El todavía presidente del PP, Mariano Rajoy, no participará este jueves en la histórica votación de la que saldrán los dos aspirantes a sucederle. Así lo han confirmado fuentes del partido conservador, que recuerdan que el expresidente del Gobierno cree que "no sería justo por su parte privilegiar a un precandidato sobre los demás, dado que todos han sido leales colaboradores suyos durante su etapa al frente del Partido y del Gobierno".
Si Rajoy hubiera querido participar, hubiera tenido que pedirse el día libre en el registro de la propiedad de Santa Pola (Alicante) donde volvió desde que se apartó de la política definitivamente. Además, hubiera tenido que recorrer los 1.045 kilómetros que le separan de Pontevedra, el lugar donde se afilió. Así lo marcan las normas del juego: los inscritos no pueden votar en cualquier sede, sino que tienen que ir de manera presencial a la delegación donde se afilió al Partido Popular.
Las mismas fuentes aseguran que Rajoy celebra que la campaña se haya desarrollado de manera "ejemplar" y felicita a los precandidatos, a sus equipos, al comité organizador del congreso y a las distintas organizaciones territoriales por la movilización de toda la organización "en multitud de actos durante estos días".
Los 66.706 inscritos que forman el censo definitivo para votar al futuro presidente del Partido Popular tienen que acudir de forma presencial a sus respectivas sedes para poder ejercer su derecho a voto entre las 9.30 y las 20.30. No se aceptó el voto delegado ni por correo. Las primeras quejas de los militantes de base llegaron cuando se enteraron de que tenían que pagar 20 euros si querían votar y no estaban al corriente de pago de las cuotas. La indignación que recorre al PP ahora es que hay muchos inscritos que viven lejos de su lugar de origen, donde normalmente se cierran las afiliaciones y donde ahora tienen que ir para poder ejercer su derecho a voto.
"¿Tengo que faltar al trabajo para poder votar?", se preguntan algunos de los que han elevado su queja a sus respectivos presidentes locales o provinciales. Fuentes del partido reconocen que celebrar la votación durante un día laborable perjudica que todos los inscritos voten finalmente. "Si el porcentaje de votantes llega al 70% será un éxito", calculan desde alguna candidatura.