El posible fichaje de Manuel Valls para encabezar la lista de Ciudadanos por Barcelona ha sido la comidilla de todos los corrillos en la primera convención nacional de la formación naranja, celebrada este fin de semana en El Escorial.
A la tesis oficial, según la cual el ex primer ministro francés "está meditando su decisión", se opone el presentimiento generalizado de que "una cosa así sólo se anuncia cuando está bien atada", según advirtieron varios dirigentes en conversaciones informales.
En los pasillos y salas del Eurofórum Finca Felipe II, donde se celebró la asamblea, se palpaba la euforia. Aupados por las encuestas, navegando sobre la crisis del resto de formaciones y reforzados por la imagen de Valls, en la formación naranja están convencidos de obtener unos grandes resultados el 26 de mayo de 2019, como paso previo a acceder a la Moncloa un año después.
En este clima de opinión es decisivo el posible fichaje de Manuel Valls, que en Cs se da por cerrado: "Van a venir más independientes", dijo Rivera. La apuesta por el ex primer ministro trasciende la candidatura de Barcelona tiene un efecto supracatalán, ya que un cartel con tanto relumbrón podría arrastrar el voto en otras grandes ciudades como Madrid, Valencia o Zaragoza, ahora fortines de Podemos, o de sus partidos amigos.
A por Madrid, Barcelona y Valencia
La idea que acarician en Cs es presentarse en 2020 con el aval de haber conseguido el gobierno de grandes ciudades, empezando por Madrid y Barcelona; también hay grandes expectativas sobre Valencia, donde no se descarta adelantar al PP y arrebatar la alcaldía a Joan Ribó (Compromís).
Ciudadanos ya fue la fuerza más votada en la Ciudad Condal el pasado 21-D, con cerca del 24% de los votos. Pero la presencia de Valls podría disparar ese porcentaje. Por lo que se refiere a Madrid, EL ESPAÑOL ya publicó a principios de este mes un sondeo de SocioMétrica que indica que si las elecciones fueran ahora Begoña Villacís estaría en condiciones de ser la alcaldesa, al acaparar la mayor intención de voto: un 28%.
De cumplirse esos pronósticos, el cambio tendría una fuerza simbólica tremenda. Si Cs logra arrebatar a Podemos sus grandes bastiones, el partido de Pablo Iglesias quedará relegado a un muy secundario papel y Rivera se convertirá en el principal abanderado de la nueva política con las generales a la vuelta de la esquina.
Impacto Valls en la política nacional
Además, la candidatura de Valls a la alcaldía de Barcelona tendría un fuerte impacto en la política nacional. Con esta apuesta, las municipales y autonómicas de 2019 se convertirían singularmente en la primera vuelta de unas generales que Rajoy tiene previsto convocar en 2020. Y es que en Cs consideran que Valls no es un candidato "municipal", sino un líder para toda España.
Se da la circunstancia, además, de que junto a las municipales y autonómicas del año que viene se celebrarán también las elecciones al Parlamento europeo, y ahí el nombre de Manuel Valls también es un buen gancho.
La jugada de Rivera ha dejado descolocado a PP y PSOE, al tiempo que ha irritado al separatismo, desde donde ya se invoca la necesidad de presentar una candidatura unitaria en la Ciudad Condal. Entre los partidos independentistas el aterrizaje de Manuel Valls se observa con recelo, además, por la repercusión que podría tener en el caso de que volvieran a repetirse elecciones este verano en Cataluña.
La ventaja con que parten las dos grandes formaciones nacionales en los comicios locales es la falta de implantación territorial de partidos como Cs, que están obligados a confeccionar listas con personas sin experiencia política y muchas veces desconocidas. Pero el reclamo de una figura de talla internacional supone un espaldarazo hasta para el candidato del último rincón de España.
Eco en las zonas urbanas
En el PP temen que, en las actuales circunstancias, el atractivo de un líder antinacionalista como Valls dé un impulso a Cs en todo el país, pero particularmente les inquieta el efecto que pueda tener su fichaje en las zonas urbanas. El PSOE comparte esa preocupación, agravada por el hecho de que Valls ha sido un referente para el socialismo, lo que puede arrastrar el voto de la izquierda moderada hacia Cs.
El anuncio del fichaje de Valls ha coincidido además en el tiempo con la filtración de que el PSOE tanteó sin éxito a la alcaldesa de Madrid, y la lectura es clara: Pedro Sánchez no ha podido atraer a Manuela Carmena y, sin embrago, puede que Rivera haya convencido a Valls.