Cuando se bajó el telón de Vistalegre II, el derrotado Íñigo Errejón sólo tenía a su favor la imagen que ya había logrado labrarse como el ala pragmática de Podemos. Tras insistir durante seis meses -los que transcurrieron entre las elecciones del 20-D de 2015 y el 26-J de 2016- que la alianza con Izquierda Unida no le parecía bien, la opinión pública entendió que el comunista era Pablo Iglesias y que su ya ex número dos representaba el ala socialdemócrata del partido.
En realidad, Errejón tenía algo más a favor, como ahora veremos. Aún no había transcurrido una semana del cierre del cónclave cuando le convocó a la sede de Podemos, en la calle Princesa de Madríd. Solos los dos, sin asesores ni otros miembro de la dirección. Estuvieron horas en el despacho. Se dijeron cosas a la cara y acordaron una salida digna para el perdedor de Vistalegre: la candidatura a la presidencia de la Comunidad de Madrid.
La prensa lo interpretó como un gesto magnánimo del césar: pulgar arriba. Pero era pragmatismo. Íñigo es buen candidato, tiene buena prensa y es ambicioso... mejor tenerlo de lado que como rival.
Durante la reunión, Iglesias le propuso ser su apuesta para el Ayuntamiento de Madrid, lo que demuestra que el resquemor en Podemos con Manuela Carmena viene de lejos. El partido estaba dispuesto a emprender un camino propio sin ella. Pero Errejón pensó que le convenía más el gobierno autonómico.
Un gran negociador
A cambio de seguir adelante sin hacer reproches pese a ver empequeñecida su figura al pasar del tablero de la política nacional al regional, Errejón negoció unas condiciones que dentro del partido ha costado entender, y aún no se comprenden bien. El séquito que le acompaña desde entonces para hacer su trabajo es el más numeroso de toda la estructura de Podemos.
Según ha podido saber EL ESPAÑOL, los empleados que tiene asignados Errejón a sueldo del partido superan la decena y han llegado a alcanzar en ocasiones la quincena. "Hay dirigentes de Podemos con un cargo orgánico superior al de Íñigo que no tienen ni jefe de prensa", revela una fuente interna.
Dado que ahora la formación da por autoexpulsado a Errejón, ¿qué va a pasar con todo su equipo? Este periódico ha podido confirmar que seguirá a sueldo del partido. La idea es no hacer más ruido. Pero subyace la intención de que quede una puerta abierta para que el hijo pródigo vuelva a casa.
Fuentes conocedoras explican que el ex amigo de Pablo Iglesias disfruta de una oficina personal con al menos una secretaria, tres asesores de prensa -desde el equipo de Errejón afirman que son dos-, una o dos personas que le gestionan las redes sociales, una jefa de gabinete, un experto en argumentario político, equipo de seguridad, un técnico audiovisual...
Este periódico ha podido confirmar por varias vías que "al menos" son 10 las personas directamente adscritas al equipo de Errejón, que "en realidad puede haber alguna más, aunque orgánicamente pertenezca a otra área", y que nadie de la dirección les ha advertido de que peligre su nómina a cuenta del partido.
Todo calculado
Cuando el jueves 17 de enero, pasadas las 10.00 horas, Carmena y Errejón anunciaron a través de sus redes sociales su nueva aventura política, "Íñigo había calculado todas las opciones", asegura un miembro de ese equipo que, como el candidato, sigue en Podemos a pesar de las declaraciones públicas de los dirigentes del partido.
Una de las frases más contundentes fue la del número dos, Pablo Echenique. El sábado, dos días después de la noticia que había abierto la crisis más grave que la formación ha vivido en sus cinco años de historia, el secretario de Organización pidió que Errejón dejara su escaño. "Pero claro, de algo tendrá que vivir de aquí a mayo", dijo. Era una advertencia al fundador del partido a propósito del daño que le podría estar haciendo a la decena larga de colaboradores que tiene asignados.
Ahora, en la sede de la madrileña calle Princesa se busca no sólo "pasar página" sino sacar de la actualidad el asunto Errejón. Los puentes de comunicación entre el candidato de Más Madrid y la dirección de la formación están rotos, tanto como cortadas las líneas de información hacia la prensa sobre el asunto.
Se ofrecen intervenciones en radio y televisión de todas las caras conocidas del partido -un día cualquiera de esta semana, la agenda de medios de Podemos reunía a Montero, Echenique, Yllanes, Belarra, Vera, Mayoral, Macello...- para hablar de Presupuestos, la Proposición de Ley sobre derecho al voto, las negociaciones de la minería, las elecciones autonómicas...
Así, enfriando el tema y enfocando los titulares hacia la acción política del grupo parlamentario pasará el tiempo. Y las voces que hablan desde dentro del partido -caso de Clara Serra, portavoz en la Asamblea regional- y desde fuera -la socia Carmena- reclamando "entendimiento" irán perdiendo eco. De este modo, si el día de autos Iglesias ya tuvo que interrumpir su baja de paternidad para afrontar la crisis, quizá llegue el día en el que Íñigo acuda a Galapagar para restañar heridas en una nueva charla a dos.
Por lo pronto, Echenique ya ha pedido perdón por su "poco adecuada" mención a los ingresos de Errejón. Y su séquito de colaboradores sigue a sueldo de Podemos.