La crisis diplomática entre Venezuela y España, que se ha saldado con la expulsión de los respectivos embajadores, ha salpicado al expresidente José Luis Rodríguez Zapatero. Tal y como informaba este viernes EL ESPAÑOL, hay voces en el el Gobierno que aseguran que las malas relaciones con Caracas reflejan el fracaso de su gestión. Como es sabido, el expresidente viene ejerciendo labores de mediación entre el Ejecutivo de Maduro y la oposición venezolana.
Aunque Zapatero no ha querido entrar a valorar las críticas vertidas por el Ejecutivo, fuentes cercanas al expresidente defienden su gestión: "Lleva dos años trabajando de una manera muy intensa y es normal que desde fuera se vea de una manera, pero hay muchos matices".
Estas fuentes consideran que las medidas adoptadas por el Gobierno venezolano contra nuestra diplomacia son su respuesta a las sanciones impuestas al país por parte de la Unión Europea, sanciones que han contado con el respaldo total de España. Ahí está, según su versión, lo que habría tensado las ya de por sí difíciles relaciones con Nicolás Maduro.
Sanciones a personas concretas
La UE aprobó en noviembre un paquete de sanciones que entraron en vigor de forma gradual y que trataban de no perjudicar a la población civil. Se trata del embargo de armas y material que pueda ser utilizado para la represión, además de sanciones individuales para los dirigentes del régimen. La semana pasada se acordó ampliar esas sanciones lo que acabó de provocar la irritación del Gobierno bolivariano.
La iniciativa de la UE supone incluir en una lista negra al número dos de Maduro, Diosdado Cabello; al presidente del Tribunal Supremo, Maikel Moreno y a los principales responsables de seguridad venezolanos, que no podrán viajar a la UE y cuyos activos financieros han sido congelados. En una entrevista radiofónica el martes, Mariano Rajoy aseguró que esas sanciones eran "muy merecidas" y "leves", "por las brutales decisiones y por la forma de entender la democracia del señor Maduro".
"Injerencia en asuntos internos"
La respuesta de Maduro no se hizo esperar. El Ejecutivo ordenó la expulsión del embajador Jesús Silva y aseguró en un comunicado que el diplomático había cometido "continuas agresiones y recurrentes actos de injerencia en asuntos internos" de Venezuela. Además, acusó a Rajoy de liderar las acciones europeas contra Maduro.
A pesar de que las relaciones entre España y Venezuela están muy tensas, la expulsión de los respectivos embajadores no supone la ruptura de relaciones diplomáticas, aunque se enfriarán durante un tiempo. Zapatero, uno de los líderes internacionales que realiza labores de mediación en Venezuela, no se siente responsable de esta nueva crisis y seguirá explorando la vía del diálogo.