“Pasteleo” y “mangoneo” son las dos expresiones más utilizadas por Albert Rivera para referirse al reparto de los vocales del Consejo General del Poder Judicial entre PP, PSOE y Podemos. Tras el “no” de Manuel Marchena a presidir el órgano rector de los magistrados, el líder de Ciudadanos ha apremiado a Pedro Sánchez y Pablo Casado a “tirar a la basura su pacto de la vergüenza”.
Este lunes y tras conocer el WhatsApp de Ignacio Cosidó, revelado por este periódico, la Ejecutiva naranja comprendió por qué los populares aceptaban perder la mayoría en el CGPJ para entregársela al PSOE. “Claro, quieren controlar la Sala Segunda, que juzgará su corrupción”, relató Inés Arrimadas. A Rivera, la subrepticia intención del bipartidismo le produce “sarpullido democrático”.
El candidato liberal ha alabado el movimiento del juez Marchena. “La dignidad la ha puesto él; y la vergüenza, Casado y Sánchez”, ha aseverado en una entrevista con Espejo Público. “Me entristece que un país esté pendiente de cómo Sánchez y Casado se reparten los cromos en la Justicia. No han estado a la altura en un momento tan delicado”.
Los dirigentes de Ciudadanos en pleno urgen a Casado a dar explicaciones por el mensaje de Cosidó, que explicaba incluso algebraicamente al resto de senadores del PP cómo y por qué “beneficiaba” el trato del CGPJ a su partido. “No es ningún chiste, tampoco una broma de mal gusto”, afirmó Arrimadas este lunes. Teniendo en cuenta que el que fuera director general de la Policía con Mariano Rajoy fue colocado al frente de la formación conservadora en el Senado por Casado, Rivera espera que sea el propio líder quien dé la cara.
La renuncia de Marchena a encabezar el CGPJ y el Tribunal Supremo ha brindado a Ciudadanos la oportunidad de volver a colocar sobre la mesa su ley del poder judicial: concurso de méritos para elegir a todos los presidentes de las Salas y elecciones entre magistrados para seleccionar a 12 de los 20 vocales del Consejo.
En cuanto al posible adelanto electoral ya mentado por Pedro Sánchez, Rivera no se fía. Tacha de “obsesión” las ganas de Sánchez de permanecer en la Moncloa y atribuye al presidente del Gobierno “un cinismo sin límites”: “Quiere apoyarse en unos presupuestos que, para ellos, eran malísimos. Todo lo que pueda pasar en esta legislatura será malo para España”.