A la hora de comer, un hombre de barba poblada y canosa atraviesa las puertas del ministerio de Justicia. Ha aparcado las botas de plástico verde y la bata blanca. Tiene cita con la ministra, Dolores Delgado. Se llama Francisco Etxeberría. Es antropólogo forense. Hace un par de años coordinó el desentierro de los generales Mola y Sanjurjo en un mausoleo franquista de Pamplona, el segundo más grande del país tras el Valle de los Caídos.
La ministra le transmite que esta vez el Gobierno liderará la detección y exhumación de las fosas comunes. Algo que no ocurrió con Zapatero -dejó el proyecto a medias- ni, por supuesto, con Rajoy. "Es una intención compartida por todos los ministros y el presidente Sánchez", explica Delgado.
Francisco Etxeberría (Beasain, 1957) es uno de los antropólogos forenses más brillantes. También uno de los más galardonados. Pionero en la excavación de fosas. Un trabajo que empezó en el 2000 y que ya ha supuesto la recuperación de 8.000 esqueletos. El Gobierno de Sánchez acaba de ficharlo como asesor. Le han pedido un informe, una suerte de "estado de la cuestión" y un guion técnico que estructure las actuaciones venideras.
El Ejecutivo no dispone de presupuesto para comenzar de inmediato, pero incluirá una partida -cuyo grosor todavía está por determinar- en las cuentas generales de 2019. Sánchez ha recurrido a Etxeberría para preparar un protocolo.
"En España existen medios humanos y materiales suficientes. Lo que hay que hacer es ponerse a trabajar", saluda Etxeberría a este diario poco después de su visita a la ministra Delgado. ¿Se fía de la voluntad política del Gobierno? "Sí, esto no va a ser hablar por hablar".
Un elemento que aporta sosiego a Etxeberría es el papel protagonista que juega Fernando Martínez, director general de la Memoria Histórica elegido por Sánchez: "Es un hombre que sabe de esto, con una experiencia previa muy interesante en Andalucía". En resumidas cuentas: establece una relación de confianza con el gremio.
Cervantes, Lasa y Zabala, y Salvador Allende
Francisco Etxeberría es doctor en Medicina por la Universidad del País Vasco. Líder del departamento antropológico de la Sociedad de Ciencias Aranzadi. Jugó un papel trascendental en los casos Lasa y Zabala o el asesinato de los niños de Las Quemadillas a manos de su padre, José Bretón. También ha analizado los restos de Víctor Jara o Salvador Allende. Incluso impulsó la búsqueda de los huesos de Miguel de Cervantes, finalmente ubicados en un convento del Barrio de Las Letras, Madrid.
Cuando un alcalde acude a hacerse la foto el día de la exhumación de una fosa, cuenta Etxeberría a este diario, el ciudadano suele esperar dos reacciones: "Que manifieste su apoyo y que ofrezca su ayuda cuando se le pida". Esa ayuda, insiste, la prestará un Gobierno estatal por primera vez en la Historia de la democracia.
En cualquier caso, Etxeberría no minusvalora -ni mucho menos- el camino recorrido hasta ahora, que ya tiene un reflejo en la ficción. Ilustra su opinión con el reciente estreno de Petra, una película española en la que un periodista acude a cubrir la exhumación de una fosa: "Eso hasta hace muy poco era impensable que ocurriera".
Etxeberría ya ha trasladado al ministerio de Justicia cuál considera la prioridad. No alberga dudas: "Las fosas clandestinas que están en montes y cunetas". Allí suelen estar, refiere este antropólogo forense, las víctimas de "crímenes de lesa humanidad", cuya muerte "ni siquiera se anotó en los registros". "Los muertos en combate", explica, convendría exhumarlos después.
En líneas generales, Francisco Etxeberría menciona la urgencia de actualizar el mapa de las fosas. Los historiadores contemporáneos hablan de unos 120.000 desaparecidos. Teniendo en cuenta que las excavaciones que se han dado desde el 2000 se han saldado con 8.000 recuperados, podría establecerse que restan 112.000. Un cálculo, arguye Etxeberría, que no sería correcto. "No vamos a encontrar a todos. Ha pasado muchísimo tiempo. Hay varias fosas que se han desecho, lugares sobre los que se ha construido...".
En enero, el Gobierno pretende liderar el proceso de detección y exhumación de fosas. Será la primera vez en democracia. Etxeberría pidió coordinación a la ministra: "Ahora, un hombre que vive en Aragón cuyo padre está en un monte de Castilla no lo tiene nada fácil. El apoyo institucional es muy importante para engrasar esa coordinación".
¿Y por qué no liderará Etxeberría el desentierro de Franco? Ese caso, argumenta, no requiere un antropólogo forense. "Se tiene constancia de que los restos son los suyos y se conocen las causas de su muerte".