En la habitación sólo entran los equipos negociadores de Partido Popular y Ciudadanos. Ese es el terreno de juego que acaban de pactar Pablo Casado y Albert Rivera. Vox no influirá en el “acuerdo de contenidos”. Si Abascal lo apoya, será sin exigir nada a cambio. Liberales y conservadores sellarán su alianza justo antes de Nochebuena. Tres días después, el 27 de diciembre, se constituirá el Parlamento de Andalucía. Naranjas y azules alcanzarán tal fecha habiendo fraguado una coalición de 47 escaños, los mismos con los que Susana Díaz logró la investidura en 2015.
Así lo reconocieron dirigentes de ambas formaciones en los pasillos del Congreso de los Diputados, donde se celebró este jueves el cuadragésimo aniversario de la Constitución. Antes de Navidad, PP y Ciudadanos habrán cocinado su propuesta. Y entonces se despejará la ecuación: quien presida la Cámara andaluza no encabezará el Ejecutivo y viceversa. ¿Gobierno de coalición? ¿Pacto de investidura? ¿Acuerdo de legislatura? “Todavía es muy pronto para saberlo”, responden unos y otros.
A pesar de que el PP no se ha mostrado incómodo en el abrazo con Vox, Casado reiteró que su “único interlocutor” será Ciudadanos. En ese momento alabó su sintonía con Rivera, que “facilitará mucho las cosas”. Fuentes de uno y otro partido advierten de que las dos próximas semanas serán “determinantes” porque la Nochebuena como fecha tope es algo compartido y, en gran parte, forzado por el compás electoral: el 27 de diciembre deberá componerse la Cámara andaluza.
La presidencia, incógnita de la ecuación
Apartar a Vox es una de las circunstancias exigidas por Rivera que el PP ya ha aceptado. Casado, en conversación informal con los periodistas, se mostró seguro de que Abascal apoyará un pacto que no podrá condicionar: “Si no lo hace e impide que desbanquemos al PSOE, deberá explicar a sus electores por qué”. Además, los presidentes de PP y Ciudadanos saben que a Vox, en términos estratégicos, no le interesa formar parte del Ejecutivo andaluz. Abascal se vería obligado a rebajar la beligerancia de su discurso porque ya formaría parte del sistema que dice detestar.
En cualquier caso, y en esto divergen Casado y Rivera, Ciudadanos procurará por todos los medios que sea la abstención del PSOE la que habilite el Gobierno del centro derecha en Andalucía, y no los votos favorables de Vox. Susana Díaz, a la entrada del Congreso, descartó con vehemencia esa opción: “¿Apoyar nosotros a Ciudadanos? Deberían ser ellos, la tercera fuerza, los que nos apoyaran a nosotros, la primera”. La presidenta socialista volvió a exigir “altura de miras” a Rivera para evitar la influencia de la extrema derecha. Y los naranjas respondieron: “Que muestre ella su ‘altura de miras’. Con su apoyo no haría falta el de Vox”. Este debate no tensiona a Génova. Los populares prefieren el centrismo de Ciudadanos, pero no consideran a Vox un partido “peligroso” ni de “extrema derecha”.
El principal obstáculo de la negociación girará en torno a la pieza más codiciada: la presidencia de Andalucía. Rivera y Casado han comenzado las conversaciones con un planteamiento maximalista: “Ese puesto es para nosotros”. Al inicio del partido, Juan Marín al frente es condición sine qua non para Ciudadanos; igual que Juanma Moreno para el PP. No obstante, liberales y conservadores en ningún caso abocarán Andalucía a unas nuevas elecciones: saben que una repetición podría otorgar a PSOE y Podemos la mayoría que ahora no tienen.
“Una mayoría absoluta para gobernar España”
También en los corrillos posteriores al homenaje a la Constitución, Pablo Casado aprovechó para exponer su estrategia, su plan “ideal” de cara al resto de gobiernos autonómicos y también al Congreso de los Diputados. A ojos del líder conservador, la decadencia del PSOE ha abierto “un boquete” en el centro izquierda: “Ciudadanos debería desplazarse hacia allí”.
Con una suerte de pacto tácito y sin pisarse los electorados, Casado cree que PP y Cs podrían sumar en “seis meses” una “mayoría absoluta” para “gobernar España”. “Ellos a un lado y nosotros al otro. Es lo mejor y creo que podríamos crecer”, resumió.
Salvado el sorpasso en Andalucía, no habrá tregua para el presidente del PP, que confirmó haberse puesto el 20 de enero como fecha tope para anunciar los candidatos a las alcaldías de las grandes ciudades.