Antonio Bascones Martínez (Madrid, 1944), médico, catedrático de la Facultad de Odontología de la Universidad Complutense de Madrid y presidente de la Real Academia de Doctores de España, ha dirigido 50 tesis doctorales, todas calificadas con sobresaliente cum laude. De ahí que, a raíz de la polémica surgida alrededor de la tesis doctoral del presidente Pedro Sánchez, su calidad y el presunto plagio denunciado por algunos medios y ya descartado por Moncloa y por la Universidad Camilo José Cela (UCJC), EL ESPAÑOL recurra a un experto para conocer su opinión al respecto. Para que haga una valoración del trabajo de Sánchez, ya a disposición de todos los españoles.
Bascones habla con la propiedad de quien ha dedicado décadas al estudio y la investigación, con reconocimiento honoris causa por cinco universidades internacionales. Traslada la preocupación de la comunidad científica por que se haga tabula rasa con los académicos. Defiende que una tesis doctoral debe ser, ante todo, original, innovadora, tener unos objetivos claros y unas conclusiones que se correspondan con esos objetivos, cualidades que no ha visto en la tesis doctoral de Pedro Sánchez, que adjetiva como "floja". Considera que "las conclusiones del trabajo del presidente del Gobierno están desestructuradas, desordenadas y son inconexas".
Usted ha dirigido decenas de tesis doctorales. ¿Ve motivos para investigar el doctorado de Pedro Sánchez?
Cuando un alumno viene a mi despacho porque quiere que le dirija una tesis doctoral le digo lo siguiente: "Lee 40 o 50 trabajos de la literatura internacional, resúmelos y haz unas conclusiones de cada uno de ellos en un folio. Después plantearemos una línea de trabajo y una hipótesis para tu tesis". Eso es lo primero. No se puede pedir bibliografía a través de un tuit o Facebook, la literatura científica es otra cosa. Una tesis debe tener una introducción (aproximadamente de 20 a 30 páginas) y no ser un cúmulo de 300 páginas de introducción que no van a ningún lado. Un capítulo debe ser la introducción, otro la hipótesis de trabajo, otro las conclusiones a las que se quiere llegar, otro los resultados, otro la discusión de los resultados en función de los objetivos que nos hemos planteado y finalmente las conclusiones que deben estar relacionadas con los objetivos. Eso es la estructura general de una tesis, y no la he visto en el trabajo de Pedro Sánchez.
Una tesis debe proponer una estructura intelectual y profunda y no un cúmulo de informes ministeriales, eso sería una revisión bibliográfica. Una tesis doctoral no es un refrito de informes ministeriales deslabazados e inconexos.
¿Cree que puede haber incurrido en un plagio?
No puedo opinar sobre ello porque no he tenido la tesis físicamente para hacer un estudio. Sólo opino sobre sus características generales y su calidad.
¿Y cómo valoraría la tesis entonces?
La valoraría como floja.
Sobre el tribunal que examinó a Pedro Sánchez, ¿qué tendría que decir?
Cuando una tesis se presenta, se entrega a la comisión de doctorado de la Facultad junto con la propuesta de los diez miembros del tribunal que evaluará al doctorando (naturalmente no se suele elegir a enemigos) y la comisión elige a cinco de ellos.
El director del trabajo debe presentar el currículum y las publicaciones internacionales de cada miembro del tribunal, fundamentalmente las relacionadas con el tema de la tesis. Yo por ejemplo no puedo ser miembro de un tribunal de Derecho Laboral o de Economía, porque soy médico. Por eso las tesis implican al departamento, la Facultad, la Universidad, al doctorando, al director de la tesis, a la comisión de doctorado y al tribunal. Todos estos niveles educativos y administrativos están implicados en una tesis doctoral y todos son responsables en mayor o menor medida.
Esa tesis va al Rectorado y está 15 días allí para que todo el mundo la pueda ver y hacer crítica de la misma. Después se elige al tribunal que debe tener un nivel científico y ser acorde con la materia. Una tesis de economía del área de diplomacia no la puede juzgar alguien que no esté en dicha área. Además se debe exigir que los miembros del tribunal tengan una capacidad intelectual y científica acorde a ser un miembro del tribunal de la oposición. Un miembro del tribunal no puede tener un mes o un año de trayectoria. Debe acumular al menos un sexenio de investigación, alguna publicación internacional relacionada con el área de investigación, etc.
En cuanto al cum laude, el tribunal tiene que argumentar una opinión sobre la tesis doctoral y por qué se le da sobresaliente. En un sobre anónimo entregado aparte, se expone si ese doctorando merece o no el cum laude. No es el tribunal quien decide dárselo, sino que se hace en una fase posterior. Si todo el tribunal ha decidido darle el cum laude y dicha tesis tiene mucho nivel se solicita el premio extraordinario. En cada facultad hay un número por año.
En el caso de Sánchez, ¿es merecedor de Sobresaliente cum laude?
Lo tiene que decidir cada miembro del tribunal en su momento. Yo no lo veo. A nivel de contenido no puedo juzgarla por no ser especialista en la materia, pero la estructura no me ha convencido.
Cualquier lector que haya visto la tesis del presidente del Gobierno, ¿puede pedir su revisión si consideran que no mereció la nota obtenida?
Sólo la universidad o un juzgado pueden pedir su revisión.
¿Afecta la titulitis de los políticos, su obsesión por conseguir un título para su currículum, a la Universidad como institución?
Muchísimo. La titulitis universitaria hace mucho daño a la Universidad. La tesis doctoral es el fin del camino de un profesor que está en estado de preparación para iniciar su carrera con los niveles de profesor titular, ayudante a doctor, catedrático, etc... Es el grado máximo de doctor desde la época de cardenal Cisneros o de la Universidad de Alcalá de Henares.
Yo exigiría a los políticos que hicieran un MIR formativo de político, un PIR (Político Interno Residente). Igual que a los médicos que van a salvaguardar nuestras vidas se les exige un MIR, ¿por qué no se le va a exigir a los políticos que dirigen nuestras vidas?
En cuanto a los másteres, también en el foco por los escándalos alrededor de los estudios de Pablo Casado, Cristina Cifuentes y Carmen Montón ¿cree que se debería hacer una revisión de las exigencias de los Institutos que los imparten en universidades españolas?
El problema ha llegado con el plan Bolonia, porque se han utilizado términos equivocados. Se ha confundido totalmente el máster con el doctorado. Hay un máster profesionalizante y otro docente (el doctorado). El máster son los cursos de doctorado de toda la vida. En realidad el máster de título profesionalizante, hasta ahora magister, es mucho más serio.
He sido profesor de un máster 30 años (Máster de Periodoncia de la Universidad Complutense de Madrid), y los alumnos comenzaban las clases de lunes a jueves a las 8 de la mañana y acababan a las 8 de la tarde, con un examen final en español e inglés. Se les exigían seis publicaciones de impacto al año en ediciones especializadas y presentar sus trabajos en ponencias y congresos, pero ahora los institutos de máster se han convertido en un negocio. En la Complutense pagan unos 6.000 euros al año y se les da todo, únicamente tienen que poner su ordenador personal y la bata, pero hay otros tantos que son un negocio. Desgraciadamente la actividad económica ha subsumido a la Ciencia.
En cuanto a las polémicas, se han mezclado todos los casos y no son iguales. Pablo Casado hizo los cursos de acceso al doctorado, a él no le cambiaron las notas como ocurrió con otras personas. Hay que estudiar cada caso.