El separatismo sigue sin ponerse de acuerdo para formar Gobierno en Cataluña a una semana de la constitución del nuevo Parlament. ERC ha rechazado la última oferta de Carles Puigdemont, que este lunes filtraba a los medios la posibilidad de regresar a España y aceptar por tanto su ingreso en prisión si es investido presidente telemáticamente. La formación republicana ha rechazado especular sobre la metodología de la investidura (presencial o telemática) hasta asegurarse la mayoría de la Mesa de la cámara. Mientras que el abogado de Oriol Junqueras ha anunciado una nueva estrategia que permita al líder de Esquerra asistir a la sesión constitutiva del 17 de enero y a un hipotético debate de investidura.
El pulso entre Junqueras y Puigdemont es cada vez más tenso. El supuesto compromiso del ex presidente de volver a Cataluña si consigue ser investido no ha encontrado el eco que esperaba en ERC. Tampoco fue bien recibido su anterior órdago de bloquear el Parlament. Puigdemont ha publicado una enigmática foto de una carretera catalana y la palabra "caminos" en su cuenta de Instagram. Pero su regreso no está hoy más cerca que ayer.
La propuesta de Puigdemont buscaba un doble objetivo. Por un lado, poner al Gobierno en el aprieto de la detención de un presidente electo por una Cámara legislativa. Y, por otro, admitir su ingreso en prisión a cambio de un mandato más bien simbólico contra el 155 y quizá alguna foto en el balcón de la Generalitat si consigue eludir a la Policía en su regreso. Pero más allá del momento Tarradellas, Puigdemont debería dimitir inmediatamente. Y el Parlament votar a un nuevo president.
ERC: "Decidirán los letrados"
A ERC no le ha gustado la idea. El diputado republicano Roger Torrent ha dicho la investidura vía plasma está en manos de los letrados del Parlament. "Son los letrados quienes tienen que definir cómo se interpreta", ha dicho. Torrent ha señalado que su candidato a la presidencia es Puigdemont, pero que el Govern "tiene que poder gobernar desde el minuto uno". El empeño en contraponer Puigdemont a estabilidad es lo que tiene empantanado el acuerdo entre las fuerzas separatistas.
"Nuestro candidato es Puigdemont, pero estamos convencidos de que estamos ante una oportunidad de hacer efectivo el mandato del 21-D", ha asegurado. "Lo que conviene a Cataluña es una legislatura productiva que empiece a trabajar".
La investidura telemática, según Puigdemont, se fía a una interpretación del reglamento del Parlament. Algunos expertos dicen que no es factible. Otros, como Puigdemont, consideran que no está expresamente prohibido y que se puede forzar el reglamento. La voluntad de la Mesa de la Cámara será determinante a la hora de empujar la ley al límite (o sobrepasarla), como ocurrió en los plenos de las leyes del referéndum y transitoriedad en septiembre. La todavía presidenta del Parlament Carme Forcadell y varios miembros de la anterior Mesa están imputados en el Tribunal Supremo por ello.
El debate sobre la composición de la Mesa está en plena ebullición. Entre otras cosas porque no hay tiempo. El órgano rector del Parlament se votará el 17 de enero. El único partido que ha anunciado públicamente candidato es Ciudadanos, que como ganador de las elecciones del 21-D presentará a José María Espejo. El problema para las fuerzas separatistas es que en este momento, con ocho diputados entre huidos y encarcelados, no tiene la mayoría absoluta del Parlament.
Mesa e investidura
Si los huidos no renuncian a su acta antes de esa fecha, los ocho diputados de Catalunya en Comú-Podem tendrán la llave de la presidencia de la Cámara. El partido de Ada Colau se reunirá el martes con Ciudadanos, pero es muy improbable que alcancen algún tipo de acuerdo. El grupo que lidera Xavier Doménech debe decidir si apoya a otro candidato o si presenta uno propio. La Mesa está formada por siete miembros y lo importante es tener la mayoría, es decir cuatro. Todas las opciones están ahora mismo abiertas. Y el presidente podría ser de Ciudadanos, separatista o incluso del PSC o de Podemos.
La Mesa puede despejar muchas dudas sobre la investidura, pero no todas si nadie da su brazo a torcer. Los partidos constitucionalistas asisten entre perplejos y preocupados al rifirrafe entre ERC y la lista del ex presidente. Algunos opinan abiertamente que el desenlace será una repetición de las elecciones en junio. Otros creen que el separatismo, aunque sea en el último minuto, logrará un acuerdo como el del propio Puigdemont en lugar de Artur Mas hace ahora dos años.
Mientras tanto, Junqueras busca una nueva estrategia de defensa que le acerque al Parlament. Después del varapalo judicial del Supremo, el líder de ERC estudia pedir su traslado a una cárcel catalana, según han informado varios medios catalanes. La idea es poder participar al menos en la sesión del 17 de enero. Quizá en otras. No parece que Junqueras se haya dado por vencido en su empeño por ser presidente de la Generalitat.
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