El Gobierno hará efectivo este lunes el reconocimiento a Juan Guaidó como presidente de Venezuela, y no se descarta que presente sus primeras propuestas para ayudar a la transición del país. Habrá pasado ya el plazo de ocho días que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dio a Nicolás Maduro para que convoque elecciones libres y democráticas, y que concluye hoy.
Está por ver aún cuál será el formato con el que el Gobierno haga oficial este reconocimiento y las posibles propuestas que poner encima de la mesa a partir de ahora, pero algo se hará este lunes en cualquier caso, según han apuntado fuentes del Ejecutivo. Junto con España, el Ejecutivo prevé que reconozcan a Guaidó Francia, Alemania, Reino Unido, entre otros.
A pesar de las críticas que se ha llevado de la oposición por poner este plazo, Sánchez y su Gobierno han defendido esta estrategia diplomática con la que sobre todo se ha buscado lograr el mayor consenso europeo posible.
Y aunque no hay un reconocimiento unánime de los Veintiocho, la UE acordó el jueves -en la reunión de ministros de Exteriores de Bucarest- crear un grupo de contacto con países latinoamericanos que en 90 días ayude a sentar las bases que lleven a elecciones "libres".
España, en el grupo de contacto de la UE
El grupo estará formado por la UE y varios de sus países miembros, como Francia, Reino Unido, Alemania, Portugal, España, Holanda, Italia y Suecia, mientras que en la parte latinoamericana están Ecuador, Costa Rica, Uruguay y Bolivia, y otros Estados que serán anunciados en los próximos días.
Austria, aunque no es uno los países que le han puesto a Maduro un ultimátum para que convoque elecciones presidenciales, se sumará a ellos a la hora de reconocer a su rival Guaidó, según ha confirmado el canciller federal Sebastián Kurz.
"Si Maduro no responde al llamamiento de la Unión Europea para celebrar elecciones presidenciales libres y justas, reconoceremos y apoyaremos a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela", confirmó.
También el jueves el Parlamento Europeo reconoció a Guaidó en una resolución apoyada por la mayoría de la Cámara y sus cuatro principales partidos. A pesar de haberse "quedado atrás" de la Eurocámara -como le acusó este sábado Albert Rivera-, un hecho al que el Gobierno de Sánchez da mucha importancia porque el Parlamento representa el voto directo de los ciudadanos europeos.
No logró esta semana Sánchez, en su visita oficial a México, el apoyo del nuevo presidente del país, Ángel Manuel López Obrador, para el reconocimiento de Guaidó o para participar en el grupo de contacto. México, al igual que Uruguay, se mantienen en la neutralidad y han convocado una conferencia internacional para el 7 de febrero para buscar una salida negociada a esta crisis.
De hecho, este mismo domingo se ha anunciado una reunión entre representantes de la Unión Europea y del Gobierno uruguayo para tratar sobre la crisis venezolana. Fuentes del parlamento Europeo advierten a este periódico de que cualquier contacto ha de contar con el equipo de Guaidó, debe someterse a la hoja de ruta del presidente democrático de Venezuela", recién nombrado por la Asamblea Nacional, "y ha de contar con el Grupo de Lima".
De llamarlo "tirano" a pedir "diálogo" en 24 horas
En estos días, el presidente Sánchez ha dado algún bandazo. Si defendió su estrategia mientras dejaba claro su rechazo al régimen de Maduro, contra el que arremetió el pasado martes llamando "tirano" al dictador chavista, en su discurso ante el Consejo de la Internacional Socialista reunido en Santo Domingo, al día siguiente, ya en México, volvió a reclamar "diálogo" entre las partes.
En república Dominicana, el jefe del Ejecutivo español calificó de "tirano" a Maduro y colocó a Guaidó como "líder de la transición" en Venezuela. Y un día después, en México, también reprochó a Maduro el exilio que está provocando la crisis venezolana, pero abogó por sentarse a habalr.
Y mientras Sánchez defendía fuera de España su posición, dentro la oposición ha sido muy dura con el Gobierno, desde las críticas a la "tibieza" del Gobierno por parte del líder del PP, Pablo Casado, al reclamo del de Ciudadanos, Albert Rivera, de que Sánchez no se quedase "atrás" en la democracia.
Desde Podemos, por contra, consideraron "irresponsable" el plazo de Sánchez por entender que propicia el "caos" en un momento en el que se corre el riesgo de un conflicto armado.
Pero el Gobierno ha rechazado críticas en ese punto y el ministro de Exteriores, Josep Borrell, subrayó la posición inequívoca de Europa contra una intervención militar en Venezuela. A PP y a Cs les exige "lealtad de Estado" y a Podemos le ha recordado que "la izquierda es lo contrario a Maduro".
Así las cosas, el Ejecutivo llega al final del plazo seguro de que su estrategia ha servido para sumar a otros países y sentar las bases para que Europa ayude a la transición venezolana.
Y llega también convencido de que con la crisis venezolana España se está jugando "su papel en el mundo", como apuntaron fuentes del Ejecutivo.