El nerviosismo se ha instalado en todos los estamentos del Partido Popular desde que Pedro Sánchez registrara el viernes la moción de censura en el Parlamento. De momento, cargos a todos los niveles mantienen la disciplina interna pero en privado nadie se atreve a pronosticar un resultado y temen que el cambio de Gobierno se pueda producir. Pase lo que pase con el órdago del socialista, los conservadores se preparan ya para perder el Ejecutivo justo cuando las encuestas vaticinan que el PP solo retendría el 16,8% de los votos si las elecciones se celebrasen hoy.
El cambio en el ritmo de la legislatura la marcó la durísima sentencia de Gürtel que llegó apenas doce horas después de que Mariano Rajoy apuntalase los Presupuestos Generales del Estado, un triunfo que en Génova celebraban ya como el vehículo que conduciría al presidente del Gobierno hasta el final de la legislatura. Nadie contaba entonces con que Pedro Sánchez, "que se había comportado como un verdadero hombre de Estado" con el desafío secesionista, presentaría una moción para desbancar a Rajoy de La Moncloa.
Derrumbe histórico
El entusiasmo que provocó la aprobación de las cuentas de 2018 se convirtió de nuevo en un "auténtico infierno" difícil de digerir. "No pudimos ni saborear las mieles del éxito de los Presupuestos", se lamentan. Y de ver la legislatura atada han pasado a verla agotada en menos de una semana. Las bases aún no dan crédito a los últimos movimientos, pero reclaman a la dirección nacional "cambios sustantivos" para poder afrontar "con algo de dignidad" las elecciones, ya sean municipales, autonómicas o generales. Las encuestas, además, adelantan ya un derrumbe histórico de los conservadores en todos los rincones de España y todos han tomado nota de que queda por delante un durísimo camino para salvar los muebles ante los electores.
La sensación generalizada en el PP es que "no somos capaces de vender los buenos datos económicos de nuestro Gobierno. Hemos perdido el relato y tenemos que reaccionar o estamos muertos", resume un barón autonómico. De momento, los tiempos los sigue marcando Rajoy, que trabaja a contrarreloj para convencer al Parlamento de la irresponsabilidad que asumirían si cambian de Gobierno y Pedro Sánchez llega a Moncloa sin contar con el beneplácito de las urnas.
Tiempo para la remontada
Aunque la moción no prospere, en las filas conservadoras ya dan por amortizada la legislatura y ven prácticamente inviable que Rajoy pueda aguantar hasta 2020 con el enorme coste electoral que supondría para el partido. "La gente quiere cambio y necesitamos reaccionar ya, antes de que sea demasiado tarde", remarcan fuentes conservadoras mientras esperan "que pase algo" que dé tiempo a la remontada.
Si la oposición no desbanca a Rajoy, todos en el PP dan por hecho que su futuro estará ligado al que elija el presidente. "Nadie va a pedirle internamente un paso atrás. Si hay que morir todos juntos, moriremos", se resignan. El jefe del Ejecutivo ha remarcado en las últimas entrevistas que ha ofrecido que su intención es volverse a presentar en los comicios, se celebren cuando se celebren. Pero muy pocos en el partido conservador creen ya al presidente del Gobierno pueda volver a encabezar una lista electoral.