Mariano Rajoy mantuvo un encuentro con sus líderes autonómicos que se prolongó durante tres horas y media. Un almuerzo largo y distendido que dio para hablar de muchos temas menos del partido que va ganando terreno en todas las encuestas. A pesar de que en privado muchos se quejan de la parálisis del presidente a la hora de enfrentarse a Ciudadanos, ninguno de los presentes se atrevió a pedir un análisis sobre qué falla en el PP para que Albert Rivera les robe tantos votantes. Este fue un tema al que no le dedicaron "ni un segundo, ni un minuto, nada", se felicitó en rueda de prensa posterior el coordinador general, Fernando Martínez-Maillo.
En público, los conservadores mantienen que en esa reunión no se le ha dedicado ningún capítulo al partido de Rivera. Sin embargo, tras el encuentro los dardos hacia Cs fueron creciendo hasta tal punto de que los conservadores ven a la formación con la que firmó el acuerdo de investidura como un partido inútil, inservible, para los intereses de los ciudadanos.
Los conservadores quisieron subrayar que la cita en Génova era única y exclusivamente para analizar los problemas que preocupan a los españoles. Y se habló, sobre todo, de financiación autonómica. Los barones consiguieron que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, se comprometiera a no perdonar ninguna quita a aquellas autonomías que más deben al Estado.
Hubo en el almuerzo tiempo de esbozar una estrategia electoral para intentar combatir la despoblación y también diseñaron los primeros mimbres para intentar cerrar con los demás partidos políticos un gran pacto por el agua.
Pese a que los conservadores no se atrevieron a hablar abiertamente de su rival más fuerte, el 'número tres' del PP centró toda su intervención posterior a atacar sin piedad a la formación naranja. Maillo se dirigió a Inés Arrimadas, la vencedora en las elecciones del 21 de diciembre. Y le dijo que "parece una estatua de sal" por no presentarse a la investidura. Cuestionado sobre si el PP está dispuesto a que se presente su candidato, Xavier García Albiol, para desatascar la situación de ingobernabilidad que atraviesa Catauña, Maillo volvió a dirigirse a Ciudadanos y le preguntó si le da "alergia" gobernar.
Ataques sin piedad
El Partido Popular se está entrenando concienzudamente para poner a Ciudadanos frente a sus propias contradicciones. El 'número tres' del partido conservador acusó al partido de Rivera de "cambiar de opinión como una veleta", de "no asumir retos" y de estar "obsesionados" con las encuestas.
Otro ejemplo de esta nueva estrategia elegida por la cúpula del PP para neutralizar el efecto Arrimadas fue la polémica reforma electoral que Cs ya ha iniciado con Podemos. Los conservadores han contraatacado por este frente a Rivera, que apuesta por reducir la ley electoral para quitar peso a las autonomías menos pobladas. Los conservadores propondrán que el partido más votado en las elecciones autonómicas y municipales sea el gobierne y ha acusado de la fórmula elegida por Rivera. "Desde el PP no lo vamos a permitir", aseguró Maillo. Además, los conservadores insistieron en que la fórmula de los partidos nuevos solo busca beneficiarse ellos mismos. "No restaría diputados ni a los nacionalistas ni a los independentistas".
Rajoy, satisfecho
Una vez más, se cumplió el guion. Todos los que se escudan en el off the record para pedir a Rajoy cambios en el Gobierno o un antídoto para poder ganar en una cita electoral callan cuando tienen la oportunidad de expresar sus sensaciones ante el líder. Ni una palabra malsonante, ni una explicación a Soraya Sáenz de Santamaría por su gestión en Cataluña.
El presidente del PP los convocó y se fue satisfecho por conseguir lo que buscaba: una foto de unidad entre él, su dirección nacional y todos los líderes autonómicos del PP. "Es la foto que se puede hacer el PP. Otros no, porque esta es una formación de Gobierno en toda España, con liderazgos y voz propia. Con poder territorial", presumió Maillo en su intervención.