El uso del logotipo de la Generalidad por parte de Carles Puigdemont "no perjudica a la institución ni provoca confusión en la ciudadanía". Esa es la respuesta que Pere Aragonés, vicepresidente del Gobierno catalán y consejero de Economía y Hacienda, dio el pasado 19 de junio a una reclamación de Ciudadanos por el uso no autorizado del logo de la Generalidad en la página web y las redes sociales del expresidente.
"La Generalidad de Cataluña ha llevado a cabo las funciones de vigilancia de la marca 'Generalidad de Cataluña' con el objetivo de evitar cualquier solicitud de registro, por parte de terceros, de otras marcas que total o parcialmente coincidan con la marca registrada y puedan generar un perjuicio a la Generalidad o confusión en la ciudadanía", es el escueto texto con el que Aragonés, de ERC, esquivó la cuestión planteada por Ciudadanos.
La cuestión no es menor. Porque al permitir de forma tácita el uso no autorizado del logo, la Generalidad está otorgando legitimidad a Carles Puigdemont y asumiendo el relato de que él es el "verdadero" presidente de la Generalidad por encima de un Quim Torra cuya presidencia es sólo delegada. Un uso no autorizado que quizá no provoque confusión en España, donde el estatus político y penal del expresidente es público y notorio, pero sí en el resto de Europa, donde el uso fraudulento del emblema sí puede inducir fácilmente a confusión.
Tras conocer la respuesta del consejero de Economía, Ciudadanos solicitó el pasado 4 de julio el inmediato amparo de la Mesa del Parlamento por lo que considera "una respuesta genérica sobre la propiedad o titularidad de las marcas de la Generalidad pero que, en ningún caso, se aporta, bien el expediente que autorice los usos que se indicaban, bien los expedientes de acciones para proteger el interés de la Generalitat ante usos no autorizados de la misma".
Puigdemont suele utilizar en su página web governrepublica.org y sus vídeos de Youtube, como el del mensaje de fin de año del 31 de diciembre, tanto el logotipo de la Generalidad de Cataluña como los epígrafes "Generalitat de Catalunya", "Govern de la República", "Gobierno legítimo" e incluso el de "presidente de la Generalidad". Este último, al menos, hasta el nombramiento de Quim Torra. Los vídeos en los que se autocalifica como tal siguen, a día de hoy, colgados en su web.