Primer pucherazo en la votación para elegir al futuro presidente del PP. La Mesa de la sede de Orihuela (Alicante) ha permitido que seis militantes cuyos nombres no aparecían en las listas de inscritos hayan votado a uno de los seis candidatos a suceder a Mariano Rajoy. Un grupo de interventores ha detectado el fraude en una circunscripción donde estaban llamados a votar 220 afiliados y ha enviado al Comité Organizador del Congreso (COC) la correspondiente queja para que se impugnen esos seis votos cuyos titulares no aparecían en el censo.
Entre los seis afiliados que han votado sin aparecer en las listas estaba la madre de Eva Ortiz, secretaria general del Partido Popular en la Comunidad Valenciana. Los afectados aseguran que están al corriente de pago y que se habían inscrito en el censo a tiempo pero que sus nombres no aparecen en el listado por una simple incidencia.
Las reglas del juego, sin embargo, son muy claras. Una circular que ha repartido el COC a todos los presidentes provinciales indica que "no permitirá el voto de aquellos afiliados que no figuren en el censo. Cualquier incidencia a este respecto debe constar en el acta de la sesión".
Una vez que esta queja se ha elevado al COC, un miembro del Comité Organizador se ha puesto en contacto con los ponentes de la Mesa de Orihuela para darle la orden expresa de que ningún militante que no aparezca en el censo vote. Sin embargo, nadie sabe qué va a pasar con los seis votos ya emitidos de estos militantes cuyos nombres no consta en el registro.
En toda la Comunidad Valenciana hay 8.964 inscritos. Los militantes de la región tienen el corazón partido entre las dos candidatas: la exvicepresidenta del Gobierno y la secretaria general del partido. No obstante, para Santamaría Valencia se ha convertido en uno de sus grandes bastiones aunque sabe que es una tierra muy dividida.