Santiago Abascal ha comparecido este miércoles después de la primera reunión del Comité ejecutivo de Vox tras el éxito arrollador del partido en las elecciones andaluzas del 2-D. La convocatoria se ha tenido que hacer en un hotel madrileño ante el "aluvión" de periodistas acreditados, no sólo españoles sino de algún país latinoamericano.
Con tono vehemente, el habitual en el líder del momento, Abascal ha estampado sobre la mesa las condiciones de su formación para llegar a un pacto con Partido Popular y Ciudadanos: la principal, "una reforma del Estatuto de Autonomía que elimine la definición de Andalucía como realidad nacional, porque todos los andaluces saben que es algo mucho más importante, es una región autónoma de España".
En todo caso, la clave de lo reclamado por el presidente de Vox es alcanzar un acuerdo con populares y naranjas "que asegure el fin de 36 años de corrupción socialista apoyada ahora por el comunismo chavista". Y a ese respecto ha reclamado también una "auditoría del PER", porque según Abascal el Plan de Empleo Rural "tiene razones para existir pero sabemos que está lleno de corrupción y hay que investigarlo". En la misma línea, ha pedido "un estudio detallado de los organismos superfluos que se han convertido en una Administración paralela".
Además, otra medida llamativa -y que le ha provocado un enfrentamiento dialéctico con un periodista afectado directamente por ella- ha sido la propuesta de cierre de Canal Sur. "Las televisiones públicas acaban por convertirse en medios de propaganda política y no queremos que el próximo Gobierno de Andalucía se dedique a la propaganda con el dinero de los andaluces".
Abascal parecía desconocer que para aplicar esa reivindicación también debe reformarse el Estatuto de Autonomía, y ese ha sido el motivo de su trifulca con el reportero, que se lo ha hecho notar: "O sea, que lo tenéis blindado... bueno, no he venido aquí para mantener un debate con usted", ha cerrado el líder político.
Reforma "simbólica" pero clave
La reforma del Estatuto, que él mismo ha calificado de "simbólica" pero que ha repetido en al menos dos ocasiones de una rueda de prensa acelerada -como su discurso-, incluiría además "la devolución de competencias al Estado por primera vez en la historia de la democracia".
Abascal quiere que Andalucía deje de gestionar la Educación y la Sanidad. De hecho quiere que ninguna autonomía las gestione. Es más, su partido pretende acabar con el Estado de las Autonomías, "pero somos defensores del orden constitucional", ha dicho, "y ésa es una reforma agravada para la que no tenemos mayoría". A lo que ha añadido "todavía".
Vox habla de "oportunidad histórica" para sacar a Susana Díaz de San Telmo y cuando se le pregunta si alguna de sus condiciones son "líneas rojas", responde advirtiendo al PP y a Cs de que "ni Juanma Moreno ni Juan Marín son imprescindibles". Según Abascal, "los andaluces no les han votado a ellos, ninguno ha ganado, lo que los andaluces han votado sin duda ha sido cambio".
Y por eso da por hecho que habrá cambio, "porque Vox no quiere sillones ni consejerías" e incluso ha admitido que se pensaría dar un sí a un candidato surgido de un acuerdo entre el Partido Popular y Ciudadanos incluso si no les llaman para negociar.
"No al chantaje"
"Hasta que ellos no acuerden, no queremos hablar con nadie", ha repetido en varias ocasiones, "pero si quieren pactar algo con nosotros deberán al menos escuchar nuestros compromisos con los andaluces". Lo contrario sería "someter a un chantaje a Vox y a las 400.000 personas que nos han votado", ha advertido.
El caso es que Abascal habla muy fuerte, pero se le escapan más de su boca las ganas de colaborar en la caída histórica del PSOE en la región andaluza que una concreción sobre si exigirán o no ni qué en concreto.
Porque la ristra de condiciones -"no queremos hablar de líneas rojas", ha admitido- se completaba con la defensa de la vida rural -es decir, "de la caza y la tauromaquia", que es en lo que ha centrado esta idea- y medidas ya de escala nacional. Entre ellas, como la derogación de la Ley de Violencia de Género y la Ley de Memoria Histórica -dos de los argumentos principales del partido desde su nacimiento en 2013-, la supresión del Impuesto de Sucesiones para que Andalucía se iguale a otras CCAA y la rebaja del tramo autonómico del IRPF.