El artista gallego Enrique Tenreiro, que pintó una paloma roja sobre la tumba del dictador Francisco Franco en el Valle de los Caídos, ha prestado declaración ante la Guardia Civil, que le atribuye supuestos delitos de desórdenes públicos y daños.
Tenreiro había sido llamado a prestar declaración ante la Guardia Civil de El Escorial hace 10 días pero se le facilitó prestar declaración en el cuartel situado en Oleiros (A Coruña), según ha explicado a Europa Press.
Se le atribuyen, según ha precisado, supuestos delitos de daños y de desorden público, que según el Código Penal estipulan penas de prisión de 1 a 3 años el primero y de 1 a 6 años el segundo. En cambio, no estaría acusado de delito de odio.
Enrique Tenreiro respondió a las preguntas de la Guardia Civil, "unas diez aproximadamente", que le cuestionaban sobre cómo había desarrollado la pintada el 31 de octubre, con preguntas sobre cómo había entrado en el Valle de los Caídos o si el amigo que lo acompañaba conocía sus intenciones.
Pero las preguntas también incidían en la hora a la que había realizado su acción de "expresión artística", para determinar si había coincidido con la misa, y si había pagado al fotógrafo, buscando "un momento de máxima convulsión nacional para tener más mala fe y con un fotógrafo experimentado" para tener mayor difusión.
"Pintura fácilmente lavable"
Enrique Tenreiro, se muestra sorprendido por las acusaciones, y defiende que su acompañante desconocía sus intenciones. Además, hace hincapié en que utilizó "una pintura fácilmente lavable" porque "no había voluntad de daños" y que la introdujo "dentro de un bote de gel", utilizando para pintar un "pequeño pincel con la punta de gomaespuma".
En su relato, ha explicado que esperó a que "afines" a Franco se apartasen, porque "estaban sentados rezando concentrados" y después inició su acción artística en la que pintó una "paloma de la paz" con pintura roja, acompañada de la frase 'Por la libertad'. No pudo completar el dibujo con la frase por la "reconciliación nacional" porque ya fue apartado por miembros de seguridad.
Tenreiro ha remarcado que realizó la pintura "diez minutos antes" de que comenzase la misa, para no interrumpirla, por lo que no cree que se le pueda acusar de delito de odio ni de desorden público. "Tuve mucho cuidado de que fuese antes de la misa" de las once de la mañana, ha subrayado.
También ha puntualizado que solo citó al fotógrafo "sin más" para que recogiera la acción artística y lamenta que le acusen de "buscar un momento de máxima tensión política con un fotógrafo experimentado para buscar la mayor calidad y difusión". De hecho, ha señalado que el fotoperiodista ya ha tenido que prestar declaración, aunque desconoce qué delitos se le atribuyen.
"Yo dejé claro que era una performance por la reconciliación nacional, por la paz", ha insistido el pintor coruñés, que confía en que, en caso de que se determine la apertura de juicio, se le impute solo un delito de daños porque el "de desorden público son palabras mayores" y esto era una acción "artística".
En todo caso, y pese a las acusaciones recibidas, Enrique Tenreiro se muestra al menos aliviado de que hayan parado las amenazas que "durante 15 días seguidos" recibió por "teléfono, messenger, Facebook, redes sociales...", tras una acción que sigue defendiendo como "artística".