La situación procesal de Oriol Junqueras afecta directamente a cómo los suyos y sus rivales encaran la cita electoral que decidirá el futuro de Cataluña. Por un lado, ERC considera que hacer una campaña con su líder entre rejas puede servir para que su formación sume más votos. En el lado contrario se sitúa el Partido Popular, que cruza los dedos para que el Tribunal Supremo acelere los trámites y conceda la libertad provisional a los miembros del Govern encarcelados en los próximos días y poder así jugar "en igualdad de condiciones".
En unas elecciones como las del 21 de diciembre, entendidas más en clave nacional que en autonómicas, conseguir un voto más que el bloque contrario es considerado por todos una victoria. En el caso de ERC, los estrategas tienen que convencer a su electorado de por qué el 21-D es más necesario que nunca votar a un futuro presidente que está en la cárcel.
Para llegar al corazón de los potenciales votantes, en esta precampaña ha irrumpido ya un factor hasta ahora nunca visto. Los familiares de los candidatos que se encuentran en prisión preventiva actuarán de portavoces para explicar cómo son sus vidas desde que un juez envió a una cárcel madrileña a sus maridos, a sus padres o a sus madres.
Hasta ahora, en ninguna campaña electoral se ha visto a parejas o hijos de candidatos actuar como portavoces. En este caso, los candidatos de ERC a revalidar sus escaños en el Parlament el 21-D han apostado por esta vía para llenar de emotividad sus candidaturas. Son conscientes de que las lágrimas y el testimonio en primera persona se puede traducir en mucho más apoyo.
A pesar de que es imposible descifrar cómo influirá en el electorado esta variable, en el Partido Popular se muestran desanimados y creen que alargar la prisión provisional ineludible para los exconsellers solo provocará que el bloque independentista crezca en número de votos. Por eso, siempre en privado, altos dirigentes del partido que sustenta al Gobierno confían en que el magistrado del Supremo conceda la libertad a los presos y les prive de exprimir el victimismo de que son presos políticos.
Desde que Junqueras y otros siete exconsellers duermen en prisión, el Ejecutivo y los conservadores se han alineado para lanzar un único mensaje: respeto absoluto a las decisiones judiciales. El PP está dispuesto a defender la activación del artículo 155 de la Constitución y anular el argumento de los independentistas, que aseguran que la autonomía de Cataluña ha sido destruida desde que Moncloa tomó el control. Un ejemplo de ello ha sido la presentación del lema de campaña, donde el candidato, Xavier García Albiol, estuvo arropado por los senadores que el 27 de octubre autorizaron al Gobierno a aplicar el artículo 155 de la Constitución para intervenir Cataluña.