La primera visita de Mariano Rajoy a Cataluña en campaña electoral ha sido Lérida y la elección no ha sido casual. El presidente del Gobierno ha querido reivindicar el voto útil para su partido, que va último en las encuestas, en la provincia donde su partido perdió su escaño el 21 de diciembre de 2015 y lo recuperó seis meses después. "Un PP fuerte en el PP es más necesario que nunca", pidió una y otra vez.
El jefe del Ejecutivo clausuró un acto de campaña de su candidato a la Generalitat, Xavier García Albiol, y quiso poner el foco en las 24.355 papeletas de la provincia que llevaban su nombre en la última contienda electoral. "Esos votos fueron útiles porque con esos votos hoy se gobierna España. Con esos votos se ha evitado, aplicando la Constitución, un disparate. Para eso sirven los votos que nos dieron en Lleida el 26 de junio".
A pesar de que los sondeos electorales no son nada buenos para el partido que sustenta al Gobierno, el Ejecutivo interpreta esta campaña autonómica en clave nacional y se ha volcado de lleno para que el 21 de diciembre los resultados sean muchísimo mejores que los que pronostican las encuestas. En su intervención, Rajoy insistió en que el voto para el PP es un voto "seguro" que no está sujeto "a ningún cambalache" y no se pondrá "al servicio de ninguna causa de la que nadie tenga que arrepentirse nunca".
Los aplausos más efusivos llegaron cuando el presidente pidió a los presentes que hablen bien de España. "¡Ya está bien de hablar mal! Sintámonos orgullosos de lo que tenemos", añadió. Además, quiso remarcar el eslogan de su campaña, que "España es la solución" y prefirió mirar hacia delante porque "nos quedan muchos siglos por delante".
Antes de finalizar, el líder del PP insistió en que "cada voto es decisivo" para enterrar al procès en las urnas. "El 26 de junio fue una prueba de que con fe y esfuerzo se cambian las cosas. Ese voto fue útil para Lleida, para Cataluña y para España. El día 21 también lo será".
El propio Albiol, que este viernes cumple 50 años, hizo de anfitrión y se encargó de criticar con más dureza a los líderes del desafío. "Son tan buenos organizando manifestaciones como hundiendo Cataluña", recordó antes de reflexionar con sus compañeros si se imaginan "cómo estaríamos ahora si Rajoy no hubiera convocado elecciones".