Cuando se cumple un año de la Declaración Unilateral de Independencia del Parlamento catalán, políticos, periodistas e intelectuales responden a la pregunta clave: ¿Es posible una nueva y definitiva DUI? En general, el pesimismo aflora en las respuestas de los constitucionales.
Pau Guix (dramaturgo)
"Los catalanes libres de nacionalismo hemos visto cómo la cansina murga separatista se ha convertido en una historia interminable, en una fractura social de la cual no se atisba el fin, en una descomposición hedienta de una sociedad antaño ejemplar y cuyo pacto social hoy se halla en vías de extinción. El nacionalismo ha tratado de imponer al global de la sociedad catalana una falsa idea de nación basada en un concepto ilusorio de identidad experimentado colectivamente por una parte de la ciudadanía, cuyas mentes han sido incapaces de resistir la ponzoña, la manipulación, el adoctrinamiento y la propaganda de los medios públicos catalanes y de los subvencionados.
Este proceso de implantación de odio en las mentes de los nacionalistas contra todo lo español y contra la lengua común de todos los españoles culminó con un golpe de Estado fallido, con una pseudoindependencia de ocho segundos. Ahora, los gerifaltes separatistas no pueden renunciar a proclamar una segunda, porque se les acabaría el negocio. ¿Qué les dirían sus propios votantes, aquellos que creen en la idea más que sus propios líderes? Realmente, el ADN del nacionalismo catalán es de un golpismo impenitente. Por eso, a este paso habrá otra declaración de independencia".
Beatriz Talegón (abogada y periodista)
"Creo que la situación actual es muy diferente a la que se dio hace un año: el Gobierno de España ha cambiado. No sólo en sus miembros, sino en su actitud respecto a Cataluña. Creo que tiene claro que este es un asunto político y que nunca se tenía que haber judicializado.
El problema ahora es ver cómo se resuelve esta situación, a la que se ha llegado sobre todo por falta de diálogo, que yo achaco al Gobierno español por su negativa ante todas las propuestas realizadas desde Cataluña. La opinión pública está cambiando también: es cada vez más evidente que la rebelión y la sedición fueron un despropósito. Los procesos judiciales deberían anularse para poder plantear un clima de diálogo. Cada vez va quedando más claro que hay sectores políticos que han nacido y que se nutren del conflicto en Cataluña.
Y esto es una cuestión que deberíamos repensar en un país que apuesta por su regeneración desde la ética. Estamos ante un punto crucial: si queremos construir un nuevo sistema, más democrático y garantista de las libertades y derechos civiles, es imprescindible que haya acuerdos. De lo contrario se estarán forzando situaciones límite como la ocurrida el año pasado, que fundamentalmente fue una catástrofe para la democracia. Y con ello me refiero a esa situación diabólica en la que no se produjeron alternativas basadas en el diálogo. Un referéndum pactado habría de ser un paso inmediato, previa anulación de los procesos".
Andrea Levy (diputada del PP en el Parlamento catalán)
"La situación política en Cataluña, comparada con la del año pasado, está calmada, pero sigue latente. Está calmada porque los instrumentos políticos del Estado de derecho funcionaron y pararon el golpe a la democracia. Pero los actores políticos del independentismo, así como sus anhelos, siguen siendo los mismos. De hecho, el discurso de Quim Torra es el mismo de Carles Puigdemont, y por eso es su valido en el Palau de la Generalitat.
La preocupación es qué va a hacer ahora el presidente del Gobierno. Porque si bien hace un año las fuerzas políticas constitucionalistas tuvimos clara la unidad de acción y la necesidad de actuar como aliados en la defensa del marco de convivencia, la opinión actual de Pedro Sánchez puede variar porque han variado sus socios. Esos socios son ahora los independentistas.
Y lo estamos viendo con el blanqueamiento de los presos independentistas, ya sea diciendo que la prisión preventiva es innecesaria, ya sea diciendo que no hubo delito de rebelión, ya sea abriendo la puerta a los indultos. O, en clave catalana, con el PSC sentándose en esa mesa de diálogo que ha propuesto Torra fuera del Parlamento y donde, por cierto, no hay unidad entre las fuerzas independentistas sobre la ruta a seguir. En esa mesa se va a hablar de las posibles opciones pactadas con el Gobierno del PSOE, ya que la vía unilateral la tienen complicada.
Con el Gobierno central en una situación de debilidad en el Congreso, y ya que la única manera de continuar en el poder es aliarse con los independentistas, ese anhelo de continuar con lo iniciado hace un año podría materializarse de una forma distinta, pero con el mismo objetivo: desbordar nuestro marco de convivencia constitucional".
Beatriz Becerra (eurodiputada)
"No descartaría un trasunto de declaración de independencia, pero descafeinada, excusable en términos de libertad de expresión, como eso que llaman Crida. Los secesionistas siguen creyendo que banalizar el golpismo y teatralizar ataques al estado de Derecho con escenografía no les pasará factura, pues estos últimos meses han recuperado foco, fuelle y fondos gracias al gobierno de Sánchez. Pero ahora está abierto el juicio oral, y la cosa cambia mucho. Ya se ha ocupado Torra de lanzar un balón fuera a tres semanas vista proponiendo una cumbre de partidos. Necesita tiempo".
Félix Ovejero (escritor y profesor universitario)
"No, no estamos en un escenario de 'independencia sí' o 'independencia no'. Ese era el escenario hasta hace poco porque los nacionalistas tenían una estrategia ganadora: o la independencia, o algo a cambio.
En el momento en que el Estado, con todas las cobardías del mundo, adopta la posibilidad de castigar los excesos, el nacionalismo ya sólo aspira a reconstruir lo que tenía. El hecho de que se acabe la política de impunidad modifica el juego de retribuciones. Ahora, a lo único a lo que aspira el nacionalismo es a que salgan los presos o a mantener una retórica de consumo interno.
Lo malo es que, una vez derrotado el nacionalismo, y en vez de desahuciarlo como movimiento obscenamente reaccionario, se ha incidido en el discurso de la comprensión, que es el que nos llevó hasta los hechos del año pasado. Ese discurso es el de la tercera vía, es decir, el discurso del nacionalismo, pero con un año de retraso. Ese discurso hasta ahora se limitaba al PSC y a los biempensantes catalanes, pero ahora lo ha asumido el Estado. Que sea precisamente el que debería hacer frente a los golpistas el que asuma como buenas las razones de los golpistas debilita fuertemente el frente constitucional".
Ramón Arcusa (músico)
"Creo, y espero, que no. Tenemos una democracia que nos exige a todos el cumplimiento de las leyes. Y el primer obligado es el Gobierno, que no puede saltarse la Constitución, que de momento no permite ni referéndums de secesión ni mucho menos declaraciones unilaterales de independencia. Ni lo creo ni por supuesto lo deseo. España es muy grande tal como es, a pesar de".
Miguel Ángel Quintana Paz (profesor de Ética y Filosofía)
"No creo que vayamos a una nueva declaración de independencia por parte de políticos golpistas en Cataluña.
Mi motivo para pensar así es mi fe en la realidad: vivimos tiempos extraños y tan mentirosos que hay que tener fe ante lo que antes menos la necesitaba: lo real mismo. Poco a poco los políticos catalanes y los conciudadanos que los apoyan habrán de ir asumiendo lo real, a trancas o a barrancas, pero siempre como opción preferible a perderse ya definitivamente en un mundo alucinatorio.
Y lo real es que el proceso de secesión solo ha roto en dos la sociedad catalana, no España; ha dado a conocer Cataluña en todo el mundo, sí, pero como lugar en que acaecen cosas ridículas y fracasadas, no como esa Dinamarca del Sur con que algunos soñaron; ha demostrado que los españoles, a quienes muchos nos querrían indiferentes ante la pérdida de nuestro país de libres e iguales, en realidad guardamos más arrestos de los que se habrían esperado. Con ese panorama en la primera y reciente declaración golpista de independencia, la opción de repetir una segunda se me hace poco plausible.
Otra cosa es que el proceso de asumir esas verdades, dolorosas para el nacionalismo catalán, esté siendo y parezca que va a ser lento, como lo es todo luto por algo grave. Y otra cosa es que el actual Gobierno no ayude a acelerar ese proceso, sino que incluso lo ralentice, cuando parece dar esperanzas al golpismo de una salida más o menos digna de su oprobio. Como los malos amigos, Pedro Sánchez cree que mantener a tu colega sufriente en su mundo imaginario le ayudará a pasar el trance. No es así. Y es normal que a veces tengamos miedo de que el propio Pedro Sánchez sea el que acabe por abismarse en ese mundo imaginario".
Ángeles Caballero (periodista)
"Rompetechos era uno de los personajes favoritos de mi infancia. Me gustaba su torpeza y que fuera cegato perdido. Entonces yo veía con nitidez, pero hoy soy patosa y miope perdida como él, y como tal sé identificar a mis pares. Por eso no creo que vaya a haber segunda declaración unilateral de independencia. Porque un gobierno cegato, el catalán, decidió apropiarse de las instituciones y del concepto de ciudadanía (ay, el lenguaje), convirtiendo una parte en el todo. Y otro gobierno, capitaneado por Mariano Rajoy, afrontó semejante bravuconada con más miopía que la mía. Me cuesta decir cuál de los dos actuó con más torpeza.
Hoy jugamos con otros cromos, Torra y Sánchez, pero somos un año más viejos para iniciar otra pelea. El relato funcionó una vez, pero estamos mayores para seguir creyendo en los cuentos. Encima cegatos y torpes, que cansa aún más".
Borja Sémper (portavoz del PP en el Parlamento vasco)
"Creo que el independentismo va a hacer todo lo que esté en su mano para seguir generando enfrentamiento, conflicto y choque. Por eso creo que se producirá una nueva declaración de independencia. Da igual de qué manera la formulen. La idea es generar victimismo y mantener prietas sus filas".
Rodolfo Irago (periodista y analista político)
"Creo que no. En primer lugar, porque el bloque independentista se ha roto y se ha erosionado, y porque hay partidos como ERC que seguirán defendiendo la independencia, pero que no van a apostar ahora mismo por una nueva vía unilateral que podría llevar a la cárcel a más dirigentes independentistas. ERC tiene otra estrategia a más largo plazo para intentar conseguir un apoyo más mayoritario a la secesión. Puigdemont y Torra seguirán apostando por el conflicto, pero no tienen la fuerza de hace un año.
Y no creo tampoco que pueda haber una vía para la independencia a través de un referéndum pactado porque el presidente del Gobierno sabe que esa es una línea roja absoluta en la que su partido no le seguiría. Pedro Sánchez puede hacer gestos para mantener el apoyo que los independentistas le dieron en la moción de censura, pero creo que nunca abrirá la puerta al derecho de autodeterminación en España".
Pau Luque (profesor de Filosofía del derecho)
"Me parece muy improbable que haya otra declaración de independencia unilateral. Incluso aunque haya un momento particularmente emocional para el mundo independentista, como probablemente será cuando se dicte sentencia. Ni siquiera en ese contexto creo que se dé. Pero, si se diera, me parece que tendría que ser enmarcada, con más razón que el año pasado, dentro de la política de gesticulación y símbolos que lleva a cabo Torra, que está básicamente destinada a provocar a los constitucionalistas y a cohesionar a los independentistas con fines electorales.
Pero, como decía, no creo que haya otra DUI; en estos momentos, es una bala quemada y tendría aún menos efecto real, en términos de creación de una nueva frontera, que la del año pasado. No habría que sobrerreaccionar a las provocaciones folclóricas de Torra.
Y en cuanto a una declaración de independencia vía un referéndum pactado, pues me parece, si cabe, aún más improbable: en primer lugar, porque no creo que el Gobierno actual se esté dejando acorralar en el Congreso en este tipo de cuestiones; en segundo lugar, porque me parece que parte del mundo independentista ha reculado en cuanto a la petición de 'referéndum o referéndum'; y, en tercer lugar, porque confío en que siga habiendo una mayoría no-independentista en Cataluña".
Teresa Giménez Barbat (eurodiputada)
"Aunque ya está calando la inquietante sensación de que este presidente haría todo para mantener su situación privilegiada de poder, eso no sería posible, pues el resto de instituciones aún no están corrompidas, ni mucho menos a este nivel.
Las cosas, afortunadamente, ya no volverán a ser iguales. Como le dijo Arcadi Espada a Jiménez Losantos en la presentación de su libro Contra Cataluña, la indiferencia pública tras su secuestro y el tiro en la rodilla es ahora absolutamente impensable. No sólo los crímenes, si no la escasa tolerancia que está dispuesta a tener la opinión pública no nacionalista a cuestiones antes presuntamente inevitables como la inmersión lingüística, la actividad propagandística de los medios catalanes o la voluntad de manifestarse en la calle cuando se considere oportuno.
Estoy leyendo el libro de Mordecai Richler Oh Canadá! Oh Quebec! que me está dejando asombrada por la grandísima similitud entre ambos procesos. Esto amainará. Lo malo es que harán falta un par de generaciones, y será a costa de perder empuje económico, político y social. Pero aún estamos en un momento pico y debemos estar firmemente vigilantes y no ceder ni un milímetro. Suerte de Europa y de que hay un partido constitucionalista en Cataluña que ganó las elecciones".
Antonio Camuñas (expresidente de la Cámara de Comercio España-EEUU)
"Sí. De hecho, no descarto tres posibles escenarios distintos de una nueva declaración de independencia.
El primero, el de Puigdemont desde Bruselas por medio de ese Consejo de la República que está organizando para no quedarse fuera de juego definitivamente, que no tendría ningún valor.
El segundo, en caso de que lograse convencer a su marioneta en Barcelona, Quim Torra, lo que obligaría al gobierno a aplicar de nuevo el 155.
Y el tercero, en el caso de que las sentencias del Tribunal Supremo no contenten a ERC y a la antigua cúpula de la Generalitat, y hagan naufragar esta nueva reedición de la Operación Diálogo de Soraya para desbloquear la situación y suavizar el enfrentamiento con el Estado.
Un referéndum pactado es inviable (de entrada) por ser anticonstitucional. Sánchez caería en una trampa mortal si diera este paso sólo o en compañía de Podemos, pues ningún otro partido nacional avalaría semejante dislate. Ese camino llevaría además a una grave fractura interna en el PSOE. Federaciones como la andaluza, la castellano-manchega o la aragonesa, por citar solo tres de ellas, romperían el silencio con el que aparentemente vienen arropando al Gobierno desde junio, a pesar de ser radicalmente contrarias a la estrategia de diálogo y generosa tolerancia que Sánchez viene manteniendo con el soberanismo desde su llegada a la Moncloa".
Xabier Barrena (periodista)
"Con la autoridad moral que me otorga haber pronosticado, en su día, que el holandés Louis Van Gaal iba a hacer campeón de Europa al Barça, me atrevo a pronosticar que sí habrá una segunda declaración. O, como mínimo, un referendo.
La DUI de 2017 sirvió para mucho. Para cambiar el marco mental que señalaba a los catalanes como taimados e incapaces de levantar la voz. Una idea muy extendida entre los propios ciudadanos del Principado. También, para que los catalanes separatistas se dieran cuenta de que se puede poner en jaque al Estado sin sufrir por ello unas represalias generalizadas. La única manera de que el independentismo hibernara treinta años habría sido que cundiera el miedo. Como en 1939. La represión del Estado ha servido para cabrear, pero no para acongojar ni, mucho menos, disuadir.
Así que, pasado el actual impasse, el independentismo volverá a la carga. Ya sin nada que demostrar, puesto que cruzó el Rubicón en 2017, por lo que la gestión del tiempo será más pausada. Yo soy de los que creen que según pasan los años, y por relevo generacional, el secesionismo gana adeptos. Es totalmente lícito creer lo contrario.
Todo ello lleva a un nuevo desenlace. ¿Cuál? Va a depender de la sagacidad del Gobierno central de turno. Cuanto antes se negocie un referendo y una ley de claridad a la quebequesa e, incluso, unos umbrales mínimos como en Montenegro, más opciones veo de que la sacrosanta unidad patria se mantenga. Cuanto más se dilate la salida al problema, más posibilidades de éxito separatista percibo".
Carina Mejías (líder de Cs en el Ayuntamiento de Barcelona)
"La DUI del 27 de octubre de 2017 es uno de los episodios más infames que ha vivido nuestra democracia. El nacionalismo pretendió imponer un plan ilegal que llevaba años planeando y, pese a las reiteradas advertencias, se saltó todas las leyes y dio un golpe a la democracia. Un acto con el que se pisotearon los derechos de millones de catalanes, a los que engañaron para luego decirles que iban de farol. Un episodio infame que ha dividido a los catalanes, ha fracturado la sociedad, ha intentado romper España y sacarnos de la Unión Europea. Hoy, siguen engañando a los catalanes. Lo que deben hacer es pedir perdón y asumir las consecuencias".
Adolf Tobeña (catedrático de Psiquiatría de la UAB)
"Ni idea. Los actores políticos pueden sacarse de la chistera un abanico de opciones alternativas. Lo único que sé es que seguimos chapoteando en el empate crónico y fastidioso entre catalanes y catañoles".