Vértigo en el Gobierno ante una campaña con candidatos huidos o en la cárcel
Moncloa prefería medidas judiciales más laxas, pero no cree que la decisión de la juez afecte al resultado 21-D.
3 noviembre, 2017 02:30Noticias relacionadas
El encarcelamiento de Oriol Junqueras y siete exconsejeros del Govern ha golpeado la precampaña de las elecciones autonómicas del 21-D. El Gobierno no ha descorchado champán precisamente con el auto de la juez Carmen Lamela. Buena parte de los ministros prefería un escenario diferente y hacía votos por medidas cautelares más laxas.
En Moncloa eran conscientes de que la separación de poderes podía propiciar algo así. Y que los tiempos judiciales y políticos nunca van de la mano. La huida de Carles Puigdemont y varios consejeros a Bruselas, y el empeño del destituido Govern en negarse a aceptar su situación y seguir desafiando al Estado de Derecho no han dejado demasiado margen a Lamela.
Proceso judicial y electoral
La decisión de Rajoy de llamar a las urnas nada más asumir las competencias de la Generalitat con el artículo 155 ha producido una coincidencia temporal de procesos diferentes -el electoral y el judicial-, pero que discurren en paralelo.
El Gobierno sabe que el encarcelamiento es ahora el único clavo ardiendo del independentismo, si es que los ex consellers siguen en prisión hasta el 21-D. Y produce cierto vértigo la idea de que algunos candidatos como Junqueras y los propios Jordis (Jordi Sánchez y Jordi Cuixart) hagan campaña desde la cárcel. Incluso que se sume a ellos Puigdemont desde su exilio. La ley no les impide presentarse a unas elecciones mientras no haya sentencia firme.
Moncloa entiende que los separatistas explotarán el victimismo, pero al mismo tiempo considera que la campaña es larga y confía en que habrá otros asuntos encima de la mesa. Los partidos separatistas culminaron la proclamación de la República el 27 de octubre sin resultados reales. Y las fuerzas constitucionalistas van a recordar las contradicciones del procés, la fuga de empresas y la situación de anormalidad permanente que vive Cataluña.
No afectará al 21-D
El Gobierno no cree que el encarcelamiento de Junqueras y los demás consellers tenga demasiado impacto en el resultado del 21-D. Si el voto independentista puede movilizarse, el constitucionalista también está movilizado y con ganas de ir a las urnas. En el peor de los casos, dicen, se repetirá una división en bloques prácticamente idéntica a la de hace dos años.
Las protestas convocadas en Cataluña tras el encarcelamiento no han sido especialmente numerosas si se comparan con otras convocatorias y si se tiene en cuenta la contundencia de la decisión judicial. Moncloa considera que gran parte de la sociedad catalana (también la independentista) está empezando a apreciar la normalidad de los últimos días y muestra con el desapego a las manifestaciones su desacuerdo con la tensión generada por este proceso.