La comparecencia de Albert Rivera este lunes en el Congreso para anunciar un pacto con el Gobierno para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado sentaron como un jarro de agua fría en Moncloa, que se quejan amargamente del "exceso de protagonismo" del presidente de Ciudadanos. "Los Presupuestos los aprueba el Gobierno", recuerda el entorno del presidente para desacreditar el triunfalismo del partido naranja.
Rivera consiguió el lunes adelantarse al Ejecutivo y colgarse la medalla de haber "torcido el brazo" al ministro Cristóbal Montoro. Además, se felicitó de que gracias a su partido se bajarían los impuestos a los españoles. En una comparecencia posterior, el ministro de Hacienda afeó el anuncio al parlamentario catalán, a quien tildó de ser un "recién llegado" a la "política".
Desde el Ejecutivo reprochan a Rivera su "sobreactuación" para sacar rédito electoral a un acuerdo que estaba ya prácticamente cerrado desde hacía tiempo. Además, fuentes gubernamentales inciden en que el presidente de Ciudadanos lo único que hizo fue intercambiar un mensaje con el presidente del Gobierno para dar vía libre a sendos equipos de negociación a cerrar un acuerdo. Una vez que la senadora Pilar Barreiro abandonó su escaño en el Grupo Parlamentario Popular del Senado, el presidente de Cs autorizó a su equipo económico para que se sentase a negociar los últimos flecos de los Presupuestos con el equipo que lideraba Montoro.
"No estuvo durante todo el fin de semana en las reuniones y el lunes sale a apropiarse del trabajo de los suyos", insisten fuentes gubernamentales para destacar que desde el ministerio de Hacienda se llevó con "toda la prudencia posible" porque, recuerdan, "solo con el apoyo de Cs no nos vale para sacar los Presupuestos adelante". Aunque el acuerdo no prospere, el líder de la formación naranja quiso sacar rédito al sello que su partido había puesto en los presupuestos, aunque estos no tengan la luz verde final del Parlamento.
El líder de Cs no desaprovechó la ocasión para presumir en redes sociales de su logro: "Después de una década de recortes y más impuestos, los presupuestos naranja son un alivio y agradecimiento al esfuerzo de los españoles". El presidente de la formación naranja destacó los puntos del Presupuesto con sello naranja: la rebaja fiscal del IRPF a los españoles con ingresos inferiores a 18.000 euros; el complemento salarial para jóvenes y la quinta semana de permiso de paternidad para los padres, además de un cheque guardería para los padres con hijos entre 0 y 3 años.
En el PP se quejan de que Albert Rivera se quiera apropiar el triunfo de unos presupuestos que ha costado mucho encajar para poder recibir el visto bueno del Congreso. De hecho, desde Moncloa recuerdan que las cuentas de 2017 salieron adelante gracias al apoyo de siete formaciones políticas, "no solo Ciudadanos". La piedra angular para desbloquear las cuentas de 2018 sigue siendo el Partido Nacionalista Vasco, una formación política que a día de hoy sigue sin dar el visto bueno a Montoro hasta que Mariano Rajoy no levante el artículo 155 en Cataluña.
En el fondo de esta lucha entre PP y Ciudadanos radica la pelea visceral entre las dos formaciones para pescar en el mismo caladero de votos. Las elecciones municipales y autonómicas están "cada vez más cerca". Y los conservadores quieren evitar por todos los medios que los presagios de las últimas encuestas se cumplan.
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