiniones refractarias a la deriva independentista del Gobierno de la Generalidad, los titulares de sus artículos muestran un nada disimulado ramalazo nacionalista: El asedio españolista a Terribas se endurece con la luz verde al 155, De Vigo amenaza con utilizar la fuerza si hay desobediencia al 155, Trabajadores de Catalunya Ràdio y TV3 plantan cara a la amenaza de intervención. Su director es José Antich, de 62 años, director de La Vanguardia entre 2000 y 2013.
La etapa de Antich en La Vanguardia fue una de las más polémicas de la historia moderna del diario. Acusado con frecuencia de independentista encubierto, Antich solía defenderse diciendo que la independentista era en realidad su mujer, la también periodista Marta Lasalas. A la boda de su hija Adriana Antich en la coqueta iglesia de Santa María del Mar del barrio del Borne de Barcelona, celebrada en 2011 y cuando Antich aún era por tanto director de La Vanguardia, acudieron Artur Mas, el Conde de Godó y Pilar Rahola. Pero también Mariano Rajoy y Rodrigo Rato acompañado de su novia en aquel momento, Alicia González.
ElNacional.cat es una excepción dentro del panorama de la prensa escrita catalana. Porque ElNacional.cat apenas recibió 16.984 euros del Departamento de Presidencia de la Generalidad durante el segundo semestre de 2016, una cifra muy inferior a la que recibieron sus principales competidores digitales. Eso sí, en su cuenta de resultados, los ingresos por publicidad institucional superan holgadamente el 80%.
Cataluña 'is different'
El panorama de la prensa escrita catalana es muy diferente al del resto de la prensa escrita española. El Gobierno central no concede subvenciones directas a medios de prensa desde 1988, aunque sí inserta publicidad institucional de acuerdo a criterios más o menos objetivos. Es cierto que algunas comunidades han buscado la forma de esquivar esa prohibición de facto recurriendo a fundaciones, como hizo Castilla-La Mancha durante el mandato de María Dolores de Cospedal con los medios afines a su política, pero la regla general ha sido la de no conceder ningún tipo de ayuda directa.
No es el caso del País Vasco, Galicia y, sobre todo, Cataluña. Porque las tres comunidades históricas españolas conceden cada año subvenciones directas a sus medios locales de acuerdo a criterios de normalización lingüística y con la excusa del apoyo a la lengua regional. Pero algo diferencia a las tres comunidades. Mientras las subvenciones del Gobierno vasco se han repartido entre unos cien medios y las del Gobierno gallego entre apenas medio centenar, en Cataluña han recibido ayudas unos seiscientos medios de todo tipo. Las cuantías también difieren sensiblemente. Entre 2008 y 2014, el Gobierno vasco concedió 24 millones de euros en subvenciones. El Gobierno gallego, 14 millones. La Generalidad destinó a ello 181 millones. 82 en subvenciones directas y 99 en publicidad institucional, más opaca que las primeras.
Esa cifra no incluye el presupuesto de TV3 y Catalunya Ràdio, muy superior a esos 181 millones, ni otro tipo de subvenciones o ayudas de los ayuntamientos y las diputaciones. Tampoco incluye las suscripciones, uno de los medios que utiliza la Generalidad para financiar a los medios afines y que hacen que sea bastante más fácil encontrar determinados medios de ideología nacionalista en las bibliotecas y en las universidades que en los quioscos catalanes.
¿Tibios? Sólo pacientes
Durante el segundo semestre de 2016, último del que se tienen datos, el Departamento de Presidencia de la Generalidad repartió más de un millón y medio de euros en subvenciones a 100 medios digitales escritos en catalán y cuatro millones más a 202 medios de papel. La división entre digitales y analógicos permite la duplicación de las ayudas. El Periódico de Cataluña recibió por ejemplo 66.095 euros para su edición digital y 452.966 para su edición de papel. El diario Ara recibió 189.833 euros para su edición digital y 309.681 euros para su edición de papel.
El diario Ara es, para entendernos rápidamente, la joya de la corona de la prensa escrita catalana. Dirigido por Esther Vera, entre sus colaboradores habituales se encuentran varios periodistas y presentadores habituales de TV3: Antoni Bassas, Toni Soler, Albert Om, Empar Moliner y Xavier Bosch entre muchos otros.
De ideología nacionalista y, hasta hace apenas unos días, abiertamente independentista, el diario Ara ha empezado a ser criticado en determinados sectores del nacionalismo por sus recientes reparos frente a una declaración de independencia unilateral. Las diferencias son sólo de matices. El martes, el diario pedía elecciones a Puigdemont. Pero plebiscitarias y con el objetivo de “confirmar” los resultados del referéndum del 1 de octubre.
Porque en el independentismo catalán, las únicas diferencias son las existentes entre los que quieren la independencia el viernes y los que no tendrían demasiados problemas en esperar hasta la celebración de unos comicios constituyentes. Es decir entre los impacientes y los pacientes. En Cataluña, quien más quien menos sabe perfectamente que la convocatoria de comicios por parte de Puigdemont no sería una rendición frente al sector blando del PP, el de Soraya (ese que se conformaría con el abalorio de unas elecciones trampa), sino un método para ganar tiempo, aliviar la presión actual y recuperar fuerzas para el órdago final.
El diario Ara, en cualquier caso, tiene poco de tibio. “Presionado por los inextinguibles dinosaurios de su familia ideológica y por una prensa madrileña enloquecida -es decir por las mismas fuerzas que lo defenestraron durante la conjura de otoño de 2016- Pedro Sánchez se ha erigido en rehén voluntario de Rajoy y ha ligado la suerte del partido socialista a la brutal aplicación del artículo 155” escribía en él Joan B. Culla hace 48 horas. Gemma Calvet añadía: “A nivel internacional ya ha caído la máscara de la supuesta democracia española, que nos hizo creer que el pluralismo político era posible con la Constitución del 78. La España de la Audiencia Nacional y del intervencionismo sin legalidad ni legitimidad es ahora una sombra oscura que todo lo cubre”. Suso de Toro remataba: “No, España no es una democracia”.
Cataluña, peor que el Ulster
Mención aparte merece el diario El Punt Avui, perteneciente al Grupo Hermes Comunicacions, propietario también de otros medios como L’Esportiu o Presència. El Grupo Hermes recibió durante el segundo semestre del año pasado 445.105 euros de subvención para la edición de papel de El Punt Avui y 80.221 para su edición digital.
El Grupo Hermes es también propietario de Catalonia Today, un medio de noticias sobre Cataluña escrito en inglés. Catalonia Today cuenta con 4.500 suscriptores y una difusión de 15.000 ejemplares, y su directora es Marcela Topor, la esposa de Carles Puigdemont. Topor, periodista de nacionalidad rumana y quince años más joven que el presidente de la Generalidad, no se queda atrás con respecto a su marido cuando se trata de opinar sobre el proceso independentista: “El domingo 1 de octubre, que los medios han llamado Bloody Sunday, lo ha cambiado todo. La gente de Cataluña ha demostrado durante los últimos días una admirable capacidad para la calma y la resistencia pacífica”.
La referencia al Domingo Sangriento (Bloody Sunday) encaja a la perfección en la retórica del victimismo independentista. Bloody Sunday es el nombre con el que se conoce en el mundo anglosajón a los eventos del 30 de enero de 1972, cuando una multitud se manifestó en protesta por el encarcelamiento de varios sospechosos del IRA en Derry, Irlanda del Norte, y fue acribillada por el Primer Batallón de Paracaidistas del Reino Unido. Ese día murieron quince manifestantes. El último editorial del Catalonia Today insiste en esa misma línea de dramatismo hiperventilado: “Cataluña es ahora el centro de la atención internacional y lo que se está viendo es que, de las dos partes involucradas, son los catalanes los que están intentando evitar el conflicto. Si Rajoy ignora esta oportunidad con algún gesto autoritario, España será rechazada durante décadas”. ¿Y por qué no siglos?
Nada, en cualquier caso, que choque por excesivo con los textos publicados a diario en El Punt Avui. “El nacionalismo español y su Estado, incapaz de entender su propia realidad y viéndose impotente, se han lanzado contra la mayoría social de Cataluña con la activación del artículo 155”, escribía el martes en sus páginas Miquel Sellarès, primer director de la policía de Cataluña. Y añadía: “Si se aplica el 155, los Mossos tendrán que acatar la ley, pero también defender a sus ciudadanos, sus instituciones y su dignidad”. Cuando los medios nacionalistas hablan de los ciudadanos catalanes se refieren obviamente a los ciudadanos catalanes independentistas. En plata. Los no independentistas ya pueden ir olvidándose de ser defendidos por los Mossos d’Esquadra.
El que se mueve no sale en la foto de la subvención
El diario digital Naciodigital.cat, dirigido por la periodista Karma Peiró, recibió durante el segundo semestre de 2016 224.281 euros de la Generalidad. El martes su web se abría con un anuncio de Òmnium que pedía la libertad de los Jordis. Los titulares de sus artículos de opinión tampoco dejaban duda alguna acerca de su ideología: La última oportunidad del PSC, Bombardear Barcelona, Confrontación, Rendirse no es una opción, Elecciones o independencia, Digamos no, Millones para hacer frente al 155, Proclamar y resistir, Gentuza retratada, El Piolín no hace ni gracia ni pena, Y todo por no permitir votar, La fuerza de la gente, Resistir, El golpe de Estado, Os pegan lo normal, El guion preestablecido del 155, La llama no se apagará, La deriva española, Nos quieren rotos. Hasta en la Meca hay más diversidad de opiniones.
Otro de los principales diarios digitales catalanes y catalanistas, VilaWeb, recibió 135.181 euros durante el segundo semestre de 2016. Dirigido por Vicent Partal, VilaWeb es, si cabe, el medio más abiertamente independentista de todos los mencionados hasta el momento. Sus editoriales son una oda al autoengaño. Esto escribían en el del martes: “Hace meses escribí que el 155 era inaplicable y hace semanas explicamos todos que no se atreverían a aplicarlo. Alguien lo puede interpretar como un error en el análisis, pero creo que se puede razonar de una manera comprensible. El 155 era inaplicable y por eso no lo aplican. Esto que propone Mariano Rajoy no es la aplicación del artículo 155, como cualquier jurista aficionado sabe. Esto es otra cosa, fuera de la Constitución y de las leyes”. Si aciertan, bien. Y si no aciertan, retuercen la realidad hasta que encaje en el relato que han predefinido para su enemigo imaginado. Y si aun así siguen pintando bastos, insisten. “Quizá si viésemos este cambio súbito de posición del Gobierno español respecto al 155 como la muestra de pánico desesperado que es en realidad, entenderíamos mejor dónde está nuestra fortaleza”.
Invita la casa
En total, más de 200 medios impresos de todo tipo y condición reciben en la actualidad subvenciones de la Generalidad. Entre ellos Sant Cugat Magazine, El Xic Torrellenc, L’Agroactivitat, La Cabana Grupo de Premsa de la Fatarella y Lo Pedrís. Sus ayudas superan por poco los mil euros en la mayoría de los casos. A ellos se suman 18 radios (RAC-1, la principal beneficiada, recibió 103.331 euros durante la segunda mitad de 2016), 20 televisiones privadas (con Canal 21, TV Girona y Canal Terres de l’Ebre a la cabeza con 40.792, 38.325 y 37.291 euros respectivamente) y un puñado de los llamados chiringuitos. Es decir asociaciones de prensa como la Associació Catalana de Premsa Comarcal, la Associació de Mitjans d’Informació i Comunicació, la Associació Catalana de Mitjans Locals o la Associació Empresarial de Publicitat, que recibieron en total casi 800.000 euros. Y entre ellos, obviamente, el Colegio de Periodistas de Cataluña.
Tres apuntes finales
El CESICAT, el famoso Centro de Seguridad de la Información de Cataluña en el que entró la Guardia Civil el pasado 30 de septiembre por orden de la magistrada Mercedes Armas con el objetivo de impedir el voto y el recuento electrónico del referéndum del 1 de octubre, recibió casi dos millones de euros en sólo seis meses en concepto de "contraprestación económica de las soluciones TIC recurrentes que el CTTI" (Centro de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información de la Generalidad) le presta.
También recibió un millón de euros en el mismo periodo de tiempo la FUNDACC, una fundación cerrada desde 2014 y que pretendía competir con las dos principales empresas de medición de audiencias españolas, el EGM y la OJD, porque estas no “ofrecían un retrato preciso de las audiencias catalanas”. El FUNDACC, creado por el exconsejero de Cultura Joan Manuel Tresserras, de ERC, murió víctima de los recortes presupuestarios provocados por la crisis y de una mala planificación financiera: el 60% de su presupuesto lo aportaba la Generalidad y el restante 40%, la Diputación y algunos medios. Lo contradictorio de sus resultados con respecto a los de el EGM y la OJD hicieron desconfiar a los clientes y la FUNDACC cerró dejando varias deudas con las empresas que realizaban las encuestas.
Y el punto final. 761.733 euros recibió durante el segundo semestre de 2016 el diario La Vanguardia. El mismo diario que el martes, por boca de su director Màrius Carol, y después de haber legitimado por activa y por pasiva el desafío independentista, le pedía a Puigdemont que viajara a Madrid, explicara su visión de Catalunya (lo escribían con ny aunque el texto estaba escrito en castellano) y, a la vuelta a Barcelona, convocara elecciones de inmediato. Es la mejor manera de asegurarse de que esos 761.733 semestrales no dejan de fluir en la dirección correcta.
Llevo 12 horas leyendo prensa catalana subvencionada y me doy cuenta de que ningún medio catalán puede permitirse financieramente el 155 y de que la mejor manera de asegurarse su supervivencia es evitando la intervención de la Generalidad y el levantamiento generalizado de alfombras. De ahí los recientes reparos de la prensa catalanista frente a una hipotética declaración de independencia unilateral y sus peticiones desesperadas de elecciones a Puigdemont. ¿O es que alguien creía que habían entrado en razón?