El debate entre Albert Rivera y María Jesús Montero ha protagonizado el momento más bronco de la sesión de este martes en el Congreso de los Diputados. La ministra de Hacienda ha acusado al candidato de Ciudadanos de crecer "a lomos de la confrontación", de generarla para nutrirse de ella. Unas palabras que han exasperado al diputado catalán.
En su réplica, Rivera, visiblemente molesto, le ha achacado: "Mi madre cumple hoy sesenta años. Dentro de su tienda tiene un cubo de pintura. Cada dos semanas le pintan lazos amarillos en la puerta. Eso hacían los nazis con los judíos. Eso hacen ahora con nuestras familias".
En ese momento, la bancada de Ciudadanos se ha puesto en pie para ovacionar a Rivera, que ha concluido: "Señora Montero, no tengo nada más que decirle. Borrell sabe de lo que hablo".
La madre de Rivera regenta una tienda de comida preparada en Granollers, un municipio a treinta kilómetros de Barcelona. Sobre su persiana, suelen aparecer insultos y amenazas contra el presidente de Ciudadanos y su familia.
La ministra de Hacienda, de nuevo en la tribuna, ha expresado: "Lamento mucho lo que le ocurre a su madre, pero me gustaría que mencionara también las situaciones que sufren los concejales del PSOE en Cataluña. ¿O sólo importa lo que le pase a usted?". Montero ha acusado a Rivera de "hacerse la víctima".
La presidenta del Congreso, Ana Pastor, ha tenido que detener el debate y pedir silencio a diputados socialistas y de Ciudadanos: "He escuchado cosas que me gustaría no aparecieran en el diario de sesiones".
Joan Tardà, de Esquerra Republicana, también ha exteriorizado sus quejas sobre el acoso que dice sufrir en su esfera privada: "Mi compañera y mis hijos, cada día quitan pegatinas y carteles de la fachada de mi casa. 'Nazi', 'cabrón' y todo tipo de insultos", ha dicho. "La anécdota, por dolorosa que sea, es anécdota. La categoría es que Cataluña es un pueblo pacífico".