La diputada Ana Marcello es la voz cantante en la reivindicación. Podemos es una fuerza que vende ecologismo y lucha contra el cambio climático. Pero al mismo tiempo se pone del lado de "la gente", de "los abandonados por el capitalismo" y contra las eléctricas. Son mensajes que abonan contradicciones y, a veces, imposible de sostener con coherencia.
En declaraciones a este periódico, Marcello sostiene que "el proceso de transición del carbón que nosotros plateamos igual lleva seis o siete años". Es decir, que el partido de Pablo Iglesias rechaza el cierre previsto de las explotaciones mineras de Asturias, León y Aragón tal como está concebido por el Ministerio de Transición Ecológica, y defiende que "si se va a seguir utilizando carbón, que sea autóctono".
Con su lucha a favor de las cuencas mineras, Marcello se ha ganado su plaza como cabeza de lista de Unidos Podemos por León a las próximas elecciones generales. Iglesias agradece así su trabajo denodado por los trabajadores de las subcontratas que se han quedado fuera del plan de reconversión para las cuencas mineras.
"Los mineros y los trabajadores de las explotaciones son los que conocen el terreno", sostiene, "y cientos de ellos se van a quedar en la calle el próximo 1 de enero, sin alternativa y empobreciendo las comarcas". Según la diputada leonesa, "esto no tiene ninguna lógica, nos han vendido el mantra de que el carbón del Estado era más caro, y ahora hemos comprobado que no, que es más barato".
Así, y ante el mix energético previsto por el Ministerio de Teresa Ribera, que sigue incluyendo el carbón para evitar un alza mayor de la luz en pleno impulso de la desnuclearización de España, "no tiene ninguna lógica seguir consumiendo carbón importado", según la parlamentaria de Podemos.
Sin embargo, Greenpeace tiene claro que ya es hora de abandonar el uso del carbón, por su "intensa huella ecológica". Fuentes de la organización ecologista advierten de que, a pesar de lo que parece, "España es el país que más aumentó el uso del carbón en 2017, año en el que su quema generó 46,5 millones de toneladas de CO2, el principal causante del cambio climático".
Los mineros, en primera línea
La batalla de Podemos en este caso se da esencialmente por los trabajadores de las subcontratas, a quienes han dado voz en los últimos meses. Marcello, junto al diputado asturiano Segundo González -quien no repetirá por enfrentamientos con la dirección nacional de Iglesias- y el tinerfeño Alberto Rodríguez -también número uno por su provincia-, se han acompañado en sus convocatorias a los medios de representantes de los trabajadores.
Uno de ellos es Roger Mercon, transportista para la Hullera Vascoaragonesa, que trabaja en León: "Preguntamos por qué este acuerdo marco nos ha dejado fuera, porque llevamos cotizando muchos años en el régimen de la minería, pero ahora nos hemos quedado fuera del sector".
Lo cierto es que, como él, hay cientos de empleados de Cubillos del Sil, en León, o de Sanca, y de la térmica de Teruel, que han denunciado lo mismo: que después de décadas sin otro futuro que el carbón, "las grandes empresas y el Gobierno" los han dejado fuera del plan de transición que implica el cierre de las explotaciones mineras que no devuelvan las ayudas recibidas en los últimos años.
Acuerdo del Consejo de Ministros
El pasado 21 de diciembre, el Consejo de Ministros aprobó vía decreto el Acuerdo Marco para una Transición Justa de la Minería del Carbón y Desarrollo Sostenible de las Comarcas Mineras para el periodo 2019-2027. El texto se había suscrito el 24 de octubre por el Ministerio y los sindicatos FI-UGT, CCOO, USO y la agrupación de empresarios del sector, Carbunión.
La norma prevé establecer "las bases para una transición justa de la minería del carbón y un desarrollo sostenible" de las comarcas mineras, "teniendo en cuenta la situación del sector y la finalización de las ayudas destinadas a cubrir las pérdidas de las explotaciones mineras, de acuerdo con las exigencias de la normativa europea".
Pero los trabajadores de las subcontratas se han quedado fuera de ese "Acuerdo Marco". Y en Podemos han decidido señalar al Gobierno y a las empresas energéticas: "Queremos trasladar la responsabilidad social que tiene Endesa frente a los trabajadores", apunta Marcello, "y cómo están haciendo esa distinción entre los trabajadores de primera y los de segunda". Denuncian que estos cientos "si no miles" de subcontratados se quedan fuera "de todos los posibles acuerdos de jubilaciones y prejubilaciones".
Podemos no se cree el plan
En Podemos no se creen que los 250 millones de euros previstos en el plan vayan a servir para "un estudio de la realidad de cada comarca". Es decir, identificar a la población activa, realizar un censo de los trabajadores afectados y determinar los que se van al paro de aquí a tres días. "Por eso hay que hacer un estudio serio", reivindica Marcello.
En su último programa electoral, Podemos ya dedicaba una enorme cantidad de puntos para desarrollar sus ideas en el campo de la energía y la transición ecológica. De hecho, en su apartado número 9 propone "situar las energías renovables en el lugar central de la planificación del sistema eléctrico". Y en el 288 se compromete a impulsar una ley de Cambio Climático que prevea la reforestación, una mejor gestión de las emisiones de CO2, renovables al 100% en el año 2050 y, por supuesto, impuestos "verdes" para castigar a quienes generen desechos.
Sin embargo, y a pesar de que siempre ha preconizado la necesidad de cerrar progresivamente las centrales de carbón, Podemos se ha significado en reiteradas ocasiones en defensa de las cuencas mineras de Asturias y León.
Ya el pasado junio, Segundo González reclamaba "que se discrimine entre carbón autóctono y de importación", para favorecer la producción de las minas españolas, "y que se mantengan precios competitivos" en la producción de energía térmica. La cuadratura del círculo, más allá de que esto suponga distorsionar el mercado con fondos públicos, por otra parte, prohibidos a partir del 1 de enero por la UE.
Pero en Podemos insisten: "Si el Gobierno quiere una transición y un cierre ordenado, que ponga a los trabajadores de la minería en el centro, éste no es el camino", concluye Ana Marcello.