Cuando Ronald Reagan ganó la nominación para la candidatura de los republicanos a las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 1980 los titulares de prensa sólo se preguntaban dos cosas: una, si un actor de Hollywood -de una carrera mediocre, por otra parte- era una buena elección para el partido, y dos, si alguien que empezaría su mandato a un mes de cumplir 70 años y podría acabarlo con 77 era la persona indicada para el país.
Glorificado como "el hacedor del fin de la Guerra Fría" pasados los años, lo cierto es que las dudas sobre sus capacidades nunca lo abandonaron en los ocho años que ocupó la Casa Blanca.
Entre otras cosas, porque tomaba decisiones arriesgadas sin escuchar a sus asesores -la historia las ha reescrito de "audaces", pero como los malos cronistas de fútbol, sólo tras ver los resultados- y porque en ese tiempo peleó con cuatro dictadores al otro lado del Telón de Acero: Breznev, Andropov, Chernenko y Gorvachov. Los tres primeros eran coetáneos y se le fueron muriendo por turnos.
Manuela Carmena cumple 75 años el sábado que viene y quiere iniciar su segundo mandato en el Ayuntamiento de Madrid. Todo a pesar de que, ya cuando fue designada por Pablo Iglesias como su ungida para encabezar la lista de la marca blanca de Podemos en la capital (Ahora Madrid), surgieron las mismas dudas aquí que cuando lo de Reagan allí.
El sociólogo Emilio Luque, profesor en Ciencias Políticas de la UNED, recuerda que "en su momento, hubo estudios que llamaban la atención sobre la posible condición no tan lúcida de Reagan en su etapa de presidente". Aunque han pasado más de 30 años de aquello y la sociedad ha cambiado mucho, "no es así para esa generación", apunta Emilio González, profesor de Economía de la Universidad de Comillas ICADE. "Carmena es nacida en la posguerra, de los que se criaron con mucha peor alimentación y menos atención sanitaria y social que hoy en día".
González, experto en envejecimiento y mercado laboral, toma de ejemplo a otro presidente de Estados Unidos, el actual, Donald Trump, dos años más joven que Carmena. "Hemos visto a psiquiatras que advierten en Trump rasgos de demencia senil, y es que una persona de 55 años hoy tiene un cuerpo mucho más joven que ellos tenían a esa misma edad".
La frontera de los 75
El sociólogo Luque opina que es pertinente hacernos la pregunta de "qué es ser viejo hoy" porque "ya no es lo mismo". Y aunque el economista coincide en que el inicio de la tercera edad se ha retrasado, hay una estadística que habría que tener en cuenta. "Sea de nacimiento o sobrevenida, la proporción de personas con una discapacidad en el tramo de los 55 a los 65 años es de un 17%; y sólo crece en dos puntos hasta los 75". Pero después, entre los 75 y los 80, los datos alcanzan el 30%.
En este tiempo como alcaldesa, la ex jueza ha demostrado estar en forma no sólo para gestionar, sino incluso para urdir una trama de intrigas que la ha desembarazado de Podemos. En los últimos meses, ha montado su plataforma propia (Más Madrid) e incluso ha invitado "a escondidas" -como la acusó Pablo Iglesias- a Íñigo Errejón, para que se una en la aventura. Pero el día que se selló ese pacto es precisamente síntoma de que, por más que una tenga la mente lúcida, los años no perdonan, al menos a la salud.
"No se lo van a creer, es muy gracioso", contaba la alcaldesa en ese tono de abuelita encantadora hace una semana en Onda Cero, "pero el día en que cerramos el acuerdo fue precisamente el de la noche que acabé en el hospital porque me tropecé con la bandeja de croquetas en la mano". Carmena se rompió el tobillo en casa en un accidente doméstico sin importancia... de no ser porque era la tercera ocasión en poco tiempo que tenía que dormir en el hospital por "cosas nimias", como dice ella.
Y porque esa circunstancia la obligó a ausentarse de una reunión clave para su futuro político, y la negociación hubo de ser cerrada por sus colaboradores. Los días de convalecencia que la apartaron de sus obligaciones como alcaldesa fueron subrayados por la oposición, que señalaron la "frecuencia" de sus accidentes.
¿Debe presentarse?
Además, en todo caso, es legítimo preguntarse si cuando se hace una brecha con una ventana, o ha sido ingresada indispuesta tras un par de viajes transoceánicos, o cuando se tropieza con un escalón... sus competencias deben quedar una y otra vez en manos de colaboradores.
"Yo creo que una persona de esa edad, por supuesto, puede seguir trabajando en la empresa privada", apunta el profesor González, "porque en el momento en que no pueda rendir, hay mecanismos para rescindir el vínculo laboral". Pero no lo ve igual en un cargo de representación política. "Es que uno no puede ser alcalde a tiempo parcial para aprovechar sus conocimientos por la experiencia e ir formando un sustituto; o lo eres o no lo eres", apunta, "creo que no debería presentarse", concluye.
España es el segundo país del mundo con mayor esperanza de vida, sólo tras Japón, y en el caso concreto de las mujeres, ésta alcanza los 85,2 años. "Y ésa es una clave interesante", apunta de nuevo Luque, "porque es evidente que alguien con larga experiencia es valioso hoy en día mucho más que antes, porque se alargan sus capacidades más años, pero hay que meter en la ecuación el riesgo del declive físico, que a esas edades es mucho más repentino y pronunciado".
Luque introduce un nuevo matiz, la estructura de poder de la plataforma que ha montado Carmena para concurrir a las elecciones. "Es evidente que en unas elecciones locales, uno vota al alcalde, no una lista, pero lo de ella es una agrupación de electores. ¿Dónde está la jerarquía que nos haga tener claro qué votamos si Carmena no puede seguir en el cargo durante su mandato? Porque cuatro años no es mucho... salvo a esas edades", remarca.
Y añade González, por su parte: "Sería un fraude que fuera sustituida, como lo fue en el caso de Gallardón y Botella... en su caso, Más Madrid debería comprometerse a convocar elecciones si ella repite como alcaldesa y en cualquier momento no puede seguir".
Aquel "viejo profesor"
La apuesta de Carmena por revitalizar la actividad cultural, con apoyo especial y consciente a artistas jóvenes, el cambio de imagen corporativa de la ciudad y su lenguaje, que recuerda el tono familiar y callejero que adoptó Tierno Galván, han hecho que más de uno quisiera ver en ella un remedo del histórico socialista.
Acaso por la cacofonía del término, a Carmena nadie la ha bautizado como la "vieja ex jueza". La llaman
Pero el caso es que aquel al que llamaban "viejo profesor" aún no había cumplido siquiera los 70 cuando murió en el cargo. "Es un riesgo a tener en cuenta", concluye Luque recordando que a esas edades los bajones, cuando llegan, "son vertiginosos": "Hoy Carmena está perfecta para hacer política, lo ha demostrado, guste o no su gestión, pero ¿y dentro de dos o tres años?".
El deterioro del alcalde de la Movida fue rápido, duró 11 meses desde que se le diagnosticó un cáncer de colon en febrero de 1985. Pero González se fija en los síntomas actuales: "Hay que mirar la cantidad y frecuencia de los accidentes domésticos de la alcaldesa, eso indica algo". El día del último ingreso de Tierno, tres antes de que falleciera, la versión oficial también habló, de hecho, de un simple resbalón en el baño.