Albert Rivera ha puesto a Vox entre la espada y la pared. Sin mencionar expresamente las siglas, ha exigido "responsabilidad" a Santiago Abascal para investir el Gobierno "del cambio" compuesto por PP y Ciudadanos en Andalucía. El presidente de los liberales ha blindado su pacto de las noventa medidas con los conservadores y no aceptará que se toque "ni una coma". Justo a continuación, y tras reunirse por primera vez este 2019 con su Ejecutiva, ha laudado: "Quiero poner en valor a los que acuerdan y no gritan".
"Hemos cumplido con lo que dijimos en campaña y también con lo que anunciamos la noche electoral", ha introducido Rivera. El líder de Ciudadanos se ha mostrado "convencido" de que el PSOE "hará las maletas y se irá a la oposición". Pero necesita los escaños de Vox y Abascal ya ha anunciado que no los prestará "gratis".
A lo largo de la rueda de prensa, Rivera ha insistido en remarcar el "centrismo" de su formación y, entre líneas, ha deslizado que no habrá foto con Vox. De estas conversaciones ya se está encargando el Partido Popular, que este martes ha enviado a su secretario general, Teodoro García Egea, a despachar con su homólogo en el partido de Abascal, Javier Ortega Smith.
Rivera, en cualquier caso, ha remarcado que no habrá "ningún consejero de Vox en la Junta" y ha anunciado sus prioridades de gestión: Educación, Economía y Regeneración Democrática. Tres carteras que los populares cederán a cambio de la presidencia andaluza. Todo apunta a que las consejerías serán "diez u once" y que se repartirán a medias entre ambos partidos. El PP, si nada cambia, se hará con Hacienda para capitanear la "bajada masiva de impuestos".
Una vez más sin mencionar a Vox, Rivera ha marcado distancias con Abascal. El Gobierno de Andalucía será "constitucionalista, moderado y posible". También "tenaz y cohesionado, con políticas comunes más allá de las siglas". En ese momento ha pedido responsabilidad a "todos los partidos de la Cámara", un mensaje en realidad directamente dirigido a Vox, de quien depende la investidura. Susana Díaz ha aclarado por activa y por pasiva que no dirá "sí" a PP y Cs.
"Nosotros asumimos esa responsabilidad y dejamos gobernar en Madrid, Murcia y Andalucía. Pedimos ahora que hagan la mitad de la mitad de lo que hicimos nosotros", ha llamado Rivera.
Si, finalmente, se repitieran las elecciones en Andalucía -un extremo que Rivera no contempla-, Vox "debería explicar el bloqueo". Ciudadanos sacará partido a esa baza, consciente de que los votantes de Abascal "quieren un cambio en la Junta a toda costa".
Una vez PP y Vox acuerden unas medidas complementarias a las ya afianzadas por conservadores y liberales, Ciudadanos deberá decir si acepta o no. Porque Abascal insiste: el "sí" no será gratis.