Los Presupuestos pactados por el Gobierno de Pedro Sánchez con Podemos provocarán una "desviación significativa" respecto a los objetivos de reducción del déficit que exige la UE a España y además vulneran las reglas comunitarias que obligan a bajar progresivamente la deuda pública. Este es el diagnóstico que hace la Comisión Europea del borrador presupuestario que Sánchez remitió a Bruselas a mediados de octubre, pero que todavía no ha presentado en el Congreso de los Diputados. Es más, cada vez hay más dudas de que lo haga por falta de apoyos suficientes para sacarlos adelante.
El Ejecutivo comunitario avisa de que el plan presupuestario del Gobierno socialista "corre el riesgo de incumplir las exigencias del Pacto de Estabilidad y Crecimiento para 2019". Es decir, le pone de nota un suspenso y reclama medidas adicionales para garantizar que las cuentas cuadren. "Como a todos los países incumplidores, pedimos que ajusten sus planes presupuestarios para que respeten el Pacto", ha dicho el vicepresidente económico de la Comisión, Valdis Dombrovskis, al ser preguntado por EL ESPAÑOL. Estos son los cinco principales agujeros que Bruselas ha descubierto en los Presupuestos de Sánchez.
1.- Una previsión de ingresos inflada
El Gobierno de Sánchez prevé aumentar el año que viene los ingresos en 7.200 millones de euros (el 0,6% del PIB) mediante una subida de impuestos. Pero según el análisis del Ejecutivo comunitario, estas cifras son demasiado optimistas, están infladas. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, prevé recaudar 1.200 millones con la nueva tasa a los gigantes digitales y otros 850 con la tasa a las transacciones financieras. Bruselas recorta en hasta un 30% los ingresos adicionales en ambos casos. Las nuevas medidas contra el fraude fiscal generarán la mitad de lo que prevén las autoridades españolas (828 millones). Y las ganancias extra por la subida del salario mínimo también se han exagerado (serán 750 millones y no los 1.500 millones que pronostica el Gobierno). En realidad, la recaudación adicional se limitará a 4.600 millones (el 0,4% del PIB).
2.- Gastos ocultos no registrados
El plan presupuestario pactado con Podemos reconoce un aumento del gasto el año que viene equivalente a 2.500 millones de euros. Un dinero que se utilizará para pagar la subida de las pensiones, un aumento de las becas, ayudas a los comedores escolares, mejoras en la ley de dependencia o más inversión en I+D, entre otras iniciativas. Sin embargo, la Comisión ha detectado otros 1.100 millones en gastos ocultos que el Gobierno de Sánchez no ha incluido en los Presupuestos. Los más importantes son el impacto de la anulación del copago farmacéutico (362 millones) y el aumento del gasto en guardería a nivel municipal (330 millones). Además, el Ejecutivo comunitario avisa de que el déficit podría subir en otros 1.000 millones de euros si finalmente hay que indemnizar a Acciona por la anulación de la concesión de Aigües Ter Llobregat en Cataluña.
3.- Sánchez se hace trampas al solitario con el déficit
El resultado de estos desajustes es que el Gobierno de Sánchez no sólo incumplirá los objetivos de déficit que le exige la UE: tampoco respetará la nueva senda fiscal que había fijado de forma unilateral la propia ministra de Economía, Nadia Calviño. Bruselas calcula que el déficit público se quedará en el 2,7% este año (frente al 2,2% comprometido) y bajará al 2,1% en 2019 (frente al 1,3% comprometido y al 1,8% de la senda de Calviño). Pese a ello, España saldrá el año que viene del procedimiento por déficit excesivo al registrar un desfase inferior al umbral del 3% que marca el Pacto de Estabilidad. Eso significa que, a partir de ahora, la Comisión se fija más en el ajuste estructural, permanente, el que no depende del crecimiento económico. España tampoco cumplirá aquí lo exigido. La UE reclama un esfuerzo estructural del 0,65% (7.500 millones); Calviño lo rebajó unilateralmente al 0,4% (4.600 millones), según ella dentro del margen de flexibilidad autorizado; pero el ajuste real será nulo, según los cálculos de Bruselas.
4.- Una previsión de crecimiento demasiado optimista
La previsión de crecimiento del Gobierno de Sánchez para 2019, la que sostiene el plan presupuestario, es ligeramente más optimista que la de Bruselas. La Comisión calcula que la economía se desacelerará desde el 2,6% de este año hasta el 2,2% en 2019, una décima menos de lo que calculan las autoridades españolas (2,3%). Esta diferencia, que puede dificultar la reducción del déficit, se explica porque Bruselas proyecta que el empleo crecerá menos "debido a un mayor impacto negativo de la subida prevista del salario mínimo", en comparación con las cifras que maneja el Gobierno. En concreto, el Ejecutivo comunitario cree que dejarán de crearse hasta 80.000 puestos de trabajo en dos años.
Precisamente, tanto la OCDE como el FMI han rebajado este mismo miércoles sus previsiones de crecimiento para España. La OCDE calcula un avance del 2,6% para este año y del 2,2% para 2019 (en ambos casos un recorte de dos décimas). El organismo dirigido por Christine Lagarde es incluso más pesimista y calcula un 2,5% en 2018 y un 2,2% en 2019. El FMI tiene dudas sobre las subidas de impuestos de Sánchez (prefiere que se aumente el IVA a algunos productos con tipos reducidos) y avisa de que vincular las pensiones con la inflación pone en riesgo la sostenibilidad del sistema.
5.- Faltan reformas estructurales
El Ejecutivo comunitario echa en falta en los Presupuestos de Sánchez dos reformas estructurales urgentes que viene reclamando desde hace años. En primer lugar, una reforma de la ley de Estabilidad Presupuestaria para hacer automáticas las sanciones para las comunidades autónomas que incumplan los objetivos de déficit. Sobre este punto, el plan presupuestario guarda silencio. Tampoco se han completado los cambios legales necesarios para hacer más transparente el proceso de licitaciones públicas, fundamentales para combatir la corrupción. Finalmente, la UE pidió en julio de 2017 a España una revisión en profundidad del gasto público con el fin de identificar áreas en las que sea posible identificar su eficacia. Esta revisión no se completará hasta principios de 2019.
6.- ¿Saldrán estas cuentas adelante?
Pese a analizarlas en detalle, el Ejecutivo comunitario tampoco se cree ya que los Presupuestos de Sánchez vayan a salir adelante. El Gobierno ya ha dejado caer que se inclina por una prórroga de las cuentas de Rajoy después de que los partidos independentistas hayan dejado claro que no le apoyarán. Por eso, Bruselas reclama ya que se le envíe cualquier modificación de entidad para volver a examinarla. "Lo importante ahora es que estos Presupuestos se presenten realmente en el Parlamento y se aprueben. Si hay cambios sustanciales, España debería volver a presentar un plan presupuestario revisado", dice Dombrovskis. "Dado que las negociaciones presupuestarias están todavía en marcha en Madrid, hemos pedido que se nos presente un plan presupuestario actualizado si el borrador de ley de Presupuestos que finalmente se envíe al Parlamento difiere de forma significativa" del texto actual, ha insistido el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici.