La participación en las elecciones catalanas ha alcanzado un récord histórico al rozar el 82 por ciento del censo, con el 80% de los votos escrutados, en unos comicios caracterizados por una fuerte polarización del electorado. Esta cifra supone un aumento de siete puntos con respecto a las autonómicas de 2015, cuando ya batió las marcas anteriores con el 74,95 por ciento.
Esta gran movilización electoral, que ya habían augurado la mayoría de las encuestas, ha logrado batir incluso el récord de participación entre todas las contiendas electorales celebradas en España, el 79,9% de las generales de 1982, cuando triunfó el PSOE liderado por Felipe González.
La mayor participación se ha registrado en la provincia de Barcelona, donde más del 82% de los electores ha depositado su voto, siete puntos más que hace dos años. En Barcelona ciudad la participación ha sido algo menor, de un 81,35 por ciento, y un aumento de algo más de cuatro puntos, pues en el año 2015 alcanzó un 77,08 por ciento.
La circunscripción de Girona ha sido la segunda en participación, con un 81,5 por ciento del censo y un aumento de un 5,5 por ciento con respecto a 2015.
Por su parte, Tarragona y Lleida han registrado una participación de un 80,5 por ciento, si bien en la demarcación leridana el aumento ha sido mayor, al partir de un 73,63% en las elecciones de 2015, por un 74,19% de la circunscripción tarraconense
El segundo avance de participación ya confirmaba un 21-D de gran movilización. El voto a las seis de la tarde se elevaba hasta el 68,33% del censo, es decir, cinco puntos más que a la misma hora en las elecciones del 2015, cuando era del 63,12%. El repunte era especialmente significativo en los feudos tradicionales del constitucionalismo.
La participación subía en las cuatro provincias, sobre todo en Barcelona y Tarragona, con un repunte de cinco puntos. La primera es la más poblada y se en ella se reparten 85 de los 135 en juego. En 2015 el independentismo se llevó 39 de los 85 diputados, menos de la mitad. En Tarragona ganaron en 2015 los partidarios de la república, pero sólo por un escaño. Se trata de las provincias más pobladas, urbanas y jóvenes. Las menos independentistas.