La exvicepresidenta del Gobierno se ha tomado unas largas vacaciones de verano por primera vez en siete años. Soraya Sáenz de Santamaría, la mujer más poderosa de España hasta el 1 de junio, solo cuenta con el acta de diputada rasa tras rechazar el puesto que Pablo Casado le ofreció en la nueva dirección del Partido Popular. Sin embargo, su objetivo a corto y medio plazo pasa por quedarse en política y no dar el salto a la empresa privada. "La política es su vida y no se plantea renunciar. Quiere seguir", resume alguein que fue miembro de su candidatura en las primarias perdidas.
Los planes de la exnúmero dos del PP pasan, de momento, por "esperar; esperar sobre todo a ver qué pasa con el máster", añaden fuentes de su entorno próximo. La titular del Juzgado de Instrucción número 51 de Madrid elevó al Tribunal Supremo la decisión de imputar o no al presidente del PP, empañando la carrera del recién estrenado líder del PP. El Alto Tribunal no decidirá como pronto hasta mediados de septiembre.
Sáenz de Santamaría tiene pensado volver al trabajo cuando el Congreso reanude las sesiones plenarias. Pero, de momento, se resiste a desvelar cuáles son sus planes de futuro. Los sorayistas tienen más dudas que los asadistas en cuanto a que el Alto Tribunal archive el caso. Son conscientes de que una posible imputación comprometería el futuro del sucesor de Rajoy. Es ahí donde ven la posibilidad de que Santamaría pueda acceder de nuevo a la presidencia del partido.
"No damos nada por perdido aún"
Sus afines recuerdan que su candidatura obtuvo el 42% del respaldo de los compromisarios en la segunda votación e insisten en que "es la preferida por los militantes". Con ese aval están dispuestos a dar la batalla de nuevo por el liderazgo si la Justicia castiga a Pablo Casado por el caso del máster. "No damos nada por perdido aún", confiesan en privado.
De momento, la exvicepresidenta mantiene en vilo al partido sin dar un paso al frente y no desvelar qué quiere ser en el nuevo PP. Ha descartado incorporarse a la cúpula del partido, como le ofreció Casado, aunque tampoco ha rechazado la oferta formalmente.
La nueva dirección del PP mantiene que Santamaría es "un gran valor" y admite "que será lo que quiera ser". Todas las quinielas la sitúan como cartel electoral para intentar arrebatar la Alcaldía de Madrid a Manuela Carmena. Una decisión que corresponde al presidente del partido y que, en principio, no ve con malos ojos.
Recelos en Madrid
Sin embargo, este movimiento genera muchos recelos en el PP de Madrid, desde donde recuerdan que Santamaría "quedó tercera en las primarias: Pablo arrasó y Cospedal fue más votada que ella". El sector más crítico con este hipotético nombramiento reclama que el futuro candidato a la Alcaldía sea el actual portavoz, José Luis Martínez-Almeida, muy aplaudido en la formación por su durísima oposición a Carmena.
Los más desconfiados con el aterrizaje de Santamaría en el Ayuntamiento de Madrid alegan que "podría obtener unos buenos resultados y hacerle oposición interna a Casado desde Cibeles. Sería como una nueva Esperanza Aguirre pero mucho más potente. ¿Se lo puede permitir un líder que ganó con solo el 56% de los apoyos? Sería arriesgar mucho". La última palabra la tendrá Casado, que tomará una decisión en otoño.