Si el miércoles el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, asistía a una ópera sobre la ocupación española en Flandes acompañado de su abogado, Paul Bekaert, este jueves ha querido seguir alimentando el victimismo del nacionalismo catalán celebrando un acto en una casa taller de un artista belga que protegió a judíos durante la ocupación alemana y el Holocausto.
Puigdemont ha asegurado este jueves que tanto él como los exconsellers están en Bruselas para "continuar defendiendo las instituciones catalanas" como "representantes legítimos", al mismo tiempo que ha deseado que "nunca más tenga que haber un gobernante escogido por un parlamento democráticamente que tenga que estar en la cárcel".
"Estamos aquí para continuar defendiendo las instituciones de las que somos representantes legítimos, unas instituciones que las escogió el pueblo de Cataluña, que no son obra y gracia de ninguna Constitución, sino que son obra y gracia de la historia de Cataluña", ha subrayado.
"También porque los consejeros, las consejeras nos sentimos con un deber moral de defenderlas, de defender nuestras instituciones, no de defenderlas como personas, seguramente esto lo haríamos mejor allí, sino defender lo que representamos como institución", ha añadido.
Además, Puigdemont ha deseado que "nunca más tenga que haber un gobernante escogido por un parlamento democráticamente que tenga que estar en la cárcel por haber cumplido con lo que se comprometió a cumplir ante la cámara de representación de la soberanía", según recoge Europa Press.
"Que ningún gobernante tenga que protegerse fuera porque se siente amenazado por una deriva absolutamente autoritaria que recorta libertades. Que no vuelva a pasar nunca más, porque creo que no lo merece ningún pueblo", ha continuado.
El expresident de la Generalitat se ha pronunciado de esta forma en un acto en Bruselas para conmemorar el primer mes desde que él y los exconsellers que le acompañan llegaron a la capital belga. No obstante, Puigdemont no ha querido hacer declaraciones a los medios ni a su llegada ni a su salida del evento.
Puigdemont ha querido dotar al evento de una cierta carga simbólica y por eso ha elegido una casa taller que fue refugio de judíos durante la ocupación alemana, para lograr un mayor dramatismo y tratar de imprimir mayor fuerza al discurso nacionalista catalán en el extranjero. Su objetivo sigue siendo recabar apoyos y eludir, o al menos atrasar, su extradición a España.
Aunque eluda hacer declaraciones a los periodistas, empieza a ser más frecuente ver a Puigdemont en actos públicos un mes después de que llegara a Bruselas para eludir la citación de la Audiencia Nacional. El pasado sábado presentó en un hotel a las afueras de Brujas las listas de Junts per Catalunya para las elecciones del próximo 21 de diciembre y este miércoles se le pudo ver en la Ópera de Flandes, en Gante, asistiendo a una representación de El Duque de Alba, de Gaetano Donizetti.
El próximo sábado se cuenta también con su presencia en un gran evento organizado en Amberes por el periódico flamenco De Standaard, en cuyo marco el expresident será entrevistado por dos periodistas del diario ante una audiencia de unas 800 personas.
Antes de la intervención de Puigdemont, el exconseller de Salud, Antoni Comín, ha denunciado que la situación de "persecución" en la que se encuentran es "impropia" de un Estado de Derecho, al tiempo que ha pedido a la Unión Europea que "escuche" y que mire "con mucha atención" lo que ocurre en Cataluña porque "es un desafío para la UE".
Por su parte, la exconsellera de Agricultura, Meritxel Serret, ha señalado que los 30 días en Bruselas han sido "intensos", "complicados" y "difíciles", pero al mismo tiempo ha asegurado que los cinco se mantienen "firmes y comprometidos" para "continuar trabajando por una Cataluña libre".
También ha tomado la palabra la exconsellera de Enseñanza, Clara Ponsatí, quien ha afirmado que "hace un mes llegamos a Bruselas determinados a no rendirnos" y ha dirigido a las instituciones internacionales y europeas el mensaje de que "la causa catalana es una causa democrática" y "pacífica". "No nos rendiremos nunca", ha dicho.