¿Qué respuesta se merece el nacionalismo? La Fundación Villacisneros y la Fundación Valores y Sociedad reunieron a centenares de personas para escuchar propuestas sobre cómo coser España para evitar su ruptura. Los ponentes -José Ramón Bauzá, senador por Baleares del PP; Isabel Bonig, presidenta del PP de Valencia; Rosa Díez, ex presidenta de UPyD; José María Fidalgo, ex secretario general de CCOO y Juan Carlos Girauta, portavoz parlamentario de Ciudadanos-, hicieron su propio diagnóstico sobre la situación que atraviesa el país y coincidieron en una tesis: los nacionalistas han ganado muchas batallas, en parte, porque no se ha defendido con ahínco qué es España.
Girauta, que intervino en último lugar, advirtió a los secesionistas catalanes que si se intenta investir telemáticamente a Carles Puigdemont en los próximos días "se anulará". También insistió en que si cualquier otro candidato independentista no actúa dentro de la ley el artículo 155 de la Constitución se aplicará "cuantas veces haga falta" hasta que Cataluña "tenga un gobierno que sea el que nos merecemos los catalanes".
TV3 "cultiva el odio hacia Cataluña"
El portavoz parlamentario de Cs recordó también que el discurso del Rey el 3 de octubre sirvió para que "un millón de catalanes saliéramos a la calle el día 8 de octubre con la bandera de España". A su juicio, el nacionalismo catalán "es tan invasivo que se te metería hasta en el dormitorio". Como ejemplo puso a TV3, "que cultiva el odio hacia España todas las horas del día".
Fidalgo resumió en una frase el sentir de la jornada: "Para ganar esta batalla nos faltan bastantes piezas. La mayor decepción ha sido la de la izquierda, y sé que sin la izquierda habrá muchas dificultades para fabricar españoles". El ex secretario general de CCOO definió lo que, a su juicio, debería ser un español: "No es solo una emoción patriótica cuando ven una bandera. Tienen que sentirse adheridos a lo que le da su patria y no tiene fuera".
La más ovacionada fue Rosa Díez, que pidió la centralización de las competencias de la educación para que los nacionalistas no utilicen a los niños. "Ahí está la madre del cordero", resumió la exparlamentaria. "A la vista está que no nos ha ido bien y creo que la educación es la clave. Ni siquiera habría que cambiar la Constitución para hacerlo", añadió. Además, pidió a Mariano Rajoy no hacer cálculos electorales a la hora de enfrentarse al desafío secesionista. "Si hubieran aplicado el artículo 155 el 9 de noviembre de 2014 no se hubiera celebrado el 1 de octubre", añadió antes de zanjar: "Quiero un gobierno que aplique la ley para poder ganar".
La extensión hacia Valencia y Baleares
Bonig y Bauzá pusieron como ejemplo de la extensión de los nacionalismos Valencia y Baleares. La presidenta del PP en la Comunidad Valenciana recordó que el nacionalismo "no descansa" y "no va a parar". Además, se atrevió a vaticinar que la etapa que se abre ahora es "distinta y más grave, más complicada de combatir políticamente". A su juicio, aparecerán nuevos actores políticos en el tablero en el territorio español para extender este proyecto rupturista hacia demás autonomías como la suya. "La hoja de ruta valenciana es exactamente la misma que en Baleares. Van a intentar cambiar la Constitución bajo el pretexto de que los territorios se sienten identificados dentro de esa Constitución, y ahí está el peligro".
Previamente, el senador Bauzá propuso un gran pacto "por la unidad de España" en el que todo e mundo "piense en ser uno más, y más grande". El expresidente balear también hizo hincapié en que la educación fue el caldo de cultivo de los nacionalismos. "Es la piedra angular que ejercen los nacionalistas para llevar a cabo todos sus proyectos".
Todos los ponentes hicieron alguna referencia a la presencia de la expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. La conservadora dimitió como portavoz del PP en el Ayuntamiento de Madrid cuando estalló el caso Lezo y su delfín Ignacio González fue encarcelado. En el auditorio de Mutua Madrileña donde se celebró el coloquio también estaba presente el exministro del Interior Jaime Mayor Oreja e Ignacio Cosidó, quien fuera Director General de la Policía.