La moción de censura que echó a Mariano Rajoy de La Moncloa causó un efecto dominó que provocó también que el Partido Popular se abriera en canal para elegir al nuevo presidente. Pablo Casado heredó la dirección del PP gracias a la eterna lucha que rivalizaron durante una década María Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría, también dispuestas a pelear por el liderazgo. El triunfo de los jóvenes del PP supuso romper definitivamente con el marianismo y rejuvenecer en 61 años la edad de los populares que más poder tienen ahora en Génova. Algo impensable hace tan solo seis meses.
Con la irrupción en el panorama político de Podemos y Ciudadanos, al PP también se le reprochaba que su líder era ya demasiado mayor para competir con adversarios mucho más modernos, más conectados con la sociedad y más jóvenes. Mariano Rajoy (1955) saca 26 años a su sucesor, Pablo Casado (1981), que se convirtió en el líder político más joven de España cuando aplastó a la exvicepresidenta (1971) en las primarias. Todos su rivales son mayores que él: Pedro Sánchez nació en 1972, Pablo Iglesias en 1978 y Albert Rivera un año después que el líder de Podemos.
Si con Rajoy al frente del PP la edad media de la cúpula eran 55 años, Pablo Casado la ha situado en los 40. Un rejuvenecimiento real que ha sorprendido a los más mayores del Partido Popular, poco acostumbrados a cambios tan drásticos. "Muchos nos pedían que retiráramos nuestra candidatura. Nos decían que aún no había llegado nuestro momento", reflexiona una persona de la máxima confianza del nuevo presidente.
Cuando Rajoy pensó en modernizar la cúpula del PP, apostó en 2008 por colocar como 'número dos' a una mujer, María Dolores de Cospedal (1965). Su sucesor ha apostado por poner en ese puesto a su amigo Teodoro García García, un diputado raso de Murcia que solo tiene 33 años. El expresidente del Gobierno apostó por volver a crear la figura del coordinador general cuando Cospedal asumió también la cartera de Defensa. Como 'número tres' puso al zamorano Fernando Martínez-Maillo (1969), un fontanero dedicado en cuerpo y alma a apagar los "incendios" de los territorios regionales.
Los becarios al poder
Casado apostó por sustituir a Maillo por el vitoriano Javier Maroto (1972). El actual líder del PP fraguó una estrecha amistad con el actual vicesecretario de Organización cuando Mariano Rajoy les eligió como vicesecretarios precisamente para rejuvenecer su cúpula e intentar competir con Albert Rivera en junio de 2015. "Siempre nos trataron como los becarios... no se dieron cuenta de que el tiempo había acabado para ellos, los que llevan toda la vida haciendo y deshaciendo a su antojo", resume otro 'casadista'.
Significativo es también el cambio en la portavocía del PP en el Congreso de los Diputados. Mariano Rajoy apostó por un perfil duro como el de Rafael Hernando (1961) que fue sustituido en verano por Dolors Montserrat (1973). La catalana, sin embargo, no termina de encajar en un puesto en el que se necesita mano dura contra el Gobierno de Pedro Sánchez.
Borrón y cuenta nueva
Los nuevos tiempos que han llegado al PP con Pablo Casado no solo se traduce en el año de nacimiento de sus dirigentes. La dirección actual ha hecho borrón y cuenta nueva con el pasado. Ninguno de sus dirigentes quiere ya cargar con las culpas de lo que hicieron sus mayores. La prueba más significativa ha sido la salida fulminante de Cospedal, que puso todo su poder en la candidatura de Casado y en tan solo dos meses ha visto cómo el presidente le ha retirado su confianza por la dudosa forma con la que su marido, Ignacio López del Hierro, manejaba los hilos en el PP.
Casado y su equipo se han propuesto mirar hacia el futuro y soltar lastre con el pasado. "Nosotros no conocemos al señor Bárcenas ni a Villarejo, no nos merecemos cargar con los errores de nuestros mayores", resume un miembro de la dirección actual. Inmersos ahora en la confección de las listas electorales con las que el PP se presentará a las elecciones municipales y autonómicas, el debate es si apostar por candidatos jóvenes aunque sean aún desconocidos como el sustituto de Cospedal en Castilla-La Mancha, Paco Núñez, o colocar en primera fila a viejas glorias con pasado. De momento, la balanza se inclina por una renovación absoluta que deje atrás la etapa más negra del Partido Popular.