"Llibertat". "No esteu sols". "Help Catalonia". "Visca la República Catalana". El acto del ex presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, con 200 alcaldes independentistas en el centro cultural de Bozar en Bruselas se ha convertido en el primer gran mitin de los secesionistas de cara a las elecciones autonómicas del 21-D.
Puigdemont ha sido aclamado repetidamente por los ediles, desplazados a la capital belga para la ocasión sin que se sepa quién ha pagado los gastos. Y ha endurecido, si cabe, su pulso contra Mariano Rajoy, al que acusa de dar un golpe de Estado contra el "Gobierno legítimo" de Cataluña.
La lista de agravios es ya interminable. Puigdemont acusa al Gobierno de Rajoy de un "ataque indigno"; de un "golpe de Estado de España contra un Parlamento y un Gobierno legítimos"; de "encarcelar a los que piensan diferente" o de "vulneración de los derechos humanos y maltrato a los detenidos".
Según su relato, que no se dirigía tanto a los alcaldes ya convencidos sino a la prensa internacional acreditada en Bruselas, la historia de Cataluña es la de una de las naciones más antiguas de Europa en continua lucha para librarse de la opresión de España. "Cataluña sólo ha progresado cuando se gobernado por sí misma", ha sostenido Puigdemont en un discurso que en su mayor parte ha sido en francés.
El fascismo y el PP
"Desde Felipe V hasta Felipe VI, desgraciadamente lo más frecuente en la historia ha sido una ausencia de libertad, la supresión de toda forma de autogobierno. Esto ha sido lo normal en la relación entre Cataluña y España: una historia llena de prohibiciones, de suspensiones, de golpes de Estado y detenciones", sostiene el expresidente catalán.
"Ha habido Gobiernos antes que el nuestro que han conocido la prisión, el exilio, la persecución. No hay que olvidar que el fascismo español, ayudado por el nazismo, fusiló al presidente 123 de la Generalitat de Cataluña, Lluis Companys. Nunca lo olvidaremos. Y es un fascismo que hoy, en 2017, con impunidad total, participa en las manifestaciones convocadas por el partido que Gobierna España", ha asegurado Puigdemont.
Su mensaje a los dirigentes de la UE ha sido contradictorio. Por un lado, les critica por ponerse del lado del Gobierno español y hacer la vista gorda ante lo que considera vulneraciones de los derechos humanos y represión policial durante el referéndum del 1-O. Por otro lado, sigue pidiendo a Bruselas que intervenga y medie en la crisis catalana.
Por lo demás, Puigdemont ha exigido tanto al Gobierno español como a Bruselas que respeten los resultados del 21-D si ganan los partidos independentistas. Antes que él, han intervenido varios de los alcaldes desplazados a Bruselas y los cuatro exconsellers que le acompañan en su exilio en Bélgica, pendientes de la euroorden cursada por la Audiencia Nacional. El acto se ha cerrado con una foto de familia de Puigdemont con los alcaldes y sus varas de mando, que han cantado Els Segadors, el himno catalán.