El Partido Popular declina apoyar la huelga general convocada para el 8 de marzo con motivo del día internacional de la mujer. La formación que sustenta al Gobierno afirma en un argumentario interno repartido entre sus filas que es una huelga "elitista" e "insolidaria" porque "solo pueden hacer huelga aquellas personas que tengan un empleo". A modo de conclusión, los conservadores piden no crear "debates absurdos" que "contaminan la consecución de igualdad real: el debate de las portavozas son campañas que generan discrepancias absurdas que intoxican el verdadero reto que tenemos por delante".
A su entender, este parón para enfatizar el papel de la mujer en la sociedad lo único que consigue es "el enfrentamiento entre mujeres y hombres, cuando la igualdad solo la alcanzaremos desde la unidad y la corresponsabilidad de hombres y mujeres". Además, cree que tan femenina es la letra "a" del abecedario como cualquier otra letra. "Hay algunas propuestas que solo vienen a intoxicar uno de los retos más importantes que tiene l a sociedad: la igualdad real".
Asimismo, el PP argumenta que es insolidaria con "los dos millones de mujeres que aún están en el paro". Y se pregunta cómo es posible que "Susana Díaz se sume a la huelga teniendo en Andalucía la tasa de paro femenino más alto de España, con más de 500.000 mujeres sin empleo".
El PP considera que esta huelga también es insolidaria con las autónomas, "que tienen un negocio y no pueden cerrar" y con las cuidadoras, "mujeres que cuidan, en soledad, de mayores y que si ellas no hacen su trabajo nadie lo hará por ellas. A su juicio, es una huelga de "élites feministas, pero no de mujeres reales con problemas cotidianos".
En su argumentario, los conservadores creen que el objetivo de esa manifestación es "romper nuestro modelo de sociedad occidental", una sociedad que "ha avanzado en la consecución de derechos y oportunidades para mujeres". Asimismo, ponen como ejemplo el cómputo de senadoras (41,3%), diputadas (39,7%) y parlamentarias autonómicas (44,5%) que hoy trabajan en las instituciones.
Los conservadores tildan la parada de "irresponsable" porque les parece una "frivolidad" trasladar a la huelga general la violencia de género una vez que todos los partidos políticos han alcanzado un gran consenso en el Congreso para erradicar esta lacra. "No se puede poner en riesgo lo que ha supuesto meses de trabajo y generosidad por parte de todos. Es el momento de la unidad y de la irresponsabilidad".
El PP quiere darle la vuelta a la tortilla y se ha propuesto celebrar el 8 de marzo "los logros conseguidos", además de adquirir el compromiso de "eliminar las barreras que todavía encuentran las mujeres para conseguir la igualdad real en su día a día". Para ello, su objetivo es crear más empleo y promocionar a la mujer en el ámbito laboral. De hecho, aseguran que apostarán por políticas de igualdad en las que se incluyan horarios más flexibles y el teletrabajo, más servicios de apoyo a la familia y ayudas.