El flamante nuevo presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, ha pedido este domingo aúpar a su presidente, Pablo Casado, a la Moncloa. "La enorme ilusión que se ha despertado en Andalucía, esa ola de cambio no se para en Despeñaperros, va a llegar a la Moncloa", ha aseverado.
Juanma Moreno Bonilla hizo su entrada triunfal en el plenario, entre rotundos aplausos, tan sólo unos pasos detrás del líder de los populares, Pablo Casado. Fue la certificación última de su liderazgo: se interrumpió el cartel original de la jornada —formado, en inicio, por el líder de Nuevas Generaciones, Diego Gago; por Pío García Escudero, presidente del partido en Madrid, y por el propio Casado— para que el nuevo barón del PP, el primero en conseguir el Gobierno de la Junta de Andalucía para los populares en casi 40 años, interviniera frente a la plana mayor de su partido.
No sólo eso, sino que durante el resto de alocuciones, su nombre se colaba continuamente entre líneas. García Escudero, presidente del Senado, le quiso felicitar y el plenario rompió en aplausos, tan continuos que obligaron a un tímido presidente de Andalucía a ponerse en pie para recibirlos.
Moreno Bonilla quiere encarnar a ese nuevo PP de mayorías al que apeló José María Aznar. Su sorayismo centrista, certificado hasta la saciedad, incluso con la presencia de la exvicepresidenta del Gobierno en su toma de posesión, es ahora el contrapeso en un partido que está virando hacia la derecha. Los galones se los otorgan tanto el peso de Andalucía dentro del panorama político nacional como el volumen de afiliados que tiene el PP-A.
Pero, ante la duda de sus obediencias, el propio Moreno quiso hacer reconocimiento público al presidente Casado y a sus números dos y tres, Teodoro García Egea y Javier Maroto, respectivamente. "Querido presidente, cuando uno es presidente asume la responsabilidad colectiva. Pablo unos pocos meses antes de las elecciones, cogió y asumió una enorme responsabilidad. Se echó a la espalda Andalucía como si él fuera el candidato", ha indicado.
A Maroto y a García Egea les ha brindado unas palabras especiales: "He tenido a mi lado el mejor equipo negociador que podía, son los negociators, una máquina de negociar. Un gran acuerdo para Andalucía que pronto se podrá proyectar para el resto de comunidades", ha manifestado.
No faltaba ningún rostro del PP, el de ahora y el de antes, en el broche final de la convención de los populares, a excepción de Mariano Rajoy y Soraya Sáenz de Santamaría. José María Aznar, Esperanza Aguirre, María Dolores de Cospedal. Todos estaban allí. Pero quien más apoyo obtuvo fue, con diferencia, el finado Rajoy. Cada vez que se le mentaba, los asistentes rompían en aplausos contundentes, categóricos. Porque el PP ha avalado su giro hacia el conservadurismo, sí, pero la moderación de Mariano Rajoy es la deseada. O eso parece.