María Dolores de Cospedal pidió a José Manuel Villarejo que investigara la actuación de Javier Arenas como presidente de la fundación de los europarlamentarios del PP que servía, entre otras cosas, para pagar sus viajes. Unos viajes que estaban bajo sospecha desde que fueron investigados dentro de la trama Gürtel.
"Durante más de 10 años hice dos viajes por semana. Así que llamé al partido para que me recomendaran una agencia de viajes y me recomendaron ésta porque era la que más trabajaba con ellos". Así se expresó quien fue eurodiputado del Partido Popular hasta 2009, Gerardo Galeote, en su declaración como testigo en el juicio de la trama Gürtel. Una declaración en la que también recordó cómo en 2004 "una secretaria" del PP le llamó para comunicarle que el partido había dejado de trabajar con esa agencia: "Yo creo que estaba vinculado a que en ese momento empezaban a aparecer en los medios actividades dudosas de (Francisco) Correa".
No iban mal dirigidas las sospechas del exeurodiputado, aunque eran incompletas. Pese a que, a día de hoy, no ha quedado acreditada esta parte de la trama Gürtel, lo cierto es que Francisco Correa, el cerebro, fue condenado a 51 años de prisión y Luis Bárcenas, exgerente del grupo popular y exsenador por Cantabria, recibió una condena de 33 años de cárcel y una multa de 44 millones de euros por la caja B del PP. Sus dos dos nombres están directamente ligados a aquellos viajes de Galeote y otros eurodiputados populares en el primer lustro del siglo XXI que los audios publicados por EL ESPAÑOL y Moncloa.com han vuelto a poner de manifiesto merced a la conversación entre la exsecretaria general del PP y el excomisario.
Tal y como recordó Galeote en su declaración ante el juez, los viajes a Bruselas de los eurodiputados se financiaban con las asignaciones que las instituciones europeas daban a cada eurodiputado. Pero los europarlamentarios disponían de otra cantidad "atribuida para la divulgación de su actividad". Todos los eurodiputados populares decidieron que una parte de la cantidad que les asignaba la UE fuera destinada a una "fundación común" que ejercería labores de asesoramiento.
Fue así como nació la Fundación de Estudios Europeos -ni Cospedal ni Villarejo son capaces de acertar con el nombre durante su reunión secreta en Génova-, de la que Bárcenas fue el tesorero y entre cuyas funciones se encontraba la de "rendir cuentas" a la Secretaría General del Partido Popular Europeo en Bruselas y presentar una vez al año el informe de gestión financiera ante el patronato de la fundación, lo que después se auditaba ante el PPE. Y son precisamente esas facturas con las que, según la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF), Bárcenas saldaba su deuda de viajes particulares entre 2001 y 2005 con facturas ficticias emitidas por Special Events, una de las sociedades de Correa, a la propia fundación, al grupo popular europeo y al PP de Castilla-La Mancha.
Según el auto del juez Pablo Ruz el apogeo de la relación entre Bárcenas y Correa llegó en 2000, 2001 y 2002, precisamente los años en que Bárcenas, su mujer, Rosalía Iglesias -también condenada a 15 años de prisión- y otros miembros de su familia disfrutaron de viajes de lujo a Alaska, Cuba, India y Turquía, entre otros destinos, además de diferentes traslados a Ginebra. Uno de los viajes a esta ciudad suiza coincidió en el tiempo con el ingreso de cinco millones de pesetas (unos 30.000 euros) en el depósito que el matrimonio tenía entonces en el Dresdner Bank. Precisamente, Javier Arenas presidió la fundación desde 1999 hasta 2003.
El auto del magistrado dedicó cuatro de sus 205 folios a esta parte de la trama y en ellos explicaba cómo Bárcenas y Correa organizaron una red de falsificación de facturas para cargar al PP Europeo y a la fundación los gastos de aquellos viajes de lujo. Es más, se centra en tres grandes facturas de las empresas Pasadena Viajes y Gabinete de Viajes por las que Bárcenas se habría llevado 43.562,80 euros en viajes. La primera de ellas se realiza a cargo del grupo popular europeo, la segunda a cargo del PP castellano-manchego y la tercera a cargo de la Fundación de Estudios Europeos.
Según acredita el juez, esta última factura, del 29 de noviembre de 2001, ascendería a casi dos millones de pesetas (11.900 euros) y habría sido destinada al pago de varios gastos de Bárcenas por sus viajes "a lo largo del año 2002". Además, el informa de la UDEF cita otra factura emitida por Special Events a la fundación con fecha de 17 de octubre de ese mismo año y por un valor de 1,3 millones de las antiguas pesetas (unos 8.000 euros) que tiene como concepto "jornadas de consumidores y usuarios".