Mariano Rajoy sigue manteniendo el apoyo a Cristina Cifuentes, aunque solo sea en público. El presidente del Gobierno coincidió este lunes por la mañana con la presidenta de la Comunidad de Madrid en la entrega del Premio Cervantes. El jefe del Ejecutivo no dudó en dejarse fotografiar con su baronesa madrileña dos semanas después de su última aparición juntos en Sevilla. ¿Habrá una tercera foto juntos antes del 7 de mayo?
El destino de Cifuentes está prácticamente escrito. La presidenta de la Comunidad de Madrid quiere mantenerse a toda costa en la Real Casa de Correos porque insiste en que ella no cometió ninguna irregularidad en el curso de posgrado que hizo en la Universidad Rey Juan Carlos en 2012. Sin embargo, en el Partido Popular tienen claro que "durará hasta el minuto anterior" a que se vote la moción de censura para derrocarla. El objetivo último es que Ángel Gabilondo no llegue a la presidencia de la Comunidad de Madrid.
A la mayoría de la dirección nacional del PP le hubiera gustado que la propia Cifuentes hubiera dado ya un paso atrás para no desgastar tanto la marca PP. Sin embargo, la baronesa madrileña cuenta con el apoyo inquebrantable de la 'número dos' del partido, María Dolores de Cospedal, que le ha pedido directamente a Rajoy que la sujete para no ceder a lo que considera un "chantaje" de Ciudadanos "intolerable". Fue la secretaria general la primera que se levantó a aplaudir a la madrileña cuando ésta iba a intervenir en la Convención Nacional que el partido celebró hace dos semanas en Sevilla. Después hubo un aplauso cerrado durante más de un minuto.
El presidente del PP ha encargado a su 'número tres', Fernando Martínez-Maillo, un análisis de la situación para valorar todas las salidas posibles y qué camino coger. En el fondo, a Rajoy tampoco le parece justo este final para una baronesa "limpia", que tomó la bandera de la tolerancia cero contra la corrupción y cerró un pacto con Ciudadanos para gobernar que cumplía a rajatabla. Era una de las preferidas en todas las quinielas para el postmarianismo y Rajoy está dispuesto a colocarla "donde quiera" si no complica más su salida de Madrid.
El pleno de la moción
Pero por mucho que le apene, Rajoy está en el sector del PP que apuesta por mantener la Comunidad de Madrid por encima de la supervivencia política de cualquier persona. El reloj hacia la moción de censura ya está en marcha. Aunque la presidenta de la Asamblea madrileña, Paloma Adrados, todavía no haya convocado el pleno de la moción, el día límite es el 7 de mayo.
Fuentes del partido madrileño creen que Adrados, íntima amiga de Cifuentes, esperará hasta después de los actos del 2 de mayo, el día grande de la Comunidad de Madrid, para anunciar la fecha que en el fondo marcará el fin de una era. De momento, el Ejecutivo madrileño está centrado en organizar los actos festivos que siempre tiene como protagonista a la presidenta. Y este año con mucho más motivo.
Un paso atrás
Desde Moncloa no confirman todavía qué miembros del gabinete del presidente acudirán a la sede de la Comunidad de Madrid, un acto al que suele ir la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. Quien no parece que vaya a ir es el jefe del Ejecutivo. El entorno de Cifuentes ya dejó caer que la madrileña no dará un paso atrás hasta que no se lo pida directamente el propio presidente. Cuando se fije la hora del debate de la moción, en Génova esperan que no haga faltada "la última llamada" y que la baronesa madrileña ceda el sillón voluntariamente para no perder la Comunidad de Madrid.