El expresidente del Gobierno, José María Aznar, ha aprovechado su intervención en la presentación el libro O'Donnell en busca del centro político para reclamar "liderazgo" a Mariano Rajoy y conseguir así que España viaje "hacia el éxito" y no hacia "el fracaso". El presidente de Faes también remarcó que impulsar "reformas" es, en estos momentos, "oportuno" y "relevante".
En la parte final de su exposición, Aznar quiso dejar claro que "en estos tiempos" en los que hay un choque de trenes entre el Estado y los líderes independentistas hay políticas que pueden conducir "hacia lo imposible" o "lo absurdo". El expresidente no quiso dar nombres de políticos que dirigen la vida pública en el siglo XXl, pero destacó la figura de políticos como el homenajeado, O' Donnell, para lanzar un mensaje: "Muestran la importancia del liderazgo para poner en marcha iniciativas y reformas cuando es necesario".
El expresidente del Gobierno quiso agradecer al autor de la obra, Antonio Manuel Moral, que haya contado una parte de la historia de España a partir de sus líderes, "sabiendo que detrás de sus liderazgos, aciertos y errores, es complejo pero apasionante". Al acto, al que llegó acompañado de su esposa, Ana Botella, acudió también el exalcalde de Madrid José María Álvarez del Manzano.
El libro, presentado en la sede de la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País, ha sido editado por la Fundación Faes con un objetivo: "Difundir la obra y el pensamiento de aquellos políticos que resultaron decisivos para la España contemporánea desde posiciones del liberalismo político y reformismo", recordó Aznar.
En noviembre de 1858, en el teatro Novedades de Madrid tenía lugar el nacimiento de la Unión Liberal, un partido que tenía en Leopoldo O’Donell a su principal líder. Con él, se daba voz al reclamo que Antonio Cánovas del Castillo había expresado años antes en el Congreso de los Diputados, cuando aseguró “aquí hay un partido republicano y otro reaccionario; formemos nosotros un tercer partido constitucional. Este tercer partido, que no tiene recuerdos, que no sabe de dónde viene que sabe dónde va”.
Quince años después de la proclamación como reina de Isabel II, la implantación del régimen liberal en España había deparado una frenética e inestable actividad política: más de veinte gobiernos se habían sucedido en el país, con los grandes partidos –progresistas y moderados- alternándose en el poder sin encontrar solución a los problemas de una solución que aún arrastraban los desequilibrios heredados del Antiguo Régimen.
En ese escenario, la Unión Liberal nacía como una solución intermedia, que alejada de los extremos que marcaban la política de los grandes partidos, fuera capaz de poner en marcha un plan de renovación de las estructuras del Estado. Aquel proyecto se alzó con el poder en 1858 y se mantuvo al frente del país durante casi cinco años, regalando al país un periodo de estabilidad como hacía tiempo que no tenía lugar.