El Partido Popular ha abierto una investigación interna para analizar las denuncias recibidas por parte de afiliados que aseguran haber recibido propaganda de Pablo Casado antes de haber comenzado siquiera la campaña por la sucesión de Rajoy. Se trata de averiguar el origen de la base de datos que está utilizando el aspirante para hacer llegar la información de su campaña a los miembros de la formación.
Aunque desde el Comité Organizador del Congreso se negó oficialmente que haya una investigación en marcha, EL ESPAÑOL ha podido confirmar que el asunto se ha puesto incluso en manos de los servicios jurídicos y que existe una gran preocupación, ya que el PP sería en última instancia responsable en el caso de que se hubiera hecho un mal uso de datos personales de los militantes, tal y como establece la Ley de protección de datos.
"Si se ha producido una fuga datos, el partido tiene que reaccionar e investigarlo", aseguran a EL ESPAÑOL en el PP. Esa investigación corresponde a las áreas de gerencia y de Organización, que dirige Fernando Martínez-Maillo, ya que este departamento es el encargado de custodiar las bases de datos.
Casado niega irregularidades
Aunque se habla de varias denuncias, estas fuentes confirman sólo la existencia de una, que corresponde a un militante que asegura haber recibido información de la candidatura de Casado a través de WhatsApp. "No parece una fuga masiva", sostienen.
En su denuncia, esta afiliada entiende que se ha "obtenido su número por pertenecer al grupo de voluntarios de redes sociales del PP". Por eso, solicita que se facilite al equipo de candidatura de María Dolores de Cospedal el "listín telefónico completo de los grupos de voluntarios de redes sociales que maneje el PP" del que se ha conseguido su número.
Fuentes de la candidatura de Casado negaron de inmediato cualquier irregularidad y aseguraron que se trata de una intoxicación para perjudicarle.
Los afiliados del PP ceden sus datos -entre ellos, el número de teléfono- para que el partido se comunique con ellos, pero no para otros usos que pueda decidir un tercero, por más que sea del partido. Si se confirmara esa fuga de datos, el hecho podría tener repercusiones laborales -por la posible negligencia de algún empleado-, de protección de datos e incluso penales.
Desde las candidaturas rivales existe preocupación por la velocidad con la que ha arrancado Casado. Les inquieta, especialmente, la figura de su colaborador José Antonio Sánchez, responsable de nuevas tecnologías del PP, que ha tenido acceso en todo momento a las bases de datos del partido. Se teme, igualmente, que Casado esté aprovechando al máximo sus conocimientos por su paso por la Secretaría de Comunicación.
"Cuando pones a políticos a llevar la comunicación de un partido, luego no puede sorprenderte mucho que controlen mejor que tú la comunicación si después terminan enfrentándose a ti", comenta, resignado, un veterano dirigente popular.