Albert Rivera le ha solicitado hoy a Mariano Rajoy tras reunirse con él en Moncloa un 155 ampliado que garantice que el control financiero, de TV3, de los Mossos y de la acción Exterior no se deje en manos de "un presidente racista". "No es momento de contemplaciones ni de buenismos con un presidente racista", ha manifestado.
Rivera trasladó al presidente que sólo contará con su apoyo ante el desafío separatista si “reactiva el 155”, pero Rajoy no acepta una intervención del autogobierno de carácter preventivo de la Generalitat. El líder de Cs subrayó que extender el 155 “es hacer política" porque "no se puede dejar la respuesta en manos de los jueces”.
En oinión de Rivera es prioritario “controlar las finanzas de la Generalitat y que no se destinen fondos públicos al proceso separatista; garantizar que la cúpula de los mossos sea leal a la Constitución y al Estatuto; supervisar TV3 y los medios públicos catalanes para que no hagan propaganda separatista; e impedir a Quim Torra reabrir las embajadas catalanas en el exterior”.
Rivera ha puesto el énfasis en que hay que asegurarse de que desde las instituciones del Estado, como es la Generalitat, no se trabaje para dinamitar el Estado. O Torra rectifica y se compromete a cumplir la Constitución o el Senado y el bloque constitucionalista tienen que extender el 155. También ha pedido a Rajoy que el PP apoye la reforma legislativa que Cs ha impulsado en el Congreso "para que un prófugo de la Justicia no pueda ser candidato".
La visita de Rivera a Moncloa se produce 48 horas después de que el presidente del Gobierno se reuniera con el líder del PSOE y anunciara un pacto para actuar en Cataluña de forma consensuada. Pedro Sánchez criticó tras el encuentro al líder de Cs por "aznarizarse" con su solicitud de medidas más duras en Cataluña.
Los puentes se han roto
Mariano Rajoy y Albert Rivera han implementado el protocolo del entendimiento, pese a que ambos sabían que los puentes estaban rotos: la entrevista sólo ha servido para evidenciar que la fisura en el bloque constitucionalista a cuenta de Cataluña es irremediable. De hecho, Rajoy no se ha mostrado favorable a actuar aún, por lo que se confirma la intención del presidente del Gobierno de esperar a dejar actuar a Quim Torra antes de tomar medidas.
Rivera no quiere que la atribuyan la ruptura del bloque constitucionalista, por lo que ha insistido en que "es el Gobierno quien debe dar el paso, hacer un nuevo requerimiento al presidente de la Generalitat y convocar al Senado para volver a aprobar una nueva intervención" porque "es importante mantener la unidad de acción". Si embargo, sus planteamientos difieren de los de Rajoy.
Hacía meses que Rajoy no llamaba a Rivera para hablar de Cataluña, lo que refleja un enfriamiento en la relación del presidente del Gobierno con su socio de investidura, de Presupuestos y de estrategia al desafío secesionista que decantó -según confesó el propio Rivera- el final del frente común.
Rivera achaca la ruptura a que Rajoy se ha plegado a las exigencias del PNV para votar a a favor del proyecto de cuentas públicas -un apoyo que pasaría por la retirada del Gobierno de Cataluña- y también al hecho de que el presidente ha mantenido hasta el último momento la esperanza de que el nacionalismo vuelva al acatamiento de la Constitución.
Ahora que la designación del radical Quim Torra como presidente de la Generalitat ha dinamitado cualquier posibilidad de entendimiento -ya ha dicho que quiere implantar la república- Rajoy ha decidido levantar el 155 y dejar hacer al sucesor designado por Puigdemont limitándose a mantener la “vigilancia” para volver a intervenir el autogobierno si fuera necesario. Rajoy cuenta con el apoyo “leal” de Pedro Sánchez, que ha requerido a Rivera para que “no abandone el bloque constitucionalista”.
Fuentes de Moncloa explicaron que el Gobierno estudiará las demandas de Rivera para "dar una respuesta proporcional" al desafío separatista cuándo se incumpla la ley: "Cualquier ilegalidad será respondida".