Desde su llegada al poder, recién estrenado el mes de junio, Pedro Sánchez ha repetido que "la recuperación de la convivencia en Cataluña" era una de las tres patas de su misión en la Moncloa. Sin embargo, la percepción de los ciudadanos de su proceder en este campo es la peor posible: el estudio del CIS publicado este martes demuestra que la preocupación de los españoles por la posible independencia de la región catalana se ha duplicado en apenas dos meses.
El último CIS mostraba que el 6,3% de los encuestados incluía de manera espontánea la independencia de Cataluña entre los tres principales problemas que afronta España. Aquella encuesta no reflejaba todavía los efectos de la política de Sánchez, pues el estudio de campo se había realizado en las primeras semanas de su Gobierno. Pasados dos meses, el 13% de los sondeados considera un problema principal la independencia de Cataluña.
En estos meses, el Ejecutivo de Sánchez ha trasladado a los políticos presos a cárceles catalanas, ha dado bandazos en su amparo al magistrado Pablo Llarena, instructor del proceso contra el golpe independentista de octubre de 2017. Incluso miembros del Consejo de Ministros han opinado que los encarcelados deberían estar en libertad y, más allá, que se les debería conceder el indulto cuando sean condenados.
Sánchez llegó a la Moncloa apoyado en los votos de los partidos independentistas catalanes. Y éstos ya han dejado claro que se cobrarán el peaje: Joan Tardà, portavoz de ERC en el Congreso, aclaró la semana pasada que "si no se retiran las acusaciones" por parte de la Fiscalía a los procesados, no habrá apoyo a los Presupuestos.
El 'Gobierno solidario', también tropieza en inmigración
El presidente también ha sacado a pasear cada vez que ha podido la condición de que su Ejecutivo ha cambiado "las políticas insolidarias" en inmigración de Mariano Rajoy.
Pero los españoles tampoco se lo valoran. Así, un 15,8% de los encuestados perciben la crisis migratoria como uno de los tres problemas principales del país. En el anterior sondeo, la cifra se quedaba en un 11,1% -es decir, cuatro puntos y medio menos-.
En este campo, el Ejecutivo también ha presentado una política errática: a la llegada del Aquarius, con más de 600 inmigrantes a bordo que rechazaban Italia y Malta, recibido entre autoridades y con permisos de residencia especiales para los desembarcados; siguieron los centenares de subsaharianos y magrebíes diarios rescatados en el Estrecho y Alborán tras una nueva oleada procedente de Marruecos; y el bandazo final, la devolución en caliente de 116 inmigrantes que saltaron la verja de Ceuta de modo violento a finales de agosto.
Curiosamente, esta acusada alza en dos de los principales pilares del discurso de Pedro Sánchez no es generalizada en cuanto a la percepción de problemas por parte de los españoles. El mes de agosto se cerró con las peores cifras de desempleo y afiliación a la seguridad social desde el inicio de la crisis. Pero, a pesar de la clara desaceleración económica que ya se vislumbra -y de la que advierten todos los gabinetes de estudios económicos-, los encuestados por el CIS no le pasan esta factura a Sánchez. La preocupación de por el paro sube sólo poco más de tres puntos entre los españoles, que no parecen condenar la ejecutoria del Gobierno en general, sino cómo gestiona la inmigración y, sobre todo, Cataluña.