En la mañana de este lunes, Podemos ha convocado su espacio Rumbo 2020, es decir lo que llaman su "gobierno en la sombra", en el que reúnen a los dirigentes de todas sus confluencias -IU, Equo, En Comú, En Marea...- para analizar "el nuevo escenario". Desde la convocatoria, hace un par de semanas, el escenario ha cambiado al menos en un par de ocasiones: el anuncio se hizo al día siguiente de la debacle en Andalucía, sin analizar nada, ya que Pablo Iglesias y Alberto Garzón se limitaron a proclamar la "alerta antifascista". Y posteriormente, la escalada en Cataluña ha puesto en riesgo la "mayoría de la moción de censura" como nunca antes.
Se olvidó ya aquella frase triunfalista de Iglesias durante el último Consejo Ciudadano Estatal, hace menos de un mes, en la que levantó la bandera de que "nunca antes Podemos tuvo tanta influencia de poder". Entonces se presumía del acuerdo de Presupuestos Generales y de que se tenía al Gobierno de Pedro Sánchez donde se quería. Pero ahora Iglesias simplemente desea que "la reunión entre el presidente del Gobierno y el de la Generalitat", que aún no está confirmada, por otra parte, este viernes "signifique el inicio de algo más".
Tras el tsunami electoral andaluz, Iglesias necesita el mantenimiento del bloque que defenestró a Rajoy, retrasar las elecciones y poder capitalizar medidas como la que se aprobará en el Conejo de Ministros de este 21-D en Barcelona, la subida del Salario Mínimo a 900 euros.
Y ese "algo más" sería la posibilidad de continuar adelante con esta legislatura precaria. "Ese encuentro puede ser el primero de otros en los que luego nos incorporemos otras fuerzas", ha dicho el secretario general de Podemos atendiendo a los medios al inicio de la cumbre de su ejecutivo alternativo. "Porque las miras de la mayoría de la moción de censura son a largo plazo", ha dicho, "para salvaguardar lo más valioso de nuestra democracia que nos dejaron nuestros padres y abuelos hace 40 años".
La necesidad de evitar elecciones anticipadas inspira la reunión, ya que los resultados en las urnas y lo que auguran las encuestas sacan a Podemos de su posición de poder.
No se cree las encuestas
Ése es el "nuevo escenario" que quiere forjar Iglesias, reuniendo este lunes a sus socios en Madrid. Teresa Rodríguez (Andalucía), Julio Rodríguez (Madrid), Yolanda Díaz (En Marea-Galicia)... y el fundador Juan Carlos Monedero, que se supone que ya no manda pero que siempre aparece en los encuentros clave del partido, se sentaron a la mesa junto a Xavi Domènech (En Comú), Juan López Uralde (Equo), Ione Belarra (portavoz de Unidos Podemos en el Congreso) y Antonio Maíllo (IU Andalucía).
Iglesias ha asegurado que no le afectan las encuestas publicadas este lunes, que coinciden en darle a Unidos Podemos una caída sustancia en votos y en escaños además de en anticipar la irrupción de Vox como una fuerza poderosa en el Congreso de los Diputados.
Según el sondeo de SocioMétrica para EL ESPAÑOL, la candidatura que él se apresta a encabezar -Podemos está en pleno proceso de primarias "para preparar a nuestra organización ante cualquier escenario", ha insistido- perdería más de tres puntos porcentuales en intención de voto y 10 de sus 71 escaños respecto a las elecciones del 26-J de 20016.
Pero por efecto de la ley d'Hont el bloque de la moción de censura mantendría sus escaños en el Parlamento, de modo que Sánchez podría seguir en Moncloa. Aunque para eso hace falta que haya reunión este viernes entre el jefe del Ejecutivo y Quim Torra. Y que ésta "entre en asuntos no sólo territoriales" sino de "las cosas de comer".
Ante la dicotomía de las banderas, la española o la catalana -sobre todo la senyera independentista-, Iglesias pretende cambiar el foco de la dialéctica, esconder el apoyo de sus socios catalanes de En Comú Podem a casi cada iniciativa separatista -cuando no el impulso, como la reprobación del Rey y la exigencia de abolir la Monarquía en el Parlament- y hablar "del patriotismo de llegar a fin de mes".
Sólo sacando adelante las cuentas públicas, que ahora se compromete Sánchez a presentar en enero en el Congreso, podría seguir adelante la legislatura y cimentar con algo de confianza mutua para el futuro la alianza que dio pie a "echar a los corruptos del Gobierno", en referencia al PP de Mariano Rajoy, y parar "la ola totalitaria" que recorre Europa "por culpa de las políticas de austeridad que nos dijeron que debíamos cobrar menos y vivir peor".