La mina del taxi le ha estallado al Gobierno. Para Pedro Sánchez, este conflicto tiene el inconveniente de que los ciudadanos sufren las consecuencias en sus carnes, a diferencia de lo ocurrido el viernes con el techo de gasto, devuelto al corral.
A día de hoy, el ministro José Luis Ábalos sólo maneja buenas intenciones para llevar a la reunión del Comité Nacional del Transporte convocada de urgencia para el miércoles. Poca cosa viendo como están los ánimos en la calle.
La intención de Ábalos, tal y como él mismo planteó en el Congreso a principios de mes, es transferir a las comunidades autónomas la regulación del transporte urbano de viajeros. Pero eso equivale a dar una patada a la pelota para que siga rodando. La realidad es que ni el Ejecutivo tiene apoyos parlamentarios para lograrlo, ni seguramente fuera la mejor idea, pues podría llevar el caos a un sector para el que hay directivas europeas insoslayables, com o le han advertido desde Ciudadanos.
Podemos toma partido
Pero si el contencioso no fuera ya de por sí lo suficientemente enrevesado, la política se ha encargado de complicarlo más. La iniciativa de Ada Colau de limitar las licencias de vehículos de alquiler con conductor (VTC) en el área metropolitana de Barcelona ha envalentonado al gremio del taxi.
La propuesta de la alcaldesa no tiene posibilidad alguna de prosperar, pues ningún ayuntamiento tiene competencias sobre la materia, como acaba de recordar el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. Pero el anuncio ha servido a los taxistas para percatarse de que no están solos en su lucha.
Si hace un año a Pablo Iglesias lo sacaban literalmente a huevazos de una manifestación del taxi, ahora su diputado Rafael Mayoral y la propia alcaldesa Colau son recibidos con aplausos por el gremio. El principal aliado de Sánchez ha tomado partido y no está precisamente por echarle un capote.
El Gobierno advierte la mano de Podemos en el vuelo que están cogiendo las movilizaciones en toda España, tal y como aseguran fuentes de Fomento a EL ESPAÑOL. Eso, y la complejidad del asunto, que se arrastra desde que España empezó a liberalizar el sector siguiendo directrices de Bruselas, hacen que cunda el pesimismo dentro del propio Ejecutivo.
Este lunes, el secretario de Estado de Infraestructuras y Transportes, Pedro Saura, se reúne con los taxistas. El martes lo hará con la patronal de los VTC. Pero más allá de diálogo nadie espera grandes avances. El conflicto crece, cunde la idea en Fomento de que el contencioso es "irresoluble" y todas las miradas están puestas en la reunión que Ábalos presidirá el miércoles. Pero como dejó filmado su paisano Berlanga -Los jueves, milagro- los prodigios a veces no llegan cuando más lo deseamos.